CRUCE DEL ATLÁNTICO. Aurora Canessa, SUEÑO CUMPLIDO!!!

  

 

19/7/11. La empresaria y navegante Aurora Canessa, que partió el año pasado desde el Puerto de Olivos, cumplió su acariciado sueño: con sus 66 años, en la primera semana de Julio celebró su arribo a la Marina Cascais, en Portugal, cumpliendo así el cruce del Atlántico en solitario. Una verdadera hazaña. En este último periplo, tras 2 meses de travesía, Aurora logró cruzar el océano empuñando el timón del Shipping, en soledad. La deportista arribará al país el próximo 2 de Agosto, pero esta vez lo hará en avión

 

 

Al arribar al puerto lusitano de Cascais, la aguardaba su amigo Rui Pinto, director de la Marina local. No faltó el abrazo de rigor, la consabida felicitación por el esfuerzo a esta mujer que siempre encara empresas difíciles

 

Bueno es recordar que Aurora  como ella le aseguró a este medio no puede estar sin  asumir un desafío importante. “Necesito contar con un caudal importante de adrenalina para poder vivir”, confió esta mujer dueña de un empuje y constancia admirable, además de no poca experiencia en el arte de empuñar el timón, filar y cazar cabos.

 

 

 

“De chicas a las mujeres nos inculcaban que éramos débiles y debíamos buscar refugio en el hombre; para romper con esta dependencia navego – contó tiempo atrás-. Desde hace muchos años lo hago en solitario a bordo de mi velero. Cuando no hay quién baje o suba las velas y se está solo ante un Pampero, una se ve obligada a ponerse las pilas y lo logré”, confesó tiempo atrás esta aventurera.

 

Ella es una de las navegantes argentinas que más ha soltado amarras y competido. Algunas de sus experiencias son las 500 millas del Río de la Plata de los años 1999 – 2000 – 2001 – 2002 – 2004 y 2005.  También participó en la llamada Vuelta de Gorriti, campeonatos argentinos en Dobles,  F.I.C. el Campeonato de Regatas Crucero San Isidro, del 92 al 96 en todas las regatas, cruceros Oceánicos a Río de Janeiro, ida y vuelta en el Concorde. No faltó en periplos a Punta del Este, La Paloma, Mar del Plata o Necochea, además navegó la Bahía de Chesapike a bordo del velero “Malacara” y en 1992 navegó hasta nuestras Islas Malvinas con el “Malabar”. 

 

Su historia, podría decirse, que está signada por librar batalla a los imposibles y en esta nueva exigencia no dejó de desgranar lo primero que sintió a su llegada. “Queridos amigos … con la inmensa felicidad que me da haber podido realizar mi sueño loco que fue … atravesar el Océano Atlántico sola … es que quiero compartir con ustedes la llegada a este puerto de Portugal … la Marina de Cascais … Marcelo Gonzáles, amigo querido y tan valioso para nosotros (el Shipping y yo) se comunicó con la marina hace días avisando de mi llegada y pidiendo asistencia para tomar amarras … haber pasado por los momentos durísimos que pasamos con mi compañero querido … mi barquito … al cual amo … y que nos reciban con tanto cariño y calor humano …. Es un sentimiento muy fuerte que me conmovió y sigue conmoviéndome ”, escribió Aurora Canessa en su diario de bitácora, fue registrando cada una de sus emociones desde que zarpó de la isla caribeña de Saint Maarten el pasado  2 de Mayo.

 

 

El Shipping realizó escalas por unos días en las islas Bermudas, allí esta convecina fue recibida por un grupo de argentinos residentes, y en las Azores, postales que quedaron reflejadas en distintas entregas de CONtinta NORTE  (ver http://contintanorte.com.ar/?p=27004 y  http://contintanorte.com.ar/?p=28058 ).

 

 

En esta última singladura la mujer sintió el rigor del desafío su cuerpo “ya no daba más”, soltó en su relato. Aurora contó que había perdido las fuerzas y el espíritu del viaje , “el son de mar”, tal sus palabras.

 

Ya en tierra firme, la mujer se suelta y da cuenta de las distintas etapas, evoca la vida de a bordo y lo duro de la empresa.

.

En su cruce enfrentó días de tormenta en los que sólo atinó a tragar semillas y frutas secas, la dieta de a bordo resultó exigente, le robó horas al sueño apuradas en una colchoneta tirada bajo el tambucho. Allí meditó en soledad y está le sirvió para leer mucho anche se llenó de moretones por las olas que sacudían el casco de su velero, tapizadode bidones y víveres. A sus amigos les enseña con cierto orgullo, fotos de embarcaciones que se le venían encima, hubo clima de zozobra, pero llegó!.

 

 

Aurora asegura que quienes la recibieron y contemplaron en las condiciones en las que quedó el velero no dudan que ocurrió un milagro y que sin dudas recibió protección “de arriba” (ocurre que llegó con el motor completamente suelto), “y gracias a la vida que me ha dado tanto … gracias por el amor de todos y gracias por el amor del hombre que me espera …”, prosigue el relato.

 

 

Aurora arribara a Buenos Aires recién el próximo 4 de Agosto, no por agua sino a bordo de un avión de línea; entiende que a partir de ese momento despuntará otra etapa en su vida, la del afecto, no tan arriesgada, mucho más serena y tranquila. Aunque al fin  de cuentas, como confió al zarpar desde el puerto de Olivos, este cruce del océano en solitario fue también un viaje a los afectos, en todo momento se acordó de sus padres y amigos