Mercedes Sosa en el recuerdo. HACE DOS AÑOS NOS DEJABA LA INIGUALABLE NEGRA



 

 

4/10/11. Hoy, 4 de Octubre. se cumplen dos años desde que la querida “Negra” dio un paso hacia la inmortalidad, dejando a los amantes de su música y de su voz templada un legado que perdurará por siempre. La reciente película “Habemus Papa”, del italiano Nanni Moretti rescata una impecable interpretación del clásico, “Cambia, todo cambia”, en la voz de Mercedes que estremece. Aquí un repaso por la trayectoria de esta talentosísima “cantora”.

 

 

Considerada una de las voces más importante de la historia de la música popular argentina, en cada uno de sus recitales y discos Mercedes Sosa les abrió las puertas a las nuevas generaciones de artistas. Muchos músicos la consideraban una madre sustituta en sus carreras y se sentían amparados por su generosidad. Los grandes compositores pensaban en su posible interpretación a la hora de escribir una nueva canción. “Mercedes Sosa siempre ha logrado emocionarme. Como autor cada vez que hago una canción la pienso cantada por Mercedes. Ella siempre hace una versión que supera mis expectativas”, confesó alguna vez Peteco Carabajal. Y ahí está, para quien quiera escucharla, la inmejorable versión de “La Negra” de “Como pájaros en el aire”.

 

Nacida el 9 de julio de 1935 bajo el nombre de Haydeé Mercedes Sosa, vivió su infancia en un hogar humilde de San Miguel de Tucumán y de forma temprana se enamoró de las expresiones artísticas populares. En su adolescencia enseñaba danzas folklóricas y cantaba. Bajo el seudónimo de Gladys Osorio, en 1950 ganó un certamen radial organizado por LV12 de Tucumán. Fue el punto de partida de su gran carrera.

 

En los años 60 se convirtió en una de las grandes intérpretes del Movimiento del Nuevo Cancionero, una corriente renovadora del folclore comprometida con el retrato de la vida cotidiana del hombre argentino. Luego de grabar en 1961 su disco debut La voz de la zafra, en 1965 presentó Canciones con fundamento, que incluía obras de Armando Tejada Gómez, Ramón Ayala, Manuel Oscar Matus y Aníbal Sampayo, entre otros. Ese mismo año tuvo su primera actuación consagratoria en el Festival de Cosquín. Su voz se popularizó y se sucedieron grabaciones como Yo no canto por cantar (1966), Hermano (1966), Para cantarle a mi gente (1967).

 

Tras su primera gran gira internacional, en 1969 se embarcó, bajo la dirección de Ariel Ramírez, en el fundamental Mujeres Argentinas, que reúne piezas hoy clásicas del folklore nacional, como “Juana Azurduy”, “Rosarito Vera, maestra” y “Alfonsina y el mar”, todas con letra del historiador Félix Luna. En 1970 presentó otros dos discos importantes en su carrera: El grito de la tierra y Navidad con Mercedes Sosa, que incluían temas como “Canción con todos”, “Cuando tenga la tierra” y “La Navidad de Juanito Laguna”. Al año siguiente lanzó Homenaje a Violeta Parra.

 

Su compromiso artístico y político la llevó a grabar en la década del 70 Hasta la victoria, Cantata Sudamericana, Traigo un pueblo en mi voz y A que florezca mi pueblo, con canciones que expresaban la nueva realidad latinoamericana. En 1977 le rindió un homenaje a uno de los grandes compositores y cantores populares argentinos con Mercedes Sosa interpreta a Atahualpa Yupanqui. En 1979, mientras presentaba Serenata para la tierra de uno, fue detenida en la ciudad de La Plata junto con todo el público que había ido a verla cantar. Ese mismo año debió exiliarse primero en París y luego en Madrid.

 

Su regreso a los escenarios argentinos en 1982 generó una gran ebullición popular. Realizó trece recitales con el Teatro Ópera completamente lleno, que quedaron registrados en el disco doble Mercedes Sosa en Argentina, en el que intervinieron León Gieco, Charly García, Antonio Tarragó Ros, Rodolfo Mederos y Ariel Ramírez. Con la dictadura militar en retroceso, el público mostraba su euforia y agradecimiento a aquellos artistas que habían sostenido una propuesta y un discurso coherente en defensa de los derechos humanos y de la democracia. Su disco Mercedes Sosa (1983), que batió récords de ventas, estaba compuesto por piezas inolvidables como “Un son para Portinari”, “Maria Maria”, “Inconciente colectivo”, “La maza” y “Unicornio”.

 

La voz de Mercedes ya había trascendido las fronteras de Latinoamérica. Sus giras tenían como destinos los escenarios más prestigiosos de todo el mundo, como el Lincoln Center y el Carnegie Hall neoyorquinos o el Mogador de París.

 

En los años 80, la artista utilizó, una vez más, su prestigio internacional para ayudar a la difusión de quienes hoy son considerados los grandes compositores de la música popular argentina, como Gieco, García, Víctor Heredia, Fito Páez, Teresa Parodi, Antonio Tarragó Ros y Peteco Carabajal. A fines esa década, recibió la medalla de la Orden del Comendador de las Artes y las Letras, otorgado por el Ministerio de la Cultura de la República Francesa.

 

El 20 de diciembre de 1991, luego de casi diez años de no cantar en un estadio abierto, brindó un recital multitudinario en Ferrocarril Oeste. Estuvo acompañada por Fito Páez, Piero, los Illya Kuryaki, León Gieco, Charly García, Víctor Heredia, Mariano Mores, Facundo Ramírez, Horacio Molina, Julia Zenko, Coqui y Claudio Sosa y Hamlet Lima Quintana, entre otros. En esa década lanzó los álbumes De mí (1991), 30 años (1993), Sino (1993), Gestos de amor (1994), Oro (1995), Escondido en mi país (1996), Alta fidelidad (1997), grabado junto a Charly García, y Al despertar (1998).

 

Los premios y las distinciones se sucedían. Fue declarada ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires y de San Miguel de Tucumán y fue homenajeada por el Congreso Nacional; recibió la Orden del Mérito de la República Federal de Alemania; la Medalla al Mérito Cultural del Ecuador; el Gran Premio CAMU-UNESCO 1995; el Premio de la UNIFEM, organismo de las Naciones Unidas, por su labor en defensa de los derechos de la mujer; el Diploma de Honor del Consejo Interamericano de Música de la Organización de los Estados Americanos (OEA); el Konex de Platino 1995 a la Mejor Cantante Femenina de Folklore y el Konex de Brillante a la Mejor Artista Popular de la Década.

 

Con el comienzo del nuevo siglo, finalizó un proyecto largamente anhelado: la interpretación y grabación de la “Misa Criolla”, la obra cumbre del folklore argentino creada por Ariel Ramírez. En 2002 se embarcó en el proyecto “Argentina quiere cantar” junto a sus queridos Víctor Heredia y León Gieco. Luego de superar sus problemas de salud, en 2005 actuó en el Salón Blanco de la Casa Rosada. Ese mismo año lanzó el álbum Corazón libre, producido por el Chango Farías Gómez y publicado por el prestigioso sello internacional Deutsche Grammophon.

 

Con su último disco doble, Cantora, un viaje íntimo, editado en 2009, logró un gran éxito de ventas. El segundo volumen se convirtió en disco de oro a sólo 12 horas de su lanzamiento. Se trata de duetos junto a artistas de la talla de Joan Manuel Serrat, Caetano Veloso, Charly García, Luis Alberto Spinetta, Fito Páez, Liliana Herrero, Gustavo Cerati, Jorge Drexler, Shakira, Julieta Venegas, Joaquín Sabina, León Gieco, Víctor Heredia, Maria Graña, Leopoldo Federico, Teresa Parodi y Luis Salinas, entre otros. Constante en su trayectoria, el álbum también actúa como plataforma para nuevas figuras de la música popular argentina, como Dúo Nuevo Cuyo, Orozco-Barrientos, Luna Monti y Juan Quintero.

 

Su muerte ha causado una infinita tristeza en todo el país, en sus colegas y en el mundo. Se apagó una voz vibrante, emocionante, que marcó la música local e hizo trascender al folclore argentino en todo el mundo, logrando admiración y reconocimiento.

 

 

 

Fuente: Argentina.ar/CONtinta NORTE