Hijos y Amigos de San Isidro, encuentro con el ayer. Colectiva construcción de un pasado común

17/5/2017. Son hechos que hablan de una historia compartida. Esos que hacen a la memoria colectiva de una comunidad y su gente y que afloran ciertamente en cada Jornada de Historia Vecinal que prepara todos los años en la Semana del Santo Labrador, la Asociación Hijos y Amigos de San Isidro. Organizada por la entidad histórico-cultural el pasado sábado 13 por la tarde noche tuvo lugar en los salones del Teatro del Viejo Concejo una nueva edición, la quincoagésima segunda, de las Jornadas, un encuentro con nuestro ayer que permite bucear en relatos más que interesantes de la historia local de un pueblo único e irrepetible. El historiador Jorge Tirigall con su prodigiosa memoria regaló anécdotas de las festividades del Santo Labrador, no faltó su célebre relato de ‘El Chancho’ al recordar la kermesse que se llevó sostenidos aplausos. Carlos Dellepiane, ex titular del Museo Pueyrredon, junto a María Isabel Paternostro y la Sra Arcuri sobre textos de Georgina Paván (hija del fundador de la entidad y de San Isidro Tradional, el periodista Juan Santos Paván) compartieron tres relatos históricos impecables: una suerte de aguafuertes de tres personalidades del San Isidro de ayer: ‘Angela Castelli de Igarzábal’; ‘María Cristina Parodi, una artista de alma’ y ‘María Sáez de Vernet’. El socio del CASI Jorge Ferreira Pintos leyó su cuento “Sueño de una noche de verano” y hubo un cierre musical de lujo a cargo de Los del Medio interpretando clásicos del cancionero del folklore. También se premió la tarea del director de la Orquesta de Conciertos San Isidro, el maestro Hernán Ghiotto; la distinción se la entregaron Mario Calónico de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos y Cultural Dante Alighieri de San Isidro y Ricardo Demelli de Hijos y Amigos de San Isidro; mientras que el presidente del legislativo local, Carlos Castellano y Carlos Cúneo director de CONtinta NORTE distinguieron a la bibliotecaria Gladys Proietti y a autoridades del Instituto Santa María.

 

Un público celoso de las tradiciones y entusiasmado por mantener vivo esos hechos que hacen a un pasado común se llegó el sábado último hasta los salones del Teatro del Viejo Concejo. Allí, a poco de abrir la Jornada, el presidente de la entidad,el historiador Jorge Tirigall con ese especial don de poner en valor hechos, historias, anécdotas y personales que hacen al devenir sanisidrense, recordó que el pueblo no tiene fecha exacta de fundación y que se toma como acto liminar la creación de la Capellanía un 14 de Octubre de 1706. “Hace exactamente 311 años –precisó-. Antes a San Isidro se lo llamó Montes Grandes y se lo conoció también como Pago de la Costa”

“El pueblo estrictamente no fue fundado nunca – abundó en detalles- Acá habían labradores, San Isidro era un pueblo agrícola ganadero que abastecía a Buenos Aires”. Recordó que a San Isidro lo habitaban familias patricias y criollas, luego llegaron los italianos y de distintas colectividades, pero la epidemia de fiebre amarilla hizo que esas familias acomodadas que tenían sus casas del fin de semana en lo que para muchos era como un lugar de descanso y veraneo por su cercanía al río color de león, también conocido como Mar Dulce, decidiesen mejorarlas y establecerse definitivamente en un pago cuyos límites sumaban también a lo que es hoy Vicente López, San Martín y parte de la Capital.

LA KEMESSE Y EL CUENTO DEL LECHONCITO

Dueño de una prodigiosa memoria, Don Jorge hizo un pintura de lo que era la kermesse en las festividades del Santo; describió los juegos de destreza como  el palo enjabonado, el yunque, el tira gol, “cosas sencillas en las que podía participar cualquier vecino”, confesó. Y a renglón seguido, trajo su hilarante relato de cómo un joven estudiante, merced a su suerte supo ganar un pequeño lechoncito que lo tuvo a maltraer

 

 

“En un stand había pavos, pollos y lechones – detalló –  donde un muchacho –acompañado por uno o dos del Colegio Comercial- esto es una historia real (admitió), en una rifa logró ganarse un lechón. Debía llegar hasta la calle Alsina al 200, donde vivía. Buscó diez maneras distintas de llevarlo. Lo hizo como si fuese una carretilla alzándolo de las patas traseras pero el animalito comenzó a comerle los pantalones… Hasta que de pronto, se le ocurrió una idea: sacó su cinturón y lo ató a modo de collar para que el porcino llegara por sus propios medios. Al pasar por la estación con rumbo a la panchería Coquito y dejar la vía atrás, en ese entonces había molinetes –atestigua Tirigall – el joven se topa con una pareja de edad que iba a contemplar los fuegos artificiales. Cuando lo pasaron el joven que no era otro que el mismísimo Tirigall de pibe– pudo escuchar claramente lo que el hombre azorado le decía a la mujer: ¡Has visto querida la cara de chancho que tenía ese perro!”

 

“El Chancho”, tal el nombre del cuento imperdible que publicara años atrás el decano del periodismo local Costa Norte, fue revivido en un relato sin parangón del propio protagonista Tirigall – al fin de cuentas como señala Mirtha Legrand el público se renueva- fue coronado por no pocos aplausos y risas.

Luego un socio del Atlético San Isidro, Jorge Ferreira Pinto leyó una obra de su autoría que narraba un desencuentro amoroso de juventud en una fiesta de CASI al que dejó con final abierto, cosa de dar algún día con esa mujer rubia que despertó aquel “Sueño de una Noche de Verano” y más adelante llegaron los ajustados relatos históricos surgidos de la pluma de Georgina Paván: ‘Angela Castelli de Igarzábal’; ‘María Cristina Parodi, una artista de alma’ y ‘María Sáez de Vernet’. Este último un lúcido testimonio de la mujer de Luis Vernet, primer Comandante político y militar de las Islas Malvinas que viviera en San Isidro

 

LOS VERNET, ENTRE SAN ISIDRO Y MALVINAS

 

El nacimiento de su hija Matilde –más tarde tomó el nombre de Malvina en homenaje al terruño donde fue alumbrada-; un dato no menor: ella fue la  primera persona en tener registro en nacer en las Islas. Tras el incidente de la Lexington, el 19 de Noviembre de 1832, Vernet y su familia abandonaron las islas y retornan al pago, María Sáez montevideana de cuna, fue recibida por sus amigas como una sanisidrense más y en su casa tuvo una activa vida social en la que contaba lo sucedido durante su estada en Malvinas.

Datos de color de nuestro ayer que arrancaron sostenidos aplausos, entre aquellos que luchan por mantener vivo ese cúmulo de recuerdos que hacen al patrimonio intangible de un pueblo.

LOS PREMIADOS Y EL PASADO COMÚN

Lo cierto es que el encuentro realizado en el marco de las celebraciones del maestro Hernán Ghiotto, batuta de la Orquesta de Conciertos San Isidro que paseó su talento y el de la agrupación por prestigiosos escenarios.

La agrupación musical fue creada en el año 2004, transita sus 12 años y comenzó sus ensayos en la Sociedad de Fomento Andrés Rolón de San Isidro haciendo su primera presentación en público el 6 de Junio de ese año. Actualmente, está compuesta por 45 voluntarios amantes de la música y cuenta con un amplio repertorio que abarca tango, jazz, música de películas, música popular y clásica. Ghiotto visiblemente emocionado se quebró al recibir el premio de manos de Mario Calónico de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos y Cultural Dante Alighieri y recordó los orígenes. Más tarde, Ricardo Demelli le entregó un ejemplar del libro ‘Tango y Gardel en San Isidro’, escrito por Tirigall

 

Carlos Cúneo, ex director del decano del periodismo local, Costa Norte y actual de la publicación digital y en papel CONtinta NORTE tuvo la grata misión de distinguir a la bibliotecaria Gladys Proietti verdadero baluarte del Instituto Santa María hoy Colegio Santa María de Luján, dependiente del Grupo Educativo Marín.

La señora María Isabel Paternostro recordó que en este 2017 el Santa María  -como lo conocen generaciones de sanisidrenses- cumple nada menos que 125 años de vida. Creado un 15 de Marzo de 1892 el Colegio comenzó a funcionar como Asilo con el fin de que sirviera de orfanato y a la vez tuviera el carácter de Jardín de Infantes y Escuela Primaria, presidía por ese entonces la sociedad Doña Magadalena Belaústegui de Bustamante.

 

Hoy el Santa María de Luján – cuya administración está a cargo de la JUREC (Junta Regional de Educación Católica)- atiende una matrícula en constante crecimiento y brinda enseñanza a Nivel Inicial, Primaria, Secundaria Básica y Orientada. Paternostro abrevó en la rica historia de este colegio que ha formado a legiones de mujeres en una enseñanza con un enfoque constructivista donde el aprender se manifiesta a través del hacer. Le tocó al presidente del Concejo Deliberante de San Isidro, Carlos Castellano premiar a tan longeva institución educativa. El titular del legislativo aprovechó la oportunidad además para destacar la labor de Hijos y Amigos de San Isidro, una entidad que pone en valor la historia local, el de las familias y las tradiciones de entonces y que con estas Jornadas hace a la “construcción colectiva de un pasado común”.

 

“Lo que Hijos y Amigos realiza es recordar quiénes fueron los pioneros de esta ciudad – resaltó– que se ha basado en la cultura del esfuerzo, en la solidaridad y la participación del vecino. Sin duda, San Isidro creció, se hizo grande y es una referencia, por los valores que nos legaron esos pioneros”,

 

Sobre el final, el grupo ‘Los del Medio’ deleitó a todos con un repertorio de folclore con obras por demás conocidas como “Paisaje de Catamarca”, “Luna Tucumana”, los “Sesenta Granaderos” y “Las Dos Puntas” que fueron entonadas por todo el auditorio. El remate -como no podía ser de otra manera- fue “Gozos a San Isidro Labrador”, que a horas de la festividad, encendió las gargantas. Sin duda la Jornada fue la excusa. Es que San Isidro es eso y mucho más, son anécdotas e historias hilvanadas en el tiempo que hacen a una identidad común, que tienen que ver con eses rasgo indeleble de la idiosincrasia de una comunidad que ha sabido nutrirse en sus tradiciones, reeditarlas y enriquecerlas con visión de futuro.