En el Día del Escritor, Don Jorge Tirigall, palabras mayores a la hora de rescatar LA HISTORIA LOCAL

 

 

13/6/2024. Cada 13 de Junio, se celebra el Día del Escritor, una fecha que invita a reflexionar sobre la importancia de las letras y quienes las cultivan. La efeméride recuerda el natalicio de Leopoldo Lugones , reconocido por su contribución a la literatura argentina y por haber fundado en 1928 la Sociedad Argentina de Escritores (SADE). Lugones para más datos se suicidó en el ríohotel, “El Tropezón” en el Delta de Tigre. Pero para evocar la fecha, la Subsecretaría de Cultura de San Isidro tuvo la feliz idea de entrevistar a Don Jorge Tirigall, historiador, escritor, investigador y fundador de la asociación histórico cultural “Hijos y Amigos de San Isidro”, un tipo bárbaro, querible, indagador, escudriñador de esas historias para nada mínimas, que se tejen en los barrios cargadas de humanidad, de la picaresca propia de los pueblos y de singular color y que por cierto hacen al acervo cultural compartido de una comunidad. Jorge, como bien le señaló su mentor, el ya desaparecido Alfredo Monga (fundador de la otra entidad histórico cultural ‘San Isidro Tradicional’) era ciertamente un investigador. “Él me dijo una vez que yo no era historiador, que era investigador – revela en el video Jorge-  Era más que historiador, porque yo investigaba no copiaba”, asegura y hace honor a la verdad porque por sus trabajos se pudo recuperar la Primitiva Cruz de Hierro obsequiada por la congregación jesuita que actualmente descansa en el Cementerio de San Isidro, como así también, obra de la notable escultora Lola Mora en su paso por San Isidro.

 

SANINISDRENSE DE PURA CEPA. Quinta generación de sanisidrenses, Don Jorge fue declarado ciudadano célebre de San Isidro e integra el instituto histórico del pueblo. Las coloridas mayólicas colocadas por la entidad a la que le puso el cuerpo y sus conocimientos – nos referimos a Hijos y Amigos de San Isidro-, rescataban diferentes referencias barriales, lugares icónicos del San Isidro del Ayer.

Es que hay infinita memoria diseminada en cada uno de los seres que conforman una comunidad que conservan historias vividas por ellos o contadas a través de padres y abuelos. “Esas vivencias deben ser conservadas y trasmitidas para dar sentido al lugar donde se vive”,  sostiene con acierto Tirigall y no se equivoca. Autor de dos libros “San Isidro Algo de Nuestro Ayer, 1 y 2” de la  Historia de Gardel en San Isidro y de más de 500 artículos en medios locales que hablaban del pasado común. ”También realicé una recopilación de todo el Tango en San Isidro, sus orquestas, músicos por orden alfabético por instrumento. Y aquí estoy ahora con mis casi casi 95 años”, desliza con modestia el hombre que sabe que es PALABRA MAYOR a la hora de hablar de la historia local.

Y a esta altura del relato vale tener en cuenta que los escritores no sólo relatan historias, sino que también abordan problemáticas humanas, sociales y cuentan historias costumbristas como la bautizada “El Chancho”, que remite al premio en una kermese durante una festividad de San Isidro Labrador. Las coloridas crónicas de los carnavales de antaño, realizadas por Jorge, la llegada de los italianos a los barrios; en fin de algún modo el hombre ha sido un cronista de su tiempo. 

A través de sus trabajos, él ha ofrecido visiones particulares que enriquecen nuestra perspectiva del mundo y de lo local, generando empatía y comprensión. Y más allá de los oropeles que den las designaciones de Ciudadanos Ilustres (aún a sus 95 años carece de ese reconocimiento) y demás mimos con que se tiene en cuenta a estos buceadores del pasado común, los sanisidrenses deberíamos agradecer y aprovechar tener a vecinos como Don Jorge Tirigall, un testigo privilegiado de los cambios de su pueblo que se fijó como premisa transmitir esas vivencias a las generaciones futuras.