La neurocientífica cubana, Hilda Molina asegura que; “Argentina no está libre de la ENFERMEDAD SOCIAL”
15/08/2018. La profesional asegura que así como hay enfermedades biológicas, también las hay sociales. ¿Algunos de los síntomas divulgados por la titular de la Asociación Civil ‘Crecer en Libertad’? El odio, el resentimiento, la envidia, la corrupción, el crecimiento del delito, el narcotráfico.
La Dra. Molina ofreció una charla el sábado último por la tarde en el restaurant ‘El Pato’ de Punta Chica (Arias y el rio) ante referentes sociales convocada por la Ong VEA (Vecinos en Acción) y muy especialmente por la Sra. Vilma de Brasi amiga dilecta de Molina y nervio motor de la entidad. Allí Hilda explicó que “la enfermedad social es un problema devastador en el mundo, al que ni los adelantos intelectuales, ni científicos, ni tecnológicos la detienen”. Tiene su génesis en una profunda crisis de valores que perdió de vista y eje a la formación del ser humano. Esta mujer aguerrida, tenaz, de 75 años, que supo enfrentarse al mismísimo Fidel Castro sostiene que “la educación en valores debería ser una política de Estado.
Un ser humano tiene que ser primero buena persona –dice-, para después poder ser cualquier otra cosa”. En esta nota, el pensamiento lúcido de una profesional que llegó a ser la primera neurocirujana de su país, una señora que cree en el valor del mérito y el esfuerzo para llegar y no en apelar a cuestiones de género y paridad. “Cuando los médicos de mi país se oponían a que me formara en neurociencias, no salí a cortar calles como hacen hoy las feministas y mucho menos, se me ocurrió pedir cuotas de representatividad”, asegura esta luchadora, que entusiasmada por los ideales de la Revolución que prometían una patria perfecta para los cubanos, no dudó en acompañar y hasta creó el Centro Internacional de Restauración Neurologica (CIREN), fue diputada y una médica distinguidísima y a pesar de ocupar cargos importantes dentro de la jerarquía del sistema cubano, al sentir traicionados sus ideales (“Me desilusioné al ver que el Centro en lugar de servir al pueblo cubano era para extranjeros que pagasen en dólares”, contó) supo enfrentarse al régimen castrista y hoy reside en Argentina. Tras sus encuentros con el líder, Molina hasta se animó a realizar un perfil psicológico de Castro en sencillos cuadernos espiralados “que hoy están tan de moda”, vio emerger a Chávez y conoció de cerca el armado del socialismo del siglo XXI y sus secretos para consumar en Latinoamérica el sueño de la Patria Grande.
“En ningún momento de la humanidad hubo más recursos disponibles que en este, todos los días aparece un descubrimiento que nos sorprende”, arrancó su charla en el restaurant El Pato, de San Fernando, la notable neurocientífica cubana, Hilda Molina. Y agregó. “Sin embargo los conflictos en el mundo no paran; las crisis sociales, emocionales y económicas se multiplican. Sencillamente el 1 por ciento de la población mundial acumula más riqueza que el resto de la humanidad y mientras eso sucede 800 millones de seres humanos en el mundo pasan hambre y están desnutridos y más de 400 millones no tienen acceso a los servicios de salud. La naturaleza responde con eventos catastróficos porque está siendo sistemáticamente agredida y millones de jóvenes en el mundo no encuentran sentido para su vida”, describe el sombrío panorama.
Al rato aporta, un dato triste y alarmante: “Si se analizan los fallecimientos en el mundo por suicidios duplican la cifra de los que mueren por conflictos. Este es un ejemplo pequeñito de lo que es la enfermedad social globalizada y lamento mucho decirles que Argentina no está libre de ella”, declama apesadumbrada.