Viví Punta. Dotto Models y un desfile show impecable que deslumbró en las arenas de José Ignacio. Esa ESPECIE DE MAGIA

 

 8/1/2012. José Ignacio tuvo un rutilante desfile preparado por Dotto Models. Este año no llovió, ni hubo postergaciones, una luna espléndida se asoció a un tremendo show magnético, cautivante, donde Ivana Saccani, Lucía Pedraza, Julia Rodhen, Lucia Saravia, Antonella Macchi, Nina Francisca, Jessica Buss, Marina Señuk,  Pía Marcollese y el cada vez más desenvuelto Lucas Verstraeten, de notable parecido a Tom Cruise -dueño de una simpatía y desenfado parangonable a otro ex Dotto, Iván de Pineda– desplegaron un venero de talento en la pasarela. No faltaron las pasadas de Honda, Para Ti, Hawaiian Tropic, Wanama, Cook, Buquebús y La Dolfina, clásicos en los shows de Dotto Models playeros y una originalísima puesta para la pasada de Personal, donde se sumó el arte del plástico del momento: Milo Lockett que regaló decenas de sonrisas surgidas de su sugerente y colorida paleta. El propio Lockett y el nadador cordobés José Meolans se animaron a modelar y hasta un ignoto participante del público, de nombre Leopoldo, se dio el gusto de lucir sus kilitos con mucha gracia y no mucho charme rodeado de beldades. Pero el hombre zafó. Entre las invitadas especiales estuvieron Solange Cubillo y Lucía Polak con su hija adolescente, el vecino de Martínez, Guillermo Andino & wife, la siempre luminosa  y distinguida Carolina Prat, el abogado Fernando Burlando y otra vecina de la zona Julieta Kemble, hija del recordado plástico Kenneth Kemble. “Ella hace 20 años se comió el mundo siendo bajita; es una genia total!” soltó un Dotto sincerísimo en tren de confidencias, mientras que Julie le devolvía el mimo recordando los comienzos en un pequeño departamento de Roosevelt, junto a Pancho,  Valeria Mazza y Carolina Peleritti, nada menos que 24 años atrás. Para algún despistado Lucía Polak es la mujer que conquistó el corazón de un groso del séptimo arte: nada menos que Al Pacino y fue la encargada de presentar el show. Para el final la banda de covers de Maxi Trusso, interpretó el tema de Poncho “Please Me” y todo el mundo se enganchó con un cierre bien arriba, donde Pancho, cual Duque Blanco – sí emulando al eterno David Bowie- a los saltos hizo salir a todos a la pasarela de inmaculado e impecable blanco. Por esas horas José Ignacio desplegaba su encanto: una luna gigantesca emergía del mar  y el cielo se teñía con una sinfonía de fuegos artificiales. Sencillamente impecable puesta, que promete repetirse en 2013.

 

Los desfiles-shows que suele montar el vecino de Punta Chica, Juan Francisco “Pancho” Dotto sin duda no tienen parangón. Familias enteras se llegan hasta las primeras arenas de The Setai, a la vera del km 180 de la Ruta 10, ahí nomás de la laguna José Ignacio, muy cerquita del puente de que lleva al balneario, atraídos por la carpa blanca y el tremendo bus de las Dotto Models.

 

 

Un sencillo escenario, a modo de pasarela  y una estructura tubular cobijan a cientos de familias y gente de todas las edades. Chiquitos corriendo por la arena, señoras con sombreros y lentes de sol, cientos de teens desenfrenadas que desean ver a sus ídolos y hasta ellos siempre esquivos a los eventos que promueve el mundo fashion, participan de esta fiesta que conjuga un denominador común: la amistad y la buena onda. “Dotto Models es una empresa con buena honda, con y sin hache”, suele decir el empresario al presentar a su principal sponsor, el de la firma japonesa, pero en verdad no se equivoca. Ese clima sano, amigable, diáfano, se respira y palpa en todo su staff. Son si se quiere un grupo de amigos que se reúnen para bridar un show que conmueve a propios y extraños cada temporada.

 

Dotto es un enamorado de Punta del Este, de esos atardeceres que lo cautivaron por completo en la sugestiva Solanas allá por los 70 y uno de los descubridores del imán que tiene José Ignacio, esa pequeña villa de pescadores que trocó en exclusivo balneario fashion para los jóvenes.

 

 

Allí, con mucha visión y no poco esfuerzo trasladó sus desfiles, ahí nomás del mar y si bien en muchos veranos compitió si se quiere con el estilista Roberto Giordano para ver quién realizaba el desfile de apertura más glamoroso de la temporada, en este 2012 que el peluquero decidió no montar su show en Conrad, Pancho tuvo palabras elocuentes para definir de qué se trata esto de presentar en sociedad tamaño show benéfico cuando un concurrente lo convocaba a sumar sus 100 dólares para la Fundación Niños con Alas que atiende a chicos de bajos recursos del Uruguay. Obviamente Pancho colocó en la alcancía el billetazo con la cara de Washington y le retrucó: “Ahora Riquelme, ¿está feliz, no?” al tiempo que añadió: “Alguien escuchó por ahí Roberto Giordano hizo el desfile, no lo hizo, quien lo realizó y quien no. En realidad para mi amigo Riquelme, es muy difícil que este show deje plata. Entra un dinero, pero es mucho más el que sale del que entra; todos los gastos, seguridad, prefectura, alquiler de varias casas para las más de 55 chicas que participan los paga un servidor. La idea es ayudar y que todo el mundo la pase bien”.

 

Carismático como pocos Pancho supo trabar empatía con su público tendiendo un puente de plata que coronó un show con picos de alta de emotividad. Con el estilo que lo caracteriza fue logrando que todos sus amigos sumaran su esfuerzo para contribuir con la entidad benéfica. “Si el año pasado logramos reunir 7000 dólares tendríamos que pasar los 10 mil”, puso como meta y de manera ocurrente convocó a Guillermo Andino, a su amigo Emiliano Fitá de Cook, a Fernando Burlando, a la gente de BQB y de Aeropuertos Argentina 2000, para hacer su aporte. Hasta su hermana Mónica Dotto y su cuñado un  ingeniero rumano que reside en EE.UU y lo visitaron esta temporada no se salvaron del paso de la canastita.  

 

A poco de abrir el desfile, un verborrágico Dotto memoró que desde 1984 fundó una empresa que es sinónimo de profesionalismo y vida saludable. “Hace 28 que tengo a Dotto Models y 24 que vengo al Este, mi hermana me aconsejó no hagas más el desfile, pero esto es mi pasión”, confió e invitó a Solange Cubillo y Lucía Polak, la mujer de Al Pacino que desembarcó en el Este hasta el 13 con su hija a realizar la apertura de las pasadas. “Aguanten los argentinos y los uruguayos, disfruten el desfile!!!”, tiró Lucía, chica Dotto, actriz y pareja del legendario actor, quien le lleva casi 40 años. “Al es un hombre extremadamente sexi”, contó esta argentina, que ya está acostumbrada al acoso femenino que sufre su novio, el talentoso Al. Radicada en Hollywood hace 15 años y con una hija que espera que la saquen a tomar un helado por La Barra, aguarda que su carrera despegue con Dictablanda, película filmada en Buenos Aires en la que actúa al lado de John Cusack mientras disfruta del Este.

 

 

Las pasadas arrancaron con Honda y la espectacular sonrisa de Ivana Saccani, la mujer del buenmozísimo  Sebastián Estevanez y prosiguieron con las eternas piernas de Lucía Pedraza, recién llegada de seducir con su distinguido touch las pasarelas de Milán.

 

Pancho tributó especial recibimiento a la martinense Julieta Kemble, hija del notable artista plástico Kenneth Kemble y diosa si las hay.Julieta conquistó Europa, siendo muy bajita –admitió Dotto-. Por su altura, nadie la quería llevar a pasear al exterior, pero la verdad es que ella hace 20 años se comió el mundo siendo bajita; es una genia total!!!”, remató en tanto Julie le devolvía el mimo recordando los comienzos en un pequeño departamento de Roosevelt, junto a Pancho,  Valeria Mazza y Carolina Peleritti, nada menos que 24 años atrás

 

Kemble arrancó un cerrado aplauso del público al igual que el nadador José “Pepe” Meolans, que hasta se animó a desfilar con su hijito en brazos. El mejor nadador argentino, varias veces medallista, se mostró feliz de integrar el Dotto Managment y al igual que el artista plástico Milo Lockett, demostraron que a la hora de animarse a desfilar basta con ser desenfadado y derrochar simpatía.

 

La misionera Julia Rodhen, la cordobeza Lucila Pedraza o la sureña Julieta Penna dieron rienda suelta a su frescura en las distintas pasadas dedicadas a Honda, Para Tí, Buquebús, Hawaiian Tropic, Cook y Wanama. Hasta hubo una originalísima pasada dedicada a Personal en la que se asoció el arte de Milo con los dibujos de sus sonrisas y los carteles de Personal, en distintos formatos de letra tal cual la campaña de la empresa de telefonía de los Werthein. Las chicas aparecieron enfundadas en conjuntos muy ponibles donde los colores y las rayas acapararon todas las miradas.

 

 

Prendas y accesorios con diseños de vanguardia llamaron la atención. ¿La paleta? Mucho blanco, naranja, rosa, fucsia, amarillo, rojo (buenísima la pasada Hawaiian con las tablas), azul petróleo y los infaltables blanco y negro.

 

 

Las colecciones de Cook con un guardarropas muy ponible que se vende solo, la glamorosa propuesta de La Dolfina donde desfiló un polista uruguayo y no faltaron cancherísimas opciones de Wanama llevadas por uruguayas, chilenas y argentinas para estar al sol durante el día y espléndidos por la noche.

A no dudarlo, hubo glam en color y texturas y no pocos guiños de afecto a un profesional que a lo largo de los años ha sabido ganarse el prestigio y el cariño de todos aquellos a los que ayudó apuntalando sus carreras. “Afortunadamente Julieta Kemble se acordó de aquellos inicios, yo supe conocer a su papá y la traje a un pequeño departamento en la Roosevelt, eran mis comienzos, Kenneth era un tipo espectacular. También me acompañaron hoy Fernando Burlando y Guillermo Andino y Carolina, muy buena gente todos, para mí contarlos acá es un verdadero lujo y cerrar el desfile con ellos en pasarela, un gustazo”. Quien sabe cultivar el arte de la amistad y mantenerla en el tiempo dicen que ha alcanzado un tesoro que no se mide en metálico y sabe mantener latente su juventud de espíritu. Eso se percibe en Dotto y los suyos, ese don de buena gente, ese clima amigable que atrae y convoca cada temporada a celebrar el año entre amigos. Hasta el 2013!.