Viví Punta. Positivo balance del Festival de Cine de Punta. ALTA CALIDAD en un clásico de un pequeño gran país

 

“GERMANIA”. Producción argentina dirigida por Maximiliano Schonfeld, fue la ganadora del Festival de Cine de Punta del Este, en su 16ª edición.

11/3/13. Con la entrega de premios y la proyección de las películas ganadoras tocó a su fin el festival de cine de Punta del Este, un clásico esteño para los amantes del séptimo arte que acapara la atención de la región. “Germania”, película argentina realizada en 2012, dirigida por Maximiliano Schonfeld, resultó ser la merecedora del Premio Mauricio Litman a Mejor Película en esta 16ta edición. Pero también su director se alzó con el premio al mejor realizador y por su actuación en “El Campo”, la argentina Dolores Fonzi se llevó el de mejor actriz mientras que el chileno Alejandro Goic se quedó con el de mejor actor. El voto del público le correspondió al filme ecuatoriano “En el nombre de la hija”, de Tania Hermida. Algo más, las dos uruguayas ganadoras del Work in Progress son coproducidas con la Argentina: la comedia “Una noche sin luna” y el documental “Avant”, con Julio Bocca.Enterate aquí de la renovada vigencia de una muestra que rescata el potencial creativo de los realizadores sudamericanos.

 

 

Con una ajustada programación de 50 títulos, la muestra esteña se las ingenió para dar un panorama muy acabado de la actualidad del cine latinoamericano, con puntos altos para el cine argentino y valiosas novedades de Perú y Brasil.

 

La precisa crítica de Juan Pablo Cinelli en el matutino Página12 rescata el valor de esta muestra que más allá de su tamaño consigue sostenerse como un espacio de difusión ganado en la lucha por los espacios vitales cada vez más restringidos, merced la expansiva y viral industria norteamericana. Que una cadena de multicines instalada en un paseo de compras puntaesteño ceda, una semana al año, una sala para permitir que en ella se exhiba parte de la programación de un festival es, sin vueltas, un hecho simbólico sumamente poderoso. Entonces resulta indiscutible que para una industria cinematográfica como la uruguaya, que estrena apenas entre 8 y 15 películas por año, la continuidad del Festival de Punta del Este representa un éxito rotundo.


LA DIVERSIDAD, RIQUEZA DEL FESTIVAL


El otro triunfo de este festival en relación con la cuestión del tamaño es su programación, pequeña pero potente, que involuntariamente permite jugar con otras analogías respecto de la pregunta original. No es que en su escueta programación, integrada por una lista de apenas cincuenta títulos, predominen los grandes hallazgos, algo que tampoco ocurre en casi ningún festival del mundo. Aun así, Punta del Este hace gala de no pocas virtudes. En primer lugar, una diversidad de orden múltiple, que tanto se traduce en la amplia representación de cinematografías de los orígenes más remotos (se han proyectado dos películas notables, como la serbia Mi nombre es Janez Jansa y la turca Noche de silencio, en este caso con la presencia del director Reis Celik) como en una pluralidad de miradas cinematográficas que permite reunir films de estéticas opuestas, desde Colosio, de Carlos Bolado, policial mexicano de corte clásico que reconstruye en clave ficcional el asesinato del candidato a presidente Luis Colosio en 1994, hasta La lección de pintura, del respetado cineasta chileno Pablo Perelman, que también aborda un fragmento de la historia de su país con recursos narrativos muchísimo más sutiles. Esa diversidad es la principal riqueza del festival y el mejor argumento a la hora de afirmar que, efectivamente, el tamaño acá importa bien poco.

Dentro de ese panorama, el cine argentino realizó un aporte significativo a la calidad de la programación. Aunque todas ya se han estrenado en la Argentina, películas como Germania de Maximiliano Schonfeld; Días de pesca de Carlos Sorín; El campo, de Hernán Belón; La multitud de Martín Oesterheld, y La araña vampiro, de Gabriel Medina, representan algunos de los puntos más altos dentro de la oferta de esta edición de Punta del Este.

Pero hay más. El cine peruano aportó dos films de gran interés. Por un lado, El limpiador de Adrián Saba, presentado en la Argentina como parte de la Competencia Latinoamericana del último Festival de Mar del Plata, y Casadentro, un poderoso retrato de la sociedad peruana realizado por la directora Joanna Lombardi. A partir de una idea tan sencilla, como retratar la vida de una anciana que comparte su casa desde hace décadas con su empleada doméstica, junto con otra mucho más joven y una perrita hiperquinética de nombre Tuna, Lombardi consigue con humor trazar un mapa de las relaciones sociales en el Perú, marcando además la enorme brecha generacional entre jóvenes y ancianos, que es también la de padres e hijos. Porque a estas tres mujeres se sumarán luego una hija, la nieta y la bisnieta de la señora de la casa, que junto con la ausencia significativa de otra hija dan forma a un potente universo femenino en el cual la presencia masculina (el marido de la nieta) no tiene más peso ni valor que la de los zánganos en una colmena. Formalmente elegante y de un costumbrismo bien entendido, a Casadentro apenas se le puede reprochar un forzado cambio de registro en las dos o tres escenas finales, que de ningún modo estropean un film con algunos tramos exquisitos.

No puede dejar de subrayarse la curiosa tendencia que marcan las dos películas brasileñas exhibidas dentro de la competencia de Punta del Este. Se trató de Hoy, de la directora paulista Tata Amaral, y Cara o cruz, de Ugo Giorgetti, también oriundo de San Pablo. Ambos trabajos abordan de maneras muy diversas el tema de la dictadura militar y los años ’70 en Brasil. La película de Giorgetti se inclinó por un perfil realista y de época, en el que se cuestionan los estereotipos tanto de izquierda, representados en un acomodaticio autor teatral que vampiriza la inocencia de quienes lo rodean, incluido su joven e idealista hermano menor, hasta los de derecha, en el retrato de un general retirado que se niega a creer en las atrocidades cometidas por la institución a la que pertenece. En cambio, Hoy elige ver el tema desde el presente, a través de los ojos de una mujer que acaba de mudarse a un departamento comprado con la indemnización recibida por la desaparición de su pareja. Allí, la culpa se hará presente en la fantasmal figura del desaparecido (curiosamente interpretado por César Troncoso, el actor uruguayo que realiza un papel análogo en Infancia clandestina) que llega para poner en cuestión la validez de la memoria. Ambas películas, aunque correctas en sus aspectos técnicos y formales, adolecen de cierta inocencia en su mirada del pasado traumático, cayendo incluso la de Amaral en una puesta que por momentos se torna en exceso teatral.

No ocurre lo mismo con la chilena Carne de perro, de Fernando Guzzoni, poderoso artefacto cinematográfico construido en torno de la figura omnipresente de un ex torturador que comienza a manifestar síntomas de un ataque de pánico pero que, en su tosca constitución psicológica, se niega a asumir como un problema mental y de conciencia. Con una sólida construcción narrativa y una intensa labor protagónica de Alejandro Goic, Carne de perro flaquea a la hora de decidir qué hacer con esa culpa (que es la del personaje, pero también la del pueblo chileno), a la que en las escenas finales se intenta resolver a través de un perdón de ojos cerrados, como suele ser la no siempre justa piedad religiosa.

Con mucho cine político latinoamericano, esta decimosexta edición del Festival Internacional de Punta del Este no decepcionó en sus puntos altos, pero es de esperar que también crezca, en calidad y producción, para ofrecer el año que viene una edición aun más poderosa. Mientras tanto, su valioso espacio sigue siendo terreno ganado en la batalla por llevar el cine a su destino más legítimo: la gente.

LA ARGENTINA GERMANIA, LA MEJOR

“Germania”, la película argentina realizada en 2012 y dirigida por Maximiliano Schonfeld, resultó la ganadora del premio Mauricio Litman a mejor película del 16° Festival Internacional de Cine de Punta del Este.

“Con un argumento sencillo y un eficaz dominio de los recursos cinematográficos narra la dicha y el ahogo de una pequeña comunidad de inmigrantes, sus temores, su endogamia, las limitaciones de su destino, y lo hace de un modo convincente por la suma de sugerencias de un drama íntimo y social”, expresó el jurado sobre el filme.

Schonfeld se llevó el premio a mejor dirección: “Por el cuidado y la inteligencia con que mixtura el registro documental con la ficción, y la solidez de su propuesta visual y sonora”.

El premio Mejor actriz resultó ser para Dolores Fonzi por la película El Campo del director Hernán Bolón, en este caso: “Por la solvencia a la hora de encarnar una mujer perturbada, a través de un amplio registro dramático”.

Mejor actor del festival fue nominado mientras tanto Alejandro Goic por la pelicula Carne de Perro, chilena, dirigida por Fernando Guzzoni: “por la convicción con que transmite un conflicto interior de manera contenida y precisa

El Premio Voto del Público correspondió a la película ecuatoriana dirigida por Tania Hermida, “En el nombre de la hija”, también ganadora del premio Mejor Película de Jurado Joven.

El Jurado Joven otorgó a la vez dos menciones: a la Música Original para la película El limpiador,- Perú, 2012- dirigida por Adrián Saba, y Mención a la Dirección para la película Todavía el amor, – Uruguay, 2012- dirigida por Guzmán García.

El país anfitrión apenas recibió una mención del Jurado Joven para el director de “Todavía el amor“, Guzmán García, pero eso es muy interesante, porque no parece común que los jóvenes se interesen en un documental sobre gente grande y poco agraciada. Sin embargo, esa fue su favorita: una película intensa donde los setentones habitués de una tanguería cuentan sus historias sentimentales de soledades, frustraciones, resignaciones, cariño apenas. El director logra que los viejos uruguayos aflojen su tradicional reticencia, y emocionen al público. De algún modo emparentada con “El baile”, de Ettore Scola (¿qué nos dirían sus personajes, si pudieran hablar?) “Todavía el amor” ya se exhibe en la televisión sueca. Bien por la producción celeste!

Entre competencia e informativas, Uruguay presentó también tres piezas del estilo montevideano que gusta en ciertos festivales (“Rambleras”, “Rincón de Darwin”, “Tanta agua”), 12 cortos en 16 mm hechos en Maldonado, uno de Punta fuera de temporada, un documental muy oriental hecho por una bahiense (“Voz de murga“, de Micaela Domínguez), un romance brasileño de época dirigido por el uruguayo Alberto Rondalli (“Anita y Garibaldi”, rodado en Santa Catarina), y cinco anticipos sin terminar, entre ellos uno para la polémica: “El padre de Gardel“, sobre el discutido coronel Carlos Escayola.

A señalar, además, “El cartel de los sapos”, Colombia y “La lección de pintura“, Chile (Pablo Perelman, ambientada en 1973). Integraron el Jurado Oficial de la competencia Cecilia Barrionuevo, Gizely Cesconetto y Carlos María Domínguez.

Fueron miembros del jurado joven: Matías Ojeda, Luciana Caffera, Gervasio Lembo, Florencia Gimenez Piazza y Gabriela Miraballes Cortinas.

Fuente: Página12/CONtinta NORTE