49 Jornada Historia Vecinal. San Isidro, anécdotas, efemérides y un mismo denominador: la construcción colectiva de un pasado común que se mantiene vigente

15/10/2014. En esos encuentros emergen sucesos que hacen a la identidad local y que nutren a la memoria colectiva. El de la 49 Jornada –como no podría ser de otro modo- giró en torno de la fundación de la Capellanía y don Jorge Tirigall, presidente de Hijos y Amigos de San Isidro, dueño de una prodigiosa memoria y florida verba, rescató una perlita de sus historias tituladas “Algo de Nuestro Ayer”. En un relato ameno, no exento de episodios risueños– contó con lujo de detalle las dos aficiones que tenían los inmigrantes peninsulares que daban vida a la Sociedad Italiana de San Isidro, la misma que hoy funciona donde está el cine teatro Stella Maris: habló de la pasión por el canto y el teatro. Vicente Ciancaglini, Juan Visotto y Luis Beltri se destacaban entre los primeros mientras que Américo Costa Gallardo, Rafael Diserio, los Leonardi, Tassini y hasta el después famosísimo Adolfo Linvel, sí el de Los Campanelli, se tutearon con el embrujo de las tablas. De esas historias, Tirigall contó la de don Giuseppe, un simpático personaje que se ocupaba de telones y decorados y que tuvo su debut con singular bocadillo: “Aquí está la ley, yo soy la ley”. El presidente del legislativo local y el vice primero, Carlos Castellano y Andrés Rolón distinguieron a Martina Antonini, por la incansable labor que lleva adelante al frente del Equipo de Prevención del Abuso y Maltrato en Menores (EPAMM). En tanto, en un gesto de camaradería Carlos Cúneo, ex director de Costa Norte, el decano del periodismo zonal y actual titular de CONtinta NORTE premió al periodista Roberto Brey y a Sandra Salvatori, propietarios del Semanario Prensa Libre, por su permanente entrega y notable crecimiento en el edificante ejercicio de informar al ciudadano desde lo local. Mirá los videos!

Como todos los años, cada vez que se  conmemora la creación de la Capellanía de San Isidro la asociación Hijos y Amigos de San Isidro prepara las Jornadas de Historia Vecinal Sanisidrense, en esta ocasión la cuadragésimo novena, fue un encuentro con nuestro ayer que permite bucear en relatos más que interesantes de la historia local de un pueblo único e irrepetible.

Un público celoso de las tradiciones y entusiasmado por mantener vivo esos hechos que hacen a un pasado común se llegó el sábado último hasta los salones del Teatro del Viejo Concejo. Allí, a poco de abrir la Jornada, el vicepresidente de la entidad, Carlos Arena hizo las veces de maestro de ceremonias y el historiador Jorge Tirigall con ese especial don de poner en valor hechos, historias, anécdotas y personales que hacen al devenir sanisidrense, recordó que el pueblo no tiene fecha exacta de fundación y que se toma como acto liminar la creación de la Capellanía un 14 de Octubre de 1706. “Hace exactamente 308 años –precisó-. Antes a San Isidro se lo llamó Montes Grandes y se lo conoció también como Pago de la Costa”

“El pueblo estrictamente no fue fundado nunca – abundó en detalles- Acá habían labradores, San Isidro era un pueblo agrícola ganadero que abastecía a Buenos Aires”.

EL TEMPLO Y LA COMUNIDAD ITALIANA

Luego se refirió al cuadro más antiguo pintado por el marino y artista plástico  inglés, Emeric Essex Vidal que reflejaba en la tela la iglesia sanisidrense con una pequeña torrre “que por supuesto no es la actual”.

Abrevando en los escritos del padre Actis, recordó que a la primigenia capilla le siguió un templo con dos torres de estilo colonial que se levantó en 1870 y que en 1885 se produjo su demolición. “Los italianos de San Isidro ayudaron en esa tarea y la señora Mercedes Aguirre de Anchorena junto a otras damas de la sociedad sanisidrense colaboraron para que se construya la actual Catedral –memoró-. Los arquitectos eran europeos, pero quienes la edificaron eran en su mayoría constructores italianos, conocidos vecinos como Tiscornia y Morganti”, detalló.

Con ese hilo conductor que hizo foco en la comunidad peninsular que se aquerenció en el pago chico, Tirigall dedicó un párrafo de su relato a la actividad que cultural y social que desplegaban en la Sociedad Italiana de San Isidro. Con la lírica y el teatro como principales desvelos, en su colorida descripción el presidente de Hijos y Amigos narró cómo se trasladaban al coliseo porteño, el imponente Teatro Colón para presenciar los recitales desde el paraíso de la sala. “Mientras subían las escaleras, sacaban de entre sus ropas una galera plegadiza. ¿Por qué plegadiza? Ocurre que si salían de La Calabria, el Mondongo y el Bajo de San Isidro (barrios todos del San Isidro de entonces) con una galera normal, los malevos de la estación de aquellos años 30, posiblemente los tomarían a golpes”, confió.

DE LINVEL A DON GIUSEPPE

También Tirigall se ocupó de la notable carrera actoral del hijo del médico del pueblo Amancio Emina, que no era otro que Adolfo Linvel (apellido artístico de Adolfo Emina), “que trabajó de mozo en las películas de Luis Sandrini y más tarde brilló en Los Campanelli con dos frases que quedaron como un sello indeleble: “no hay nada más lindo que la familia unita” y “no quiero oír ni el volido de la mosca”. Ya sobre el fin de su exposición Tirigall aludió a un singular personaje de aquellos años, Don Giuseppe, un hombre que se ocupaba de decorados y el matenimiento de la sala y un buen día fue tentado a debutar sobre las tablas. Su parlamento, para él todo un libreto –“pero podía entrar en un boleto de tranvía”, se resumía a la frase: “Aquí está la ley, yo soy la ley”.

Lo cierto es que el día del debut y tras haber recitado el texto decena de veces, Giuseppe llegó bien temprano, a eso de las 6 de la tarde a la sala, hizo el intento de salir al toro en cada uno de los actos pero debió reservarse para el final. Recién en el epílogo del tercer acto, un hombre hiere de muerte a otro y exclama: “¡Dios mío he matado a un hombre, sobre mí la Justicia, dónde está la ley de los hombres!, desliza dándole el pie. Y tras bamabalinas se escucha: “Dale Giuseppe andá ahora”. Con fuerte vozarrón el hombre robusto y con cachetes henchidos dijo su bocadillo: “Aquí está la ley, yo soy la ley”. “Usted será la ley, lástima que como siempre llega tarde”, le indicaron a lo que el itálico personaje retrucó. “Eso sí que no; acá no me dejaron entrar estaba en el Teatro desde las seis” (risas)

Asimismo, durante la jornada miembros de la entidad aludieron a Domingo de Acassuso y un monumento que nunca llegó a levantarse, recordaron que la plazoleta Capitán Domingo de Acassuso, en homenaje al fundador, se inauguró un 15 de Mayo de 1965, en 9 de Julio y Libertador, un terreno expropiado años antes por el comisionado Horacio Savino, también reseñaron la construcción del emblemático Cine Teatro Acassuso, los primeros pasos del nadador Sebastián Dibar, el campeonato del CASI en rugby, las fundación del Social Ribereño y la extensión del primer carnet de patrón en el Náutico al entonces presidente provisional José Féliz Uruburu, en fin leyeron efemérides que tuvieron lugar por esos años, floridos relatos urdidos por el propio Tirigall

EN EPAMM HAY EQUIPO!

Al cabo del encuentro el presidente del Concejo Deliberante de San Isidro, Carlos Castellano junto a Andrés Rolón, entregaron al Equipo de Prevención del Abuso y Maltrato en Menores (EPAMM) el premio que cada año, con motivo de la conmemoración de la creación de la Capellanía de San Isidro, otorga la Asociación Hijos y Amigos de San Isidro.

Ambos pusieron en manos de la presidenta de EPAMM, Martina Antonini, en reconocimiento a la incansable labor que lleva adelante esta entidad que a través de diferentes acciones trabaja en la prevención del abuso y maltrato en menores un diploma y una ramo de flores que luego ésta le obsequió a su nieta.

“La labor que realiza EPAMM es maravillosa y admirable y es un gusto muy grande para nosotros desde el Concejo Deliberante como para el mismo intendente Posse trabajar en conjunto con esta entidad que se dedica a prevenir algo tan terrible como es el abuso y el maltrato a un menor, algo que tristemente existe es nuestra sociedad y que cada vez ocurren más casos”, expresó Castellano.

El presidente del legislativo sanisidrense señaló que EPAMM no sólo trabaja para evitar el abuso y el maltrato en menores sino que también asiste a las víctimas de estas situaciones, asesorando a sus familias sobre cómo proceder.

“EPAMM trabaja muy bien intentando modificar o actualizar las leyes nacionales, provinciales o municipales para dar una mayor protección al niño. Y quiero destacar un trabajo que el municipio de San Isidro llevó adelante por iniciativa de esta entidad que fue la creación de una ordenanza por la cual en San Isidro si un adulto quiere entrar a un hotel con un menor debe probar su parentesco para evitar así situaciones desagradables”, subrayó Castellano.

La presidenta de EPAMM observo que le tocó a ella recibir este premio pero que es todo un equipo de voluntarios el que lleva adelante el trabajo.

“El mérito es de todos los que formamos EPAMM que siempre estamos alerta cuando un niño está en peligro. Este premio nos honra muchísimo pero significa a la vez el compromiso de seguir trabajando. Quiero aclarar que no tenemos pactos con nadie, actuamos cuando vemos que un niño está en riesgo”, indicó Antonini.

El presidente de la Asociación Hijos y Amigos de San Isidro, Jorge Tirigall, dijo que EPAMM tiene más que merecido el premio y convocó a la gente a que se interiorice sobre la labor que realiza esta entidad.

CAMARADERÍA DE TINTA Y PAPEL: “Es posible vivir en una sociedad donde se piense distinto y ayudarse”

Luego el periodista Carlos Cúneo, ex director del Semanario Costa Norte y actual propietario del periódico y portal CONtinta NORTE, distinguió a los hacedores del Semanario Prensa Libre, Roberto Brey y Sandra Salvatori, por la vigencia de una publicación que ha ido creciendo en la zona con solvencia y un estilo propio. “Tomando el ejemplo de ‘Costa Norte’ que para nosotros fue un referente en cuanto a su calidad, a su posibilidad y llegada, proyectamos la salida de ‘Prensa Libre’ –expresó Brey-. Aunque teníamos distintos estilos siempre nos llevamos de acuerdo, nos aconsejamos y cultivamos buenas relaciones. Es posible vivir en una sociedad donde se piense distinto pero donde cada uno aporte desde su lugar para vivir en conjunto un poco mejor”

Sobre el final, la cantante Nora Bar, discípula de Roberto Yanés deleitó a todos con sus tangos y milongas y luego unos y otros compartieron un vino de honor en los jardines de la Casa Museo Alfaro. Sin duda la Jornada fue la excusa. Es que San Isidro es eso y mucho más, son anécdotas e historias hilvanadas en el tiempo que hacen a una identidad común, que tienen que ver con eses rasgo indeleble de la idiosincrasia de una comunidad que ha sabido nutrirse en sus tradiciones, reeditarlas y enriquecerlas con visión de futuro.