Resolución de conflictos. Especialistas expusieron sobre Tribunales Comunitarios. Juzgados que atienden problemas locales
1/6/2014. El Director de Asistencia Técnica del Centro de Innovación Judicial de EE.UU., Julius Lang y el juez Alex Calabrese, del Centro de Justicia Comunitaria de Red Hook, Brooklyn expusieron en el Teatro del Viejo Concejo sobre el funcionamiento de losTribunales de Justicia Comunitaria, un modelo innovador que apuesta a acercar la justicia a la comunidad favoreciendo la resolución de conflictos y que ha logrado bajar los índices de criminalidad y los de reincidencia. “En Estados Unidos creamos los “Red Hook” que son juzgados instalados en los mismos barrios, diseñados para atender problemas locales, que requieren de coordinación entre los poderes judicial y administrativo –dijo Lang– en ellos los jueces se capacitan para comprender mejor problemas sociales tales como drogadicción y violencia doméstica, porque deben recurrir a servicios como tratamiento de rehabilitación para drogadictos”, indicó. A poco de abrir el ciclo, ante los medios de prensa elIntendente Gustavo Posse expresó:“Esta es una invitación para ampliar el sistema de justicia sancionatorio y darle una segunda oportunidad a quienes cometen delitos menores para que reconsideren sus acciones y entiendan que lo que hicieron no estuvo bien”. A su vez, María Figueras, presidenta de la Asociación Conciencia factotum del encuentro, observó que “muchas veces los delitos más graves se inician en causas pequeñas y por no atender el fondo de la cuestión, finalmente terminan en acciones más complicadas”, valoró el accionar de Red Hook que logra con el apoyo de la comunidad atacar el foco del problema. En esa inteligencia, la jueza de cámara, María Fernanda Nuevo de Possepuso el acento en la mecánica de trabajo del focus group y en sus alentadores resultados. “Ellos buscan el problema, se enfocan en la resolución y avanzan sobre la problemática, así evitan la reincidencia y además ahorran dinero porque el imputado no va a la cárcel y el Estado no gasta en ese servicio penitenciario. Hace a un círculo virtuoso, que arranca atendiendo estos casos de menor cuantía y que ha logrado bajar los índices de delincuencia y la reincidencia, porque en definitiva acerca la justicia y trabaja con la persona”, remató.
La muerte del director de una escuela local de Brooklyn en 1992 y la tapa del The New York Times ventilando las estadísticas de sobre asesinatos, violaciones, robos y ataques fueron el disparador para que la sociedad entendiera que el caso del docente no se trataba de un hecho aislado. Brooklyn era considerado por muchos como “una zona de guerra” a manos del narcotráfico donde la violencia se palpaba en las calles. Los padres, por caso, les enseñaban a sus hijos que cada vez que escuchaban un disparo se tiraran al piso y por las noches las madres ponían a dormir a los pequeños dentro de las bañaderas, porque eran el lugar más seguro.
Para reducir la delincuencia, el sistema judicial de Estados Unidos adoptó desde el año 2000 un programa innovador inspirado en la resolución pacífica de conflictos. Se trató de los Tribunales Comunitarios, un modelo que busca atender las necesidades de la víctima y, a la vez, dar soluciones creativas a delincuentes no violentos a través de trabajos comunitarios. Las propuestas, por ejemplo, incluyen tratamientos contra la adicción a las drogas y el alcohol, o la posibilidad de terminar sus estudios.
Ante un recinto repleto de camaristas –por caso se encontraban presentes el presidente de la Cámara Penal, Dr. Blanco, el titular de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de San Isidro, Dr. Manuel Quintana y el integrante del Consejo de la Magistratura de la provincia de Buenos Aires, Dr. Jorge Luis Zunino; entre otros– , jueces, defensores, fiscales, asesores, concejales, funcionarios y representantes de la educación, el viernes último especialistas en derecho expusieron acerca del exitoso modelo de los Tribunales de Justicia Comunitaria.
La jueza de Cámara, María Fernanda Nuevo de Posse -principal articuladora para que la Asociación Conciencia y la Fundación Libra, con el apoyo de la Embajada de EE.UU., hicieran que desembarque esta jornada en San Isidro- fue la encargada de dar la bienvenida y abrir el evento.
Tras su cálido recibimiento, Gladys Alvarez de la Fundación Libra, recordó que al visitar Brooklyn la ciudad “era el reino de la inseguridad donde ni la Policia podía entrar”, describió. “Hoy en día gracias a la tarea de Red Hook uno puede pasear al lado del puerto con la seguridad de saber que uno está en un lugar donde no hay peligro. Este modelo se hizo cargo de la atención a la víctima y de la atención al delincuente, rescatándolo, logrando su reinserción y bajando la reincidencia”, expresó y al rato invitó: “Podemos hacer de este encuentro, que no es fortuito, algo fundacional; acá en San Isidro hay un Municipio presente, en la sala se encuentran representantes de la sociedad civil y de la justicia, está todo dado para que podamos mostrar un modelo que acerca la justicia a la comunidad y que brinda un mejor servicio”
Luego de presentar a los disertantes y de contar que esta experiencia exitosa – que se aplicó por primera vez en un pueblo de Brooklyn y ya se replicó en Australia, Canadá y Sudáfrica –, el Intendente Gustavo Posse le entregó sendos presentes a los expositores. Posse observó que un municipio es una empresa social de servicios y que fortaleciendo sus autonomías estos pueden convertirse en centros cívicos de cambio, a su vez y les confesó tanto a Lang como a Calabrese, que representaba una alegría enorme poder agasajarlos y contarlos como disertantes. En tanto, Lang le dijo que entre las los premios el de los Municipios era la que más valoraba porque proviene de una de las instituciones más cercanas a la gente.
“Esta es una invitación para ampliar el sistema de justicia sancionatorio y darle una segunda oportunidad a quienes cometen delitos menores para que reconsideren sus acciones y entiendan que lo que hicieron no estuvo bien”, afirmó el Intendente Gustavo Posse sobre este programa que hace foco en la prevención.
La presidenta de Conciencia, María Figueras, dijo que la asociación se involucró con el tema porque justamente trabajan para solucionar problemas de convivencia: “Aunque nuestro sistema no permite implementar este modelo, sí pueden hacerse pequeñas réplicas como mediaciones en los colegios para que los chicos aprendan a negociar y a resolver conflictos entre ellos y evitar enfrentamientos mayores”, señaló.
Por ejemplo, en el sistema judicial tradicional, una persona que roba dinero para comprar drogas debe ir preso o pagar una multa o hasta puede quedar libre; y por lo general vuelve a delinquir en reiteradas oportunidades.
“Desde los Tribunales Comunitarios, en cambio, hacemos una evaluación integral del problema y si la persona es adicta, el juez puede ordenar un tratamiento para que deje de consumir y, a su vez, que realice actividades para retribuir a la comunidad por los daños que causó”, contó durante la conferencia Julius Lang, director de Capacitación y Asistencia Técnica del Centro para la Innovación de Tribunales de la Ciudad de Nueva York.
Estos Tribunales, que involucran a la comunidad en la respuesta a problemas judiciales, – informó Lang – se diseñaron por la “insatisfacción de la sociedad con respecto a la gestión judicial”.
“Por lo general, las personas que cometen delitos menores o contravenciones tienen una vida muy complicada y vuelven a repetir estos delitos. Por eso, la propuesta es hacer foco en la restauración y el trabajo conjunto para volver a reinsertar al delincuente en la sociedad y, a su vez, que la sociedad sienta que aquél corrigió los daños que generó”, expuso el especialista.
Alex Calabrese, juez del Centro de Justicia Comunitaria de Red Hook, Brooklyn explicó que este modelo da a los jueces una nueva opción – entre encarcelar o no – sobre qué decidir en relación a la condena.
“Abre una tercera posibilidad porque con el trabajo de los asistentes sociales también se puede liberar al responsable con la condición de que se someta a una rehabilitación. Después, se hace un seguimiento riguroso para verificar que esa persona cumple con todo lo indicado para enderezar su vida. De esta forma, se logra un mejor resultado para la víctima, para quien delinque y para la sociedad”, sostuvo el juez.
Según expuso Calabrese, este sistema logró reducir la cantidad de encarcelamientos en un 35 por ciento y la reincidencia en un 10 por ciento. Además, según una encuesta realizada a la comunidad, el 94 por ciento tomó de manera positiva esta iniciativa que también significó un ahorro para el Estado por la reducción en costos procesales. “Se trata de articular el trabajo entre la policía local, la comunidad y el tribunal”, detalló.
COLABORACION COMUNITARIA EN TEMAS QUE HACEN A SEGURIDAD
Uno de los programas que se aplica desde Red Hook para quienes han cometido delitos menores es el de Panel de Impacto Comunitario, haciendo sentir el impacto directo de sus acciones sobre la comunidad. Esta es una oportunidad educativa para derribar ciertos estereotipos. Red Hook construyó también una relación de confianza con los líderes de las minorías raciales, que tradicionalmente desconfían del sistema judicial.
“Todos los ciudadanos tienen un rol en la prevención. Cada dos o tres años, Red Hook realiza encuestas para saber cuáles son los problemas de la comunidad, que permite saber si se sienten seguros, si aprueban el trabajo policial y el de los fiscales”. contó Lang, quien presentó ejemplos de los resultados logrados, como la reducción del 40 % en el tiempo del proceso y el aumento del 50 al 75 % en el cumplimiento de las penas.
“En 2007, el programa recibió un premio muy prestigioso por la mayor reducción de delitos graves que generó. La colaboración comunitaria y la confianza en el Centro es fundamental. Nuestras encuestas demostraron que de sólo el 13 % de confianza en el funcionamiento de la Justicia, se pasó al 57 %, alcanzando el 94 % en 2009. Red Hook ayudó, además, a incrementar la percepción de seguridad; la sensación de inseguridad cayó 45 %”, concluyó el Dr. Julius Lang.
QUIÉN ES JULIUS LANG
Es graduado en Economía de la Universidad de Pennsylvania y tiene un doctorado en Jurisprudencia de la Facultad de Derecho de la Universidad Villanova. Fue Coordinador del primer tribunal comunitario a nivel mundial, el Mitdown Community Court. Fue además Jefe de Gabinete del Comisionado de Preservación y Desarrollo Habitacional de Nueva York y asociado al Estudio Jurídico de Derecho Internacional “Shearman & Sterling”. Desde 2002 se desempeña como Director de Asistencia Técnica del Centro de Innovación Judicial Center For Court Innovation, organización no gubernamental de los Estados Unidos de América, dedicada a la cooperación con tribunales y agencias de la justicia penal, para asistir a las víctimas, reducir el delito y aumentar la confianza pública en la Justicia, teniendo a cargo más de 50 países.