Transparencia. Aconsejan aplicar el protocolo de Cáritas. La Iglesia pide controlar el origen de las donaciones

10/9/2016. A raíz del escándalo en el convento en General Rodríguez, la Iglesia decidió extremar recursos para asegurar la transparencia en todas las donaciones que recibe. El Obispo de San Isidro y titular de Cáritas, monseñor Oscar Vicente Ojea sobre los proyectos de la asociación humanitaria de la iglesia para atender a las poblaciones vulnerables como la apertura de Centros Barriales de la Juventud, como ocurre en la diócesis sanisidrense y también se debatió el  nuevo programa de viviendas a través de Cáritas Nacional. El encuentro de la Comisión Permanente del Episcopado prosigue hoy. 

Los veinte obispos que integran la comisión permanente del Episcopado coincidieron en que es necesario dar “señales claras en favor de la transparencia en el manejo de fondos y la rendición de cuentas”, indicó el diario La Nación.

Los obispos consideraron como modelo apropiado el protocolo que aplica Cáritas mediante normas estrictas que impiden aceptar fondos con orígenes dudosos o con sospechas de estar involucrados en operaciones de lavado de dinero.

“Hay una preocupación por extremar las normas de transparencia, especialmente cuando se reciben donaciones del Estado, e incluso de los empresarios”, dijo el Obispo de San Isidro y titular de Cáritas, monseñor Oscar Ojea al prestigioso matutino.

La necesidad de aportar mayor transparencia en el manejo de los recursos se ajusta a las directivas del Papa Francisco, quien hace dos meses pidió a los directores del programa Scholas Occurrentes que devolvieran una donación de $ 16,5 millones del gobierno de Mauricio Macri en una carta en la que les advertía sobre el temor de que “empiecen a resbalar en el camino hacia la corrupción”.

Tras el resonante escándalo de las monjas de General Rodríguez, incluso, algunos obispos ya comenzaron a frenar la recepción de fondos. Por ejemplo, a fines de Junio, el obispo de Rafaela, monseñor Luis Fernández, rechazó la donación de $ 400.000 otorgada por el gobierno de Santa Fe para financiar las obras de refacción de una parroquia.

La reunión del Episcopado, que concluirá hoy con el tratamiento de otros temas, fue encabezada por su presidente, monseñor José María Arancedo, junto con los vicepresidentes, el cardenal Mario Poli y el arzobispo de Salta, monseñor Mario Cargnello, y el secretario general y Obispo de Chascomús monseñor Carlos Malfa.

Los proyectos de Cáritas

En medio de la inquietud episcopal por la transparencia en la administración de los fondos, los obispos avanzaron en el visto bueno de dos iniciativas de Cáritas destinadas a poblaciones vulnerables, que requerirán asistencia financiera.

Uno es la creación de centros barriales para la atención de jóvenes afectados por el consumo de drogas, que se realizarán a través de cooperativas y la colaboración financiera de organismos internacionales. Y el otro es la ejecución de programas de autoconstrucción y mejoramiento de viviendas para familias pobres, que se gestionarán mediante convenios con la Subsecretaría de Hábitat y Desarrollo Humano, que conduce Marina Klemensiewicz en el Ministerio del Interior.

“Todo se enmarca en la preocupación de la pobreza. Las adicciones y la falta de viviendas se dan principalmente en barrios vulnerables y nosotros intentamos responder a las necesidades de la gente”, explicó Ojea, al insistir en que la transparencia es un elemento central en esos procesos. Desde 2004. Cáritas participó en el plan de construcción de 5307 viviendas, por un monto de $ 662 millones, con el modelo de autoconstrucción, que se ajustó a los controles rigurosos del protocolo.

Nuevo programa de viviendas a través de Cáritas Nacional

Pero el tema central fue abordado por el director de Cáritas, Horacio Cristiani, quien explicó las características del nuevo programa de viviendas de la institución para permitir el acceso y mejoramiento de las condiciones de hábitat de las familias pobres que no cumplen con los criterios de elegibilidad de otros planes.

El programa es la continuidad del que está en marcha y promueve la inclusión social de las familias participantes a través de la autoconstrucción de sus viviendas por esfuerzo propio, recuperando la cultura del trabajo y facilitando la capacitación en oficios. Además integra un trabajo articulado con organismos del Estado nacional, municipal y otras organizaciones sociales.

El programa se inició en 1998 con la “Campaña Reconstruir con Esperanza” como respuesta a las inundaciones provocadas por el fenómeno del Niño en el Nordeste Argentino (NEA). Se firmó un convenio con el Ministerio de Desarrollo Social, y entre 1999 y 2001 se ejecutaron 1291 soluciones habitacionales: 468 viviendas nuevas y 823 rehabilitaciones.

En 2004 se firmó el convenio marco entre el ministerio de Planificación y Cáritas Argentina para el Programa de Construcción de Viviendas mediante el modelo de autoconstrucción, ayuda mutua y asistencia técnica. A partir de este convenio marco se firmaron 6 convenios particulares para la construcción de 5.307 viviendas en 6 etapas, por un monto total de 662 millones de pesos, a valores de cada etapa. Los proyectos se desarrollaron en 17 provincias y 30 diócesis.

Actualmente se está desarrollando la sexta etapa con un grado de avance total del 88 por ciento y 15 proyectos terminados sobre un total de 49.

Tras la asunción del nuevo gobierno nacional se continúa con la ejecución de la sexta etapa hasta su finalización, y a través de la Subsecretaría de Hábitat y Desarrollo Humano, impulsa un nuevo programa al que han invitado a participar a Cáritas Argentina.

El programa fue puesto a consideración de los obispos para firmar un nuevo convenio marco, comunicar a las Cáritas diocesanas y avanzar en el análisis de nuevos proyectos.

El nuevo programa presenta un abordaje integral del hábitat superador de casos puntuales. De este modo se amplía el radio de acción y se da la posibilidad de nuevas intervenciones, tales como mejoramientos habitacionales, provisión de infraestructura básica, promoción de centros de salud, espacios verdes, plazas, etc., trabajo pre y post obra contemplado en el proyecto y capacitación en diferentes etapas del proyecto.

También el Obispo de Jujuy, monseñor Daniel César Fernández, exigió recientemente que todos, en el Estado y en la Iglesia, estén obligados a rendir cuentas. “Como obispo, soy administrador de los bienes de la Iglesia. Tengo que saber que debo rendir cuentas. Y es importante que todo funcionario público sienta que siempre va a tener que rendir cuentas”, expresó, al hablar en su diócesis.

Los controles de la Iglesia no se limitan a lo económico, sino que también apuntan a definir con más claridad la responsabilidad que tienen las autoridades eclesiásticas sobre las asociaciones privadas de fieles constituidas en distintas diócesis, como es el caso del monasterio de la madre Alba.

Algunos obispos plantearon en la reunión de ayer su inquietud por los riesgos de politización de la festividad de San Cayetano, a partir de la marcha de organizaciones sociales que partió el domingo del santuario de Liniers. Hubo coincidencia, en tanto, en el diagnóstico del Papa sobre los índices de desocupación.

La Comisión Permanente continuará reunida hasta el jueves 11