Costa de Martínez. Riganti: “Se decidió dar de baja el decreto de prefactibilidad; no se podrán levantar edificaciones de ese tipo”

13/10/2024.EL SUEÑO DEL MUNICIPIO ES INTEGRAR LA COSTA, CONECTARLA, que se la pueda recorrer de punta a punta”. Con esas palabras la concejal de ConVocación por San Isidro y vicepresidenta del HCD, Catalina Riganti dejaba en claro ante CONtintaNORTE cuál es el espíritu de la actual gestión en relación la ribera. La integrante de la Comisión de Planeamiento Urbano del Deliberativo local explicó cómo fue la situación heredada de la anterior gestión e hizo foco en que la administración Lanús puso especial celo en auditar la situación y en velar por los intereses del vecino. “San Isidro es hermosísimo yo estoy orgullosa de vivir aquí, de la ribera que tenemos y una de las cosas más lindas es su verde y su entorno natural, el contacto con él río, los deportes náuticos, tenemos campeones olímpicos, semilleros de tantos clubes ribereños, pero AL VECINO HAY QUE DARLE LA OPORTUNIDAD DE QUE PUEDA RECORRER LA COSTA, QUE LA PUEDA CAMINAR, DISFRUTAR –confió-. El sueño del municipio es integrar la costa, conectarla, que se la pueda recorrer DE PUNTA A PUNTA, DESDE PARANÁ A 33 ORIENTALES, que estén bien realizados los 35 metros de retiro del CAMINO DE SIRGA”. Durante la entrevista habló del desarrollo ribereño que se quiere en donde convivan clubes, vecinos linderos que residen allí desde hace muchísimos años, turistas, vecinos y al mismo tiempo el tránsito, la seguridad, la iluminación. A su vez, se refirió a un concepto de “seguridad pasiva” por demás interesante que hace a que la comunidad se apropie y habite los espacios públicos para que estos se tornen más seguros. Y en uno de los tramos salientes del mano a mano expresó: “Parte de la voluntad que hace a esa costa pública, de acceso irrestricto, es terminar con estos posibles negociados inmobiliarios y estas construcciones que obstruyen el paso a esa ribera pública y natural”.

 

A poco de asumir la administración de Ramón Lanús heredó de su antecesor la prefactibilidad de un proyecto de barrio cerrado  –Townhouses Al Río” – que planteaba avanzar sobre el espacio verde y natural que caracteriza la costa sanisidrense, pues hasta esa zona del Bajo de Martínez se extiende el Parque Natural Municipal de la Ribera. “Nos encontramos con una situación sumamente irregular de un permiso que se había otorgado de construcción, que ni siquiera había sido firmado por el Intendente anterior sino por su reemplazante y la  primera decisión que en San Isidro tomamos con la nueva gestión fue plantearnos qué tipo de costa queremos, qué desarrollo sanisidrense queremos y qué municipio abierto a la comunidad queremos para que la gente participe”, indicó la concejal y vicepresidenta del HCD, Catalina Riganti.

 

Una de las últimas medidas del gobierno de Gustavo Posse fue remitir al Deliberativo un proyecto que impedía a futuro la construcción de viviendas particulares sobre la costa, el cual recibió rápidamente aprobación, pero esto hacía a la proyectada urbanización de “Townhouses Al Río” aún más valiosa pues era la única con preaprobación otorgada.

 

Enterados de la situación un grupo de vecinos autoconvocados conocidos como “CostaAbierta SI” no tardaron en oponerse al controvertido emprendimiento inmobiliario que pretendía levantar 8 viviendas en la ribera de unos 600m2 cada con una planta baja y primer piso, al que se le proyectaba sumar una terraza con piscina (cada vivienda tenía planteadas dos cocheras), más precisamente en el lugar que ocupara el resto-bar Malloy’s y Fedra’s, en Sebastián  Elcano, ahí nomás de Alvear y el río.

 

“El rol de los vecinos organizados, de la costa abierta, nos pareció fundamental. La participación ciudadana ha hecho que se pongan en agenda temas que nosotros como legisladores, representantes de los vecinos necesitamos sí o sí escuchar”, sostuvo Riganti, quien no puede ocultar su visión de liberar la ribera al uso público, irrestricto y con pleno al esparcimiento cosa que las comunidades vivan y se desarrollen de cara al río.

 

Lo cierto es que los paradores gastronómicos que se emplazaban en el lugar fueron demolidos entre finales de 2023 y principios de 2024 con el fin de empezar la construcción. En Febrero de este año el Municipio clausuró la demolición de Fedra’s Garden porque no cumplía con los requerimientos del expediente pero a pesar del acta de paralización el 5 de Marzo se habría consumado la misma, luego hubo movilizaciones vecinales y hasta una presentación judicial para que se impida la consecución del desarrollo y en el entretanto el municipio puso especial celo en auditar la situación y exigir los permisos correspondientes.

 

LOS SERVICIOS Y LOS INCUMPLIMIENTOS. A fin de obtener la aprobación definitiva los potenciales desarrolladores debían, entre otras cuestiones, mostrar la factibilidad de las empresas, prestando servicios de agua potable, luz, electricidad y gas. Esto hacía a la ejecución de obras básicas como lo son el agua corriente y las cloacas, la iluminación o el tendido de gas natural del que carecía la zona.

Para obtener la aprobación y el otorgamiento del permiso de construcción, la empresa tuvo un plazo de 180 días. A poco más de un año de ese plazo, el fideicomiso responsable del proyecto “Townhouses Al Río” no había cumplido los requisitos establecidos ni las observaciones que fueron formuladas en tres intimaciones de este año realizadas por el municipio.

La actual administración, a través de un decreto firmado por Ramón Lanús, el 27 de Septiembre pasado derogó el proyecto inmobiliario que está ubicado sobre la calle Elcano y Alvear, en el bajo de Martínez, por varios incumplimientos a las condiciones esenciales a las que se había sujeto la autorización. Es entonces que, debido a esos “incumplimientos fundamentales”, declararon la caducidad del decreto que había firmado la gestión anterior. Nuestro rol en la nueva gestión fue auditar, realizar un seguimiento del proyecto y decirles que no se estaban cumpliendo con los pasos y que se caía esa prefactibilidad – observó Catalina-  Pero, además, la decisión que tomó recientemente el Intendente Ramón Lanús va en esa línea de abrir la costa, que ésta sea pública y de conectarla para que la puedan aprovechar la mayor cantidad de vecinos posibles”.

 

Los reiterados incumplimientos permitieron que la obra se cancele sin que esto represente un perjuicio económico para el municipio ni para los vecinos (tal el tristemente recordado caso del Paseo de Fátima), ya que la nueva decisión se amparó en la ley y el código urbanístico.

Desde el municipio en consonancia con la provincia sostuvieron, a su vez, que la construcción no era consistente con la mirada que ambos tienen para la costa de San Isidro, especialmente porque esas construcciones generarían una “barrera” en un espacio de uso semipúblico.

“Nuestro rol como municipio es velar por el mejor aprovechamiento de todas las zonas de San Isidro para la mayor cantidad de gente, es que podamos tener una costa pública, abierta y que todos los vecinos la puedan disfrutar. No es lo mismo un barrio cerrado que lo pueden aprovechar y disfrutar muy pocas personas  -comparó Riganti – que tener un espacio de esparcimiento de caminata, de bicisenda, compartible. Cuando se toman decisiones de este tipo se debe pensar a quién se está beneficiando y siempre velar en favor de la comunidad”.

 

 

LA COSTA QUE VIENE. La mayoría de los countries y barrios privados náuticos que se desarrollaron en la ribera devienen de los tiempos del facto y desde el advenimiento de la democracia los gobiernos han tendido a liberar al uso público, irrestricto y al pleno esparcimiento a la costa, entendiendo a esa ribera como un bien social, para vivenciar y compartir en comunidad. Desde luego, con diferentes rasgos y matices, cada municipio ha ido desarrollando ese espacio que se tutea con el río de un modo muy particular. Unos y otros han ganado espacios concesionados liberándolos al uso público con distintas premisas. Costa 100 % pública, parques naturales, reservas silvestres y áreas protegidas han ido campeando en esas geografías.

“Vamos a arrancar por uno de los límites, el 33 Orientales y desde ahí empezaremos a recuperar toda la costa, generando la mayor cantidad de apertura. En parte es recuperar terrenos que son públicos y hoy están en manos privadas. La idea es combinar la actividad náutica con la recreativa y deportiva”, anticipó en reciente entrevista el Intendente Ramón Lanús. En esa línea de pensamiento, Catalina Riganti entiende que “es posible el desarrollo de una costa pública natural y eso tiene que ver con el Planeamiento Urbano, en cómo vos diseñás la ciudad para que sea disfrutable por la mayor cantidad de gente posible. Por supuesto, que deben convivir en espacios de estas características vecinos linderos que residen allí desde hace muchos años, clubes náuticos, turistas y al mismo tiempo el tránsito, la seguridad, la iluminación”, define.

“Al vecino hay que darle la oportunidad de que pueda recorrer la costa, que pueda caminarla, disfrutarla –asegura-. El sueño del municipio es integrar la ribera, conectarla, que se la pueda recorrer de punta a punta, desde Paraná a 33 Orientales, que estén bien realizados los 35 metros de retiro del camino de sirga”, reitera. En esa inteligencia el desarrollo de caminos, senderos ciclísticos, áreas recreativas que aten a la ribera en sentido Norte-Sur están en análisis al igual que un eficiente servicio de seguridad.  “Hay un concepto que me interesa mucho destacar que es el de la ‘seguridad pasiva’ –destaca- y tiene que ver con algo muy simple: cuando los vecinos habitamos los espacios, éstos se vuelven más seguros, porque los utiliza más gente, porque por la noche son transitados y no da temor caminar. Es decir cuando mayor cantidad de esparcimiento se da en los espacios públicos más gente los puede habitar, esto también hace y ayuda a la seguridad”.

Los desafíos a futuro pasan por “pensar en los diferentes senderos, que existan espacios recreativos, coordinar con Trenes Argentinos para que exista una buena iluminación y seguridad en las zonas adyacentes a las vías y en el sendero aeróbico. Ese es un trabajo en conjunto que debe contar con la participación del vecino para que se genere esa seguridad ciudadana pasiva de la que te hablé”, remata.