“Somos un país creativo, las crisis no deben asustarnos”

Entrevista exclusiva a Patricia Ott, la responsable de un instituto con más de 40 años en la zona

 

 

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Así reflexiona Patricia Ott, una mujer optimista por naturaleza que supo tomar las riendas del Ott College, en Acassuso. La escuela que en 1966 fundara su madre, la Prof. Dorothy Muir de Ott, una señora próxima a cumplir 91 años, que vio por entonces en la enseñanza del secretariado bilingüe una oportunidad laboral para las mujeres. Patricia siguió sus pasos, heredó la pasión por investigar e intuyó que en mundo muy dinámico se imponía enriquecer ese proyecto educativo sumándole nuevas carreras terciarias con rápida salida laboral. Hoy en el instituto de Eduardo Costa 848, Acassuso, se forman más de 600 alumnos en disciplinas como Gastronomía, Hotelería, Turismo y RRPP. Además, este año gracias a un convenio realizado con la Universidad de Salvador (USAL) se incorporó la Licenciatura en Turismo para egresados con diplomatura en hotelería. En esta nota, Patricia nos revela cómo convirtió a ese instituto en el preferido de los jóvenes, tal vez porque supo descubrir que además de esa fuerte vocación docente recibida como preciado legado, en todo proceso dinámico creativo, como lo es la educación, ellos son los portadores de las inquietudes y de lo nuevo. “Entre su frescura y la cuota de experiencia de los adultos, se logra un ida y vuelta enriquecedor para ambas partes”, confía esta docente cuyo leit motiv es esta gran lección de vida.

 

  

Frente a la estación Acassuso, ahí donde la calle Eduardo Costa funde el cielo con el perfume de las tipas, en medio de construcciones de característico estilo inglés, emerge un cartel de un establecimiento educativo con historia: Ott College.

No falta el revoloteo típico de estudiantes augurando la llegada del nuevo ciclo lectivo. Averiguan qué carreras se dictan y cuál es su carga horaria. Se agolpan en la puerta de acceso y el barrio adquiere una vez más el influjo de estudiantina que se ve reflejado en los coquetos barcitos del lugar.  Grupetes de chicas entusiasmadísimas debatiendo qué seguir, jóvenes que dejan sus bicis al resguardo del bicicletero. El patio de acceso es un ir y venir constante  y -una vez sorteada la entrada-, nos recibe nuestra entrevistada, la profesora Patricia Ott, directora del colegio.

De impecable trajecito, más que atareada por la vorágine que impone la jornada la mujer se las ingenia para concedernos algo de tiempo. “En estos días estamos a full con las inscripciones”, se ataja mientras da la bienvenida. Su despacho es luminoso, aunque apela a la luz artificial para abstraerse del alboroto propio que imponen esas primeras jornadas luego del receso veraniego. “Este es un momento muy interesante para animarse a estudiar una carrera porque cuando todos hablan de crisis y problemas qué mejor que formarse y prepararse para enfrentar épocas difíciles” –suelta a poco de iniciada la charla esta mujer inquieta, imaginativa, que entiende que toda crisis puede convertirse en un desafío, en una oportunidad para crecer. Dialogar con esta mujer resultó una experiencia más que interesante, tanto como espiar por un instante su mundo, un mundo en el que dar y enseñar constituye una tarea cotidiana.

 

Apostar por el futuro y difundir las potencialidades

 

No hay que hacer un tango de todas las cosas –dice-. Al tango hay que saber bailarlo y está bueno que así sea. Tiene ciertamente un dejo de tristeza que nos identifica. Por eso hay que  seguir bailándolo y viviéndolo a pleno. Pero entiendo que es imprescindible creer en el mañana,  porque haciendo las cosas bien hoy, el mañana viene solo y estamos vivos y sanos. ‘Este es un país maravilloso’, lo escucho con llamativa frecuencia en boca de turistas ya sea en la parte profesional o artística. Nos reconocen a los argentinos como gente creativa y eso hay que capitalizarlo. Debemos enorgullecernos y advertirlo porque con razón se dice: “no se  puede querer lo que  no se conoce”, entonces hay que difundir más nuestras potencialidades”, asegura.

En realidad Patricia heredó ese temple y decisión de su madre, la Prof. Dorothy Muir de Ott, la mujer que en 1966 entendió que el secretariado bilingüe podía convertirse en una buena oportunidad laboral para ellas en un mundo ganado por los hombres.

“Mamá siempre trató de enseñarme y me dejó como legado que más allá de constituir una familia siempre había que tener una vocación y tratar de expandirla. Sencillamente porque te hace más feliz  confía la directora– . Ella siempre se puso metas y las iba cumpliendo y creo que ese es un mensaje lindísimo para otras mujeres. Empezó con mucho esfuerzo esta escuela de secretarias y hoy esas señoras le dicen a sus hijos por qué no van al Ott College a estudiar algo que les guste”.

Lo cierto es que el instituto fue pionero en su tipo. En 1985, abrió la primera escuela gerencial de Hotelería del país; en el 94 implementó la carrera de Gastronomía con plan terciario oficial, de creación propia e inauguró sus cocinas para el dictado de las clases prácticas. Durante 2004 abrió el Centro de formación Profesional para dar certificaciones oficiales en Turismo, Cocina, Organización de Eventos, Barman y en el 2006 reabrió la carrera terciaria oficial de Relaciones Públicas. Todo ese cúmulo de cursos nuevos y carreras cortas con una rápida salida laboral tienen el sello y la impronta que supo darle Patricia. “Es cierto, son aportes de mi propia cosecha –admite-. Ocurre que mamá siempre me enseñó esto de investigar y fue entonces cuando advertí que vivimos en un mundo muy dinámico: donde hay épocas de crisis y de crecimiento. Aprendí a estar alerta y a innovar. Entendí que los argentinos somos un tanto conservadores pero que contamos con un caudal de potencialidades únicas, entonces lo importante es estar abierto al cambio. ¿Lo que yo más  disfruto de mi trabajo? Es simple: escuchar a los jóvenes porque ellos vienen con lo nuevo. Una puede diseñar, crear,  pensar, pero la novedad verdadera la traen ellos porque están en otra generación, entonces hay que saber escucharlos y juntos aprender a construir lo que viene”.

Patricia explica que hoy en día ya no se entiende al profesor desde una posición equidistante del estudiante, dando cátedra sobre una suerte de conocimiento enciclopedista sino que se lo ve más como un “docente facilitador” que ayuda a entender la información que cada vez es mayor por el avance de la tecnología. “El proceso es muy enriquecedor –afirma– : están los conocimientos que aporta el profesional y los que el alumno trae o va encontrando en las pasantías, en viajes al exterior; entonces se genera un ida y vuelta muy provechoso”.

Tal vez ése, sea otro de los secretos de este instituto con más de 40 años de trayectoria que ofrece programas de estudio orientados a carreras con gran demanda en el mundo laboral. Le brinda al alumno una formación acorde con la educación contemporánea y los requerimientos de la industria de la hospitalidad. Hoy allí se dicta Turismo, Gastronomía, Hotelería, Relaciones Públicas y hasta hay un ciclo de Wedding Planner que sirve para organizar la propia boda o la de otros. “Ha tenido mucho éxito, al igual que el de Productor de Eventos y Espectáculos , porque por más que resulte algo familiar estos son cada vez más sofisticados y la gente espera algo más que el vals de los novios. Tenemos a Cecilia Corti que es muy profesional y lo toman chicas que quieren organizar su propia boda como quienes quieren trabajar de eso”.

La directora prosigue entusiasmadísima: explica que “el Turismo es la punta del iceberg de una actividad que aún se está por descubrir en su real dimensión” y que atesora no poco futuro, que “la riqueza argentina es inagotable al igual que su Gastronomía”, que existen cursos rápidos como el de “Asesor en Vinos que no es un sommelier pero puede ayudar en la promoción nuestras etiquetas de bandera en el exterior”; habló del de Eventos donde “hay muchas egresadas que están trabajando exitosamente fuera del país” y que en cada punto donde va se sorprende porque ve que quienes pasaron por esas aulas apuestan a emprendimientos valiosos. “La gente del restaurant Mai Mai, del Bajo San Isidro, son egresados nuestros; otros trabajan en grandes cadenas en el exterior –evalúa-. Una alumna tenía un restaurant familiar, estudió hotelería y les hizo a los suyos un plan de negocios de cómo transformar esa empresa en un exitoso Catering supervisado por profesores. También este verano cuando visité la Patagonia me encontré con ex estudiantes del ciclo “Coordinador Turístico” guiando grupos de extranjeros por distintas provincias. Todo demuestra que hay que apostar a aprender algo y aplicarlo laboralmente. Ese el eje que me enseño mi madre y que yo espero transmitir a la gente del Ott para que puedan difundir con las mismas ganas, ese entusiasmo por aprender y hacer cosas; eso, sencillamente es vida”, concluye.

 

Para contactarse con Ott College, donde siempre hay cursos y clases abiertas a la comunidad, dirigirse a Eduardo Costa 848, tel.: 4792-1958 o vía mail a college@ott.edu.ar.