Frustrado robo al Banco Macro. Los malogrados boqueteros alquilaron el galpón desembolsando un año por adelantado

 

9/8/2024. ESA SOSPECHOSA VARILLA que desembocó en un Viaje con Centro en el Tùnel. El 15 de Noviembre de 2023, la banda de boqueteros frustrados que intentó robar la bóveda del Macro construyendo un túnel de 150 metros en pleno centro de San Isidro, que por cierto es toda una obra de ingeniería civil, ofreció varias propiedades en garantía y adelantó un año de alquiler para aceitar y cerrar la operación inmobiliaria. Argumentando montar un negocio de placas contra la humedad se instalaron en el viejo galpón que supo ser un taller mecánico y de chapa y pintura. Allí montaron su base de operaciones. Una varilla que sobresalía entre dos adoquines precipitó el fracaso del plan. El alerta de un repartidor, el accionar del Municipio, las fuerzas de seguridad y el Ministerio Público Fiscal posibilitaron desbaratar este intento de asalto a la entidad bancaria, tal vez el más audaz de la historia reciente, tras el resonado Robo del Siglo ocurrido en el Río de Acassuso.

 

 

Según se supo los delincuentes habrían ingresado al desocupado taller de chapa y pintura de la calle 3 Chacabuco al 500, en Noviembre de 202. Para concretar la operación indicaron fuentes ofrecieron varias propiedades como garantía y de ese modo consumaron el contrato

Es más, para acelerar el trámite los oscuros arrendatarios con intenciones non sanctas pagaron todo un año de alquiler por adelantado. Habrían dado una excusa más o menos creíble: indicaron que allí montarían un negocio de placas contra la humedad. Ese mismo mes se instalaron y de arranque tabicaron el lugar con placas reduciendo su superficie y dejando oculta otra donde luego descargarían la tierra proveniente de las excavaciones y el equipo.

 

BIEN PERTRECHADOS Y CON PLANOS

 

Apelaron a barrenas para perforar suelo, soldadoras, amoladoras, iniciaron la excavación y perfilaron una escalera con peldaños de madera para luego comenzar a delinear el encofrado de un túnel de impecable factura, toda una obra de ingeniería civil que sorteó caños y conexiones y hasta previó el uso de un banco móvil y baldes para trasladar los materiales. Todo perfectamente iluminado y hasta diseñaron un sistema de ventilación. Los encargados de la obra taladraron nueve meses seguidos, sin detenerse. “La inversión fue altísima, no tengas dudas”, estimó desde una cárcel bonaerense un recluso con dos condenas. “No fueron chicos. Mirá qué bien lo hicieron”, acotó. “Hay un dato revelador”, dijo el mítico hombre del traje gris, el locuaz uruguayo Mario Vitette Sellanes que fue parte de la banda que protagonizó el robo al Banco Río de Acassuso en Enero de 2006. “Solo voy a decir que es más parecido al robo al Nación de la calle Cabildo que al del Banco Río de Acassuso, solo que un dato revelador los une. Fin”, escribió Vitette en la red social X.

El asalto al que hizo referencia el uruguayo fue, en realidad, al Banco Provincia de Belgrano, en 2011. En esa oportunidad, fueron vulneradas entre 130 y 140 cajas de seguridad, al que accedieron los ladrones por un boquete con alfombras en las paredes y en el piso y un sistema de iluminación y ventilación.

La vía subterránea fue realizada desde una casa ubicada a 30 metros de la entidad bancaria, donde fueron encontradas herramientas utilizadas para violentar las cajas de seguridad. Estiman que aquella construcción llevó seis meses, mientras que la sanisidrense llevó unos meses más y comenzó en el que fuera el taller de Cacho Carreras. Al requisarlo la Bonaerense encontró un corcho con planos de la calle Chacabuco y un mapa del banco que iban a asaltar, con la ubicación exacta de alarmas y sensores.

POR UNA VARILLA

 

El error de los malogrados boqueteros, había residido en una varilla, un simple y común fierro que asomaba del característico empedrado de la calle Chacabuco. Esto alarmó a un repartidor, que sintió que la varilla en cuestión rozaba su camioneta. Avisó al banco, luego se anotició la Policía y la fiscal Carolina Asprella y, más tarde, al personal de la Municipalidad de San Isidro. Una cuadrilla -excavadora mediante-, despejó el área, desmontó el adoquinado, la cama de arena, la carpeta de cemento, quitó la tierra y se topó con un túnel pergeñado por los amigos de lo ajeno. Sin duda, desbaratar este intento de robo hubiese resultado imposible sin el alerta del transportista, su aviso y el afiatado accionar de la Policía, el Municipio y el Ministerio Público Fiscal. Negarlo es una necedad absoluta.

Por estas horas comenzó una investigación en cada frente posible, bajo las directivas de Asprella y el fiscal Patricio Ferrari, que conforman el equipo dedicado a esclarecer el caso, con la supervisión del fiscal general John Broyad.