Jóvenes y Delito. Estudiantes españoles realizan prácticas en J.J.R. en San Isidro. Reparar el vínculo y evitar reincidencia
22/11/2016. JUSTICIA JUVENIL RESTAURATIVA. Como parte del convenio firmado entre el Municipio y la Universidad de Girona, de España, estudiantes de esta institución realizan prácticas dentro de esta iniciativa que apunta al tratamiento de delitos no graves y contravenciones cometidos por jóvenes o menores con el propósito de bajar los índices de delincuencia juvenil. Se trata de un novedoso concepto que se aplica con singular éxito en Cataluña y que adoptó San Isidro y ha logrado que “el 60 % de los menores que cometieron su primer delito no llegue a reincidir”. “Estamos muy felices por el gran avance que está teniendo este programa. Buscamos que no se institucionalice a los jóvenes que delinquen y que tengan oportunidad de trabajar, estudiar y devolverle a la sociedad, en buenas acciones, el mal que han hecho”, expresó el Intendente Gustavo Posse, quien recibió a los alumnos en su despacho. La iniciativa cuenta con el apoyo de Cáritas, el Obispado, el Colegio Público de Abogados de San Isidro y las fiscalías.
La Justicia Juvenil Restaurativa, un programa que busca abordar desde una nueva perspectiva el tratamiento del delito juvenil, sigue avanzando en San Isidro.
Como parte del convenio firmado entre el Municipio y la Universidad de Girona, de España, estudiantes de esta destacada institución están realizando prácticas dentro de esta iniciativa que se lleva a cabo en el partido y que apunta al tratamiento de delitos no graves y contravenciones cometidos por jóvenes o menores.
Lo cierto es que ante el fracaso de la justicia retributiva tradicional un concepto innovador que atiende a las causas y efectos del fenómeno del delito, tanto a la víctima como al culpable, en el contexto de una solución comunitaria basada en la asunción de responsabilidades personales se está abriendo paso como una auspiciosa alternativa de resolución de conflictos. Se trata de la justicia restaurativa o reparadora, un modelo más que apropiado para el tratamiento de los adolescentes en conflicto con la ley ya que no los estigmatiza y promueve su reinserción social.
Un ejemplo típico que explica cómo funciona la justicia restaurativa es aquel que alude al caso de dos menores mujeres de 14 años que le robaron la compra a una señora mayor que vivía en un tercer piso donde no había ascensor y debía hacer un esfuerzo importante para transportar las bolsas. Tras el hecho se confrontó a la víctima con los victimarios: la señora les explicó el daño que le provocaron, y las chicas se comprometieron a llevarle las compras hasta la puerta de su casa, por un determinado período. Un ejemplo sencillo, que muestra cómo con el acompañamiento profesional adecuado las chicas pudieron tomar conciencia de su delito, ofrecieron reparación a su víctima, y esto evitó que reincidieran”, remató Flier.
La respuesta de la Justicia clásica solo se pregunta quién es el culpable en cambio la Justicia Restaurativa por el contrario plantea qué daño ha provocado el acto y a quién se lo causó y busca ante la reparación la resolución del conflicto.
“Estamos muy felices por el gran avance que está teniendo este programa. Buscamos que no se institucionalice a los jóvenes que delinquen y que tengan oportunidad de trabajar, estudiar y devolverle a la sociedad, en buenas acciones, el mal que han hecho”, manifestó el intendente Gustavo Posse, quien recibió a los alumnos en su despacho.
Raúl Calvo Soler, profesor de la Universidad de Girona y director del programa en San Isidro, contó:“Estas experiencias son muy enriquecedoras para todos. Es importante que la gente joven estudie y aporte sus ideas para que esta iniciativa crezca y sea cada vez más completa”.
La Justicia Juvenil Restaurativa atiende a las causas y efectos del delito, y se basa en tres pilares: responsabilidad del autor (toma de conciencia del daño provocado); reparación a la víctima (sanción); y reinserción del infractor a la comunidad (prevención de futuros delitos).
Según los especialistas, el diálogo entre víctima y victimario es un instrumento valioso para “sanar” a ambos, para reparar el daño producido por el delito buscando que el joven tome conciencia del impacto de sus actos y para prevenir la reincidencia.
“Los estudiantes de criminología de la universidad española vienen a formarse mientras observan el funcionamiento de la iniciativa en San Isidro. Realmente, es un orgullo que vengan a aprender desde el lugar donde se originó este programa”, observó el secretario de Integración Comunitaria local, Arturo Flier.
Al finalizar la reunión, Gisella Cavanas subrayó: “Creo que es una experiencia muy buena porque te ayuda a ver otros puntos de vista y otras culturas”.
A su lado, su compañera Raluca Balan completó: “Luego de estudiar tanto contenido teórico, esto sirve para empaparse de realidad y llevarlo a la práctica. Con la justicia juvenil restaurativa vemos que se pueden conseguir grandes resultados sin caer en la represión”.