San Isidro. La Intendencia y el Siac agasajaron a Maffei por su desempeño en el Dakar Tomás, un piloto SIEMPRE EN CARRERA
Un detalle más: Tomás, en soledad, compitió palmo a plamo con los hermanos Marcos y Alejandro Patronelli, precursores en quads en Dakar y no le fue tan mal. En la cuarta etapa llegó a descontarles 13 minutos y a ponérseles, a tiro lo cual motivó una suerte de pica que fue más allá de la competencia. Hubo denuncias por un supuesto cambio de motor que no sucedió, pedidos de penalización y demás yerbas. “Ellos son los precursores de la categoría, buenos pilotos, pero la verdad es que también, son extremadamente competitivos. La verdad es que hubiera esperado que primero hablaran conmigo antes de andar desparramando infundíos. No se si tienen la presión de algún sponsor, pero van directamente a ganar y lo hacen como sea: fuera y dentro de la carrera”, relata Tomás mientras desgrana una historia que poco tiene que ver con el compañerismo y la sana puja. Así y todo, el piloto de Martínez se las ingenió para discutirle la supremacía a los favoritos que corrían con la ventaja de ir en tándem, arriesgó, puso actitud y tan mal no le fue. “Mi idea fue siempre acceder al podio, me banqué la presión y lo logré. Fui el piloto que más etapas ganó aunque esto no alcanzó para llegar primero, pero estuve en la discusión”, resume Maffei, quien aprendió que siempre es bueno tener la cabeza fría en los momentos calientes para subsanar cualquier contingencia. “Una de las mayores lecciones que me dejó este Dakar fue aprender a arreglármelas en la soledad del desierto. En la llegada a Iquique, se cortó un cable y el motor empezó a levantar temperatura fuerte. Contrariamente a lo que hice el año anterior que seguí, decidí parar y lo repararlo por las mías”, indica el autor de esta verdadera hazaña que ahora se apresta a relatar su experiencia ante los jóvenes. “Será sumamente valioso el aporte de Tomás en las charlas que ofrecerá en distintos colegios y escuelas del partido contando cómo hizo en los momentos duros de la competencia para sobreponerse y seguir adelante, Él es un muy buen ejemplo, un referente”, definió el Intendente
En el reciente rally – el más importante del continente- Maffei logró alcanzar el primer puesto en la cuarta y quinta etapa. En la séptima sufrió un tropiezo y lo pagó caro: los hermanos Patronelli lo superaron y lo relegarían al tercer lugar. Con todo, el joven se las ingenió para ganar cuatro parciales. “Ha sido un Dakar duro y excitante, llegar a la Plaza de Armas de Lima aclamado y subirme al podio, con la contagiosa alegría de ese público que acudió en masa fue algo verdaderamente emocionante. Indescriptible. Es una experiencia de la cual no me olvidaré jamás”, suelta Tomás en diálogo CONtinta NORTE y tras agradecer a familia, amigos y sponsors explica que le demandó una preparación de cuatro meses, que sintió mucho el calor del desierto, en algunos momentos insoportable, pero que correr bajo esas condiciones lo ayudaron a mejorar, a ir siempre a más.
Desde luego, participar en exigencia semejante no es para cualquiera, requiere de mucha concentración y una estrategia. “Una de las mayores lecciones que me dejó la carrera es aprender a arreglármelas en la soledad del desierto, ante la contingencia. En la llegada a Iquique, se me cortó un cable y el cuatri empezó a levantar temperatura fuerte –ilustró Maffei-. Contrariamente a lo que hice el año pasado que seguí, decidí parar y arreglarlo por las mías. Como no quería arriesgar nada cambié el motor, por lo que me penalizaron con 15 minutos. Y luego sobrevino el conflicto: en la etapa siguiente logré descontarles 13 minutos a los hermanitos Patronelli. Ellos se pusieron muy mal y empezaron a preguntarse y tejer conjeturas sobre de qué modo lo había hecho. No lo podían creer!. Como en Copiapó puse un pistón nuevo, sospecharon que en realidad hubo un segundo cambio de motor y enviaron denuncias y cartas a los veedores para que me penalizaran”, cuenta Maffei y en su relato deja entrever que hubiese deseado un gesto de mayor compañerismo, por parte de Marcos y Alejandro, popes de la categoría, esperando que mínimamente lo consultaran, pero empezaron a correr rumores que enturbiaron el asunto.