San Isidro.  En el Museo del Juguete el Día de las Infancias fue una FIESTA DE BARRILETES

21/8/2023. Vuela tan Alto COMO LLEGUEN TUS SUEÑOS. Celebración con VIENTO A FAVOR! En pocos minutos, el cielo gris se coloreó de lo lindo, ¿dónde?, en el Campo de Deportes N°3, que ayer fue invadido por 550 personas de todas las edades que participaron de Viento a favor, organizada por el Museo del Juguete de San Isidro, en General Lamadrid 197, Boulogne. Incontables barriletes construidos, intervenidos y puestos a volar para celebrar el Día de las Infancias. Hubo mucho compromiso, dedicación, risas, ganas de compartir, carreras con vista al cielo y un viento persistente para redondear una celebración completa.

 

“Esta actividad nos ratifica que en estos tiempos tan tecnológicos hay muchos otros modos de jugar posibles que no sea delante de una pantalla y apretando un mouse. Juguetes como el barrilete, que ponen el cuerpo en movimiento, propician el diálogo intergeneracional y, si el viento acompaña, nunca fallan. Una tarde maravillosa en la que jugando pusimos al viento el derecho de las infancias por jugar”, explicó Eleonora Jaureguiberry, secretaria de Cultura y Ciudad de San Isidro.

En la sala de talleres, desde las 13.30 y en turnos, no hubo pausas. Niños, niñas y adultos se ubicaron en largas mesas para construir e intervenir un barrilete con deseos para las infancias: dibujos, frases, lo que sea. Todo bajo la consigna de que el barrilete iba a ser remontado luego por otra niña o niño, a tono con una jornada dominada por la palabra compartir.

“Almorzamos rápido para venir. ¡Sí!, me encanta la idea. Mi papá me enseñó a hacer barriletes, me trae hermosos recuerdos”, dijo Tania Meyer, de Martínez, en plena intervención del barrilete, junto a sus hijos de 6 y 10 años.

Hasta que nos fuimos de casa, una estaba con la compu, otro con el celular y otra con la tele. Les encantó el taller y más la idea de que otros remonten sus barriletes. Esperamos una hora el colectivo, pero vale la pena”, dijo Nicole Labanca, llegada del Bajo Boulogne con su mamá, sus dos hijas y su sobrino. “Es la primera vez que hago un barrilete, no me imaginaba que podía hacerse en un museo, es un museo divertido”, sumó el chiquito en el parque, donde también se saltaba a la soga, se jugaba al elástico y con distintos tipos de juegos desplegados en mesas.

 

Muy cerca, en Sopa de flechas, se armaban pequeños barriletes de papel que, atado a un piolín y a una rama de árbol, los constructores hacían volar corriendo de aquí para allá. Era la antesala de lo que ocurría a partir de las 15.50, cuando las casi 600 personas que participaron de la actividad caminaron hasta el vecino Campo de Deportes N°3, lindero, a su vez, al Barrio Santa Rita, cuyos vecinos también acompañaron la jornada con entusiasmo.

En ronda y en el centro de una de las canchas de fútbol, se dieron breves instrucciones y se repartieron en forma aleatoria las cometas intervenidas. “¿Cuál me va a tocar, papi?”, quiso saber un niño. “No importa cuál, todo se comparte”, fue la respuesta. Así, con ese espíritu, se corrió por el Campo de Deportes con la mirada puesta en un cielo que se coloreó en minutos.

“Nos encanta el museo, venimos seguido, y esto está genial”, dijo Cecilia Tristeza, barrilete en mano, mientras su hija Martina (10) estaba ansiosa por verlo volar cada vez más alto. “Vivimos a dos cuadras y venimos siempre. Estoy contentísima con el museo, la atención que te brindan, y ella está chocha, nunca hizo un barrilete”, comentó Emilce Acosta, junto a India, su hija de seis años.

“Estuve en el taller desde la primera hora, pero los armaron mi hija y mis cuatro nietos, yo estuve de espectador. Ahora sí, como abuelo tengo más oficio”, confió sonriente Eduardo Otero, el primero de la familia en hacer debutar a los barriletes.

Griterío, carcajadas y carreras de una punta a la otra del extenso campo. Así fue por poco más de una hora, cuando se dio por terminado el encuentro.

Barriletes multicolores con flores, animales, soles y nombres de sus hacedores, y muchísimos deseos al viento, como los de Mati y Alma: ¡Vuela tan alto como lleguen tus sueños!