La Celeste dona todo. Ejemplo de humildad, entrega, juego asociado, educación y SOLIDARIDAD
14/07/10. El plantel de Óscar Tabárez entregará a obras de beneficencia sus premios por el cuarto puesto en el Mundial. Diego Forlán propuso crear la Fundación Celeste. Los jugadores de la Selección de Uruguay, con Diego Forlán a la cabeza, propusieron antes de partir para la Copa del Mundo de Sudáfrica donar los premios que consiguieran. TODO UN GESTO!!! Intimidades de la Caravana Celeste.
Desafiando al mal tiempo, al frío, al martes 13, Montevideo ayer fue una verdadera fiesta para recibir a la humilde y enorme selección del Maestro Óscar Tabárez. Cientos de miles de orientales celebraron el retorno del seleccionado a lo largo de 28 kilómetros de interminable caravana
La ciudad se tiñó con los colores de La Celeste y cientos de banderas orientales acompañaron el pasó de estos gladiadores que dejaron todo en Sudáfrica y lograron colocar a Uruguay dentro de los cuatro mejores del Mundo y, como yapa, el montevideano Diego Forlán fue elegido el mejor jugador del torneo y el defensor Fucile integró el Once Ideal de la Copa del Mundo.
Hablaron el presidente José Mujica, Tabárez, el capitán Diego Lugano y un extrovertido Loco Abreu tomó la conducción haciendo reír y participar a todos. Los futbolistas disfrutaron mucho. No cabía un alfiler. Alrededor de la explanada y durante varias cuadras de avenida Libertador no quedaba un lugar libre. Allí en un emotivo acto les entregaron 50 medallas con el escudo de la República Oriental del Uruguay para tributarles su agradecimiento.
“Uruguay, el país con más gloria per cápita”, rezaba uno de los tantos carteles. Fueron 28 kilómetros recorridos en 5 horas. A marcha camión; a un promedio de casi 6 kilómetros por hora, la caravana que a cada esquina iba sumando gente y que se hizo interminable, partió del complejo deportivo de la Asociación Uruguaya de Fútbol a las 11.30 horas y llegó al Palacio Legislativo destino final y oficial del celeste recibimiento a las 16.30, previo desvío obligado de su ruta original al llegar a la avenida del Libertador.
A decir verdad la magnitud del recibimiento sorprendió a todos. A los organizadores y a los merecedores del agasajo.
Los 28 kilómetros que separan el complejo deportivo de la AUF del Palacio Legislativo se adornaron como nunca para la ocasión. Carteles, pasacalles, banderas y estandartes que esta vez sí fueron acariciados por el viento pampero que durante todo el día no dejó de soplar y azotar, siguieron a la caravana celeste en todo su trayecto.
El “vamos, que vamos” escrito en el parabrisas del ómnibus que llevaba a la celeste resonó en cada cuadra con el mismo tenor que el “gracias miles” ofrecido al seleccionado y retribuido por éstos al pueblo que los homenajeó.
Hasta hubo alguien que escribió un efímero pero al mismo tiempo indeleble mensaje en las arenas de la playa Malvín. El según Lugano grito de guerra “soy celeste” se podía ver en los médanos a las orillas del río desde los helicópteros que sobrevolaban la ciudad.
Los balcones de los edificios que ponen la cara al mar por toda la rambla competían entre sí para ver cuál de ellos portaba el más original saludo a los celestes. “Gracias por la vuelta a la dignidad”, “3.500.000 de gracias”, “no importan las copas, Uruguay toma del pico”, “Gracias por ayudarnos a soñar” o “Esto es el comienzo”, se intercalaban con mensajes de explícita declaraciones de eterno amor o promesas de momentos de pasión hacia algunas figuras de la Selección.
Con las ventanillas permanentemente abiertas e ignorando los 7º centígrados de temperatura, los jugadores saludaban, estrechaban manos y recibían innumerables obsequios de aquellos uruguayos que lograban sortear la férrea custodia policial en torno al ómnibus en movimiento. Ellos, que no dejaban incluso de filmar cada rostro de los miles que los felicitaban y que querían mirarlos a los ojos, con esas cámaras que sabe Dios que baterías de larga duración portaban.
Otro dato no menor que merece ser tenido en cuenta es que con el cuarto puesto en el bolsillo, los jurgadores uruguayos destinarán lo ganado a obras de caridad en el vecino país.
Así, se creará la Fundación Celeste que brindará ayuda al interior del país. Se crearán escuelas, centros deportivos y se concretarán eventos en los que muchos de los jugadores del actual plantel celeste serán parte.
Pero, además, se espera que para la presentación de la Fundación estén presentes viejas glorias del fútbol uruguayo. Uno de los más esperados es el delantero que enmudeció al Maracaná, Alcides Gigghia, campeón de 1950.
También dirán presente figuras de otras selecciones prestigiosas como los integrantes de 1970, cuarto puesto igualado por esta generación de jugadores que dio una gran alegría en Sudáfrica.
Se espera la presencia de Enzo Francescoli, referente de las últimas décadas, así como otros jugadores que también hicieron grande a este país en materia futbolística.
Con buen tino, se logró aunar esfuerzos y voluntades para que los futbolistas de varias generaciones pongan su granito de arena en construir y dar el envión necesario a esta Fundación.
Fuente: La República/ Infobae/CONtinta NORTE