Tigre tiene su tesoro en el Pago de las Conchas. Casco Histórico, un paseo de interés turístico para las vacaciones
El pórtico de la Antigua Aduana
4/1/2017. Se trata de una alternativa para conocer el distrito de una forma diferente que comprende 32 manzanas y es una invitación a recorrer las memorias de la ciudad por medio de construcciones de una riqueza invaluable. Todos los detalles de un municipio con un patrimonio arquitectónico único.
En estas vacaciones, el Casco Histórico se convierte en una opción de turismo diferente para conocer a fondo las alternativas que ofrece Tigre. Son 32 manzanas de extensión, donde paseos, quintas, edificios y casas brindan testimonio de hechos trascendentales en la conformación de la ciudad.
Al iniciar el recorrido a través del Casco Histórico, en la actual Av. 25 de Mayo, aparece el Camino Real que unió el Vierreinato del Río de la Plata con el del Alto Perú. La zona era conocida como Pago de las Conchas, por el nombre Riachuelo de Las Conchas que le diera Juan de Garay al curso de aguas (hoy conocido como Río Reconquista), que hasta principios del siglo XX albergaba caracoles o conchas de agua dulce.
El río Tigre surgió de un temporal ocurrido en agosto de 1820, que transformó el pequeño arroyo afluente del Río de las Conchas en un importante curso de agua que desembocó en el río Luján. Así, se lo bautizó río Tigre, como la ciudad homónima. Su nombre proviene de los yaguaretés (tigres americanos) que llegaron al Delta sobre los camalotes después de las grandes crecidas y circundaban la zona en busca de alimentos.
Por otra parte, la Avenida 25 de Mayo cuenta con atractivos como la Quinta Quirno, una construcción que data del siglo XIX donde se realizaban tertulias e importantes reuniones políticas de la época; el Palacio San Marco, una edificación de antes de 1890 y que fue realizada con materiales traídos de Venecia; la quinta de Vicente Fidel López, nieto de Vicente López y Planes, autor de la letra del Himno Nacional Argentino; La casa de las Columnas, construida en 1870 y de arquitectura italianizante; Casa de Williams, donde vivió Amancio Williams, arquitecto del Movimiento Moderno Argentino, considerado uno de los más importantes de la primera mitad del siglo XX; y el Almacén Faggionato, “La carbonería” o “Posta Rebagliatti”, un Monumento Histórico Nacional construido en 1794.
A lo largo del Casco Histórico también se pueden apreciar varias quintas del siglo XIX y fines del siglo XX que pertenecieron a familias de la aristocracia de Buenos Aires que pasaban allí los veranos. Más cerca en el tiempo, entre los puentes Sacriste y Salas, se encuentra el Paseo Carlota, cuyo nombre fue elegido en homenaje a la pionera de la defensa del medio ambiente, Carlota Sánchez Aizcorbe.
Sobre la traza de Av. Liniers, entre Av. 25 de Mayo y Esmeralda, se divisa la Parroquia Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, la segunda parroquia en antigüedad de la Diócesis después de la actual Catedral de San Isidro, y la Escuela de Educación General Básica Nº2 Bernardino Rivadavia, fundada el 25 de agosto de 1785, junto al puerto del Río de las Conchas.
Otras de las propuestas son la Casa Monsegur, Casa Rabufetti, Casa Sagastume, la Pulpería “El Churrasco”, Casa Pueyrredón, Quinta Los Naranjos, Quinta Imperiale, Casa Peró, Quinta Erhart del Campo, Museo de la Prefectura, Palacio Dougall, Quinta Nevares Coelho, Quinta Astengo “Casa de Emilio Mitre”, Casa de Goyechea, “Casa de la vidriera” y La Calzadilla.
Este destino se convierte entonces en una opción alternativa al momento de visitar la ciudad, donde se puede vivir Tigre por medio de las construcciones que marcaron su historia.
Para más información visite www.vivitigre.gob.ar