#PereLuján Miles de peregrinos con esperanza junto a la Virgen Mons. Caride : “Qué bueno es mirar al costado del camino y tender la mano a tu hermano!”
6/10/2025. Impresionante Muestra de Fe Mariana. Cientos de miles de personas, en su mayoría jóvenes, participaron de la 51ª Peregrinación juvenil a Luján, una de las manifestaciones religiosas más importantes y un acto de renovación de fe a la patrona de los argentinos, que este año llevó por lema “Madre, danos amor para caminar con
esperanza“. Por la diócesis sanisidrense el Obispo Guillermo Caride presidió la misa en la Plaza Belgrano, frente a la Basílica de Luján. Concelebraron sacerdotes que acompañaron a las distintas comunidades que llegaron en peregrinación
al encuentro. En su homilía expresó: “Qué bueno es mirar al costado del camino y tender la mano a tu hermano. Qué bueno es haber caminado a Luján, como peregrinos renovándonos en la esperanza” y agregó: “Es lindo descubrir en el corazón que hay alguien que nos espera”.
Este sábado último, miles de personas participaronn de la 51° Peregrinación Juvenil a Luján, la tradicional muestra de fe que se realiza año a año y que congrega a fieles de todas las edades.
Los devotos de la Virgen recorrieron los 60 kilómetros desde el santuario de San Cayetano, en el barrio porteño de Liniers, hasta la basílica mariana.
La imagen peregrina de la Virgen de Luján inició esta mañana su camino al santuario nacional. Eran las 9.05 cuando la figura de la Madre salió del santuario de San Cayetano y, ocho minutos después, tras la bendición y entre vivas de los peregrinos, partió rumbo a la ciudad bonaerense considerada capital de la fe de los argentinos.
El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, presidió la misa central en la casa de la Madre, donde miles de peregrinos desbordaron la basílica mariana, dando testimonio su fe y devoción.
En su homilía, el prelado destacó el amor maternal de María: “Hoy nosotros también te venimos a decir que necesitamos de tu amor de Madre, ese amor que cura, que no juzga, que nos levanta y nos anima en la esperanza”.
Pidió confiar en la mirada tierna y compasiva de la Virgen, que “conforta nuestras vidas y nos sostiene en medio de las cruces personales, de los dolores y de las tristezas“, y animó a los peregrinos a no abandonar el compromiso con un país más justo y fraterno.
SEGUIMOS CAMINANDO, NO AFLOJAMOS
“Con una Madre así, y a pesar de tantas cruces pesadas que carga nuestro pueblo, seguimos caminando; no aflojamos y nos comprometemos a no abandonar los sueños“, afirmó, exhortando a vivir la esperanza como confianza, gratitud y fortaleza frente a la adversidad.
El prelado aseguró que “hay muchos hermanos en nuestro país que ya no tienen fuerzas para seguir, no encuentran sentido al camino de sus vidas y han detenido su marcha“, y advirtió: “Les pesa demasiado la pobreza, las consecuencias del narcotráfico, las enfermedades, la soledad”.
“Por ellos también peregrinamos, los traemos en la mochila del alma, porque no queremos ser un pueblo indiferente ante tanto dolor, ni tampoco dejarnos ganar por la impotencia del no se puede“, agregó.
Finalmente, el arzobispo porteño invitó a los fieles a llevar el impulso de la peregrinación a la vida cotidiana: “Podremos detener nuestros pies para descansar, pero no detendremos el corazón, porque estos corazones volverán a sus hogares movilizados por el amor de una Madre que nunca nos deja solos y nos anima a caminar con esperanza”.
En la misa central de la peregrinación, el domingo 5, en la plaza Belgrano, frente al templo, Mons. García Cuerva, habló de la pobreza, del narcotráfico, a la vez que aseguró que “no hay que aflojar” ni “tomar atajos tramposos”.
“Hay muchos hermanos en nuestro país que ya no tienen fuerzas para seguir, no encuentran sentido al camino de sus vidas y han detenido su marcha. Les pesa demasiado la pobreza, las consecuencias del narcotráfico, las enfermedades, la soledad”, advirtió.
UN CAMINO CON HISTORIA
La primera peregrinación juvenil tuvo lugar en 1975, cuando un grupo de jóvenes decidió caminar desde Liniers hasta la basílica de Luján.
Lo que comenzó como una marcha espontánea se transformó, con los años, en un verdadero patrimonio espiritual y cultural del pueblo argentino, capaz de convocar a generaciones enteras en un mismo gesto de fe, fraternidad y esperanza.
Actualmente, más de dos millones de personas participan anualmente, compartiendo cantos, oraciones y gestos solidarios que fortalecen la identidad mariana del país y expresan la devoción profunda a la Virgen de Luján, patrona de la Argentina.