ADIÓS A MI AMIGO SATCHMO, una parte de mí se fue con vos GENIO!

19/2/2024. EL MUNDO PARA VOS SERÁ SIEMPRE MARAVILLOSO. Hoy se fue “Satch”, tal el apocope de su glamoroso nombre (se lo debía al inigualable cantante y trompetista estadounidense, Louis Armstrong, sí el de la recordada “What a Wonderful World” “Qué Mundo Maravilloso”). Una oda a la lealtad, la amistad, la ternura, el cariño sin más, la pata tibia al finalizar el día y un torrente de felicidad que iluminó mí vida; al fin y al cabo amigos míos, “Satch” no era más que un perro, pero como digo líneas arriba, se llevó parte de mí. Entre el fárrago de información fútil que todos los días nos desborda, bien vale abrevar en estas historias no tan mínimas que le dan un sentido trascendente a nuestro paso por este mundo, que como bien decía Charly el bicolor, “Te tira atrás, te pide más y más y llega un punto en que no querés”. Por eso señores SATCHMO HABITARÁ SIEMPRE EN MI CORAZÓN. El día que nos dejen de emocionar estas cosas habremos perdido todo rasgo de humanidad.

Juguetón y despierto “Satch” era el más inquieto de una camada de once cachorretes Vizsla y viajaba colgado de la teta de su mamá, así ella bajase la escalera quizás cansada de amantar a tamaña manada, porque convengamos a lo hecho, pecho, pero pobre perra primeriza. El pequeño pompón de color marrón y ojos color cielo se aferraba a la vida y, como era un querendón, gozaba de ese privilegio del contacto materno y en cada día descubría que el mundo era un goce maravilloso plagado de aventuras.

Él -como decía el poeta- era ciertamente una metáfora de la aventura de esas que en el diccionario no se pueden hallar.

Mi vida con “Satchmo” significó un antes y un después. Yo era un tipo estructurado, responsable, algo obse, apegado al laburo, perrero y jugaba a ser el líder de manada, de esos que se la bancan porque así debe ser y él con su docilidad y cariño me enseñó que a veces el secreto está en saber que uno no es dueño de todas las verdades. Que también se es vulnerable y que cuando las papas queman, de poco sirve la omnipotencia porque el que manda es el de arriba.

La vida quiso que “Satch” zafara de una ceguera prematura y que con poco más de dos años, por esas travesuras de entrarle a mis medias y calcetines-, tras un coma inducido saliera indemne de una intoxicación por hincarle el diente a un pomo de ivermectina. Con Silvina, mi mujer, pensamos que Satchmo era eterno, indestructible, craso error. A veces, la tercera suele ser la vencida.

Intuitivo, cariñoso, valiente, sensible a más no poder, se dormía apapachado sobre mí por las noches. También solía decirle que era “mi monito”, pues dormítaba con las patas hacia arriba y en su cuerpito como de algodón, me regalaba la misma sensación que el muñeco transicional de mi niñez. Era mi cable a tierra, a quien me abrazaba cuando quería volver a sentirme en eje y me bajaba mil cambios y daba paz. Pasear con él por el río lo llenaba de felicidad, era sentir el olor al juncal y ya gemía de emoción. Junto a su manada, Lara y Taína y otros perros que frecuentaban la playita de Martínez y la cercana al centro municipal de exposiciones, jugaban a traer la pelota y se enganchaba en carreras eternas.

 

En el mar, era un verdadero scanner playero, perseguía cangrejos que siempre se le escapaban por el canto de una uña y era el terror de las reposeras!. Un día quedó sujeto a una, mientras el resto nos pegábamos un baño. Grande fue la sorpresa cuando él se llegó hasta la orilla a ladrido limpio para avisar. Obvio, corría en círculos porque pensaba que la reposera lo perseguía y todo mundo no pudo menos que echar a reír. Ese era Satch, cariñoso, noble, querendón.

Los fuegos y el bosque lo seducían y las noches estrelladas aún más. Él tenía el don de reconocer el sonido de los motores de los autos y sabía dos cuadras antes, cuando Silvina llegaba del trabajo y otro tanto ocurría cuando el recién llegado era quien esto escribe. Qué fiesta amigos! Hasta llegué a pensar que tenía algo de Argos, el perro de Ulises, porque me regalaba tremendo fiestón cada vez que me veía. Como aquel mastín de Odiseo, Satch también tenía habilidades superiores de rastreo, marcaba como nadie y al verme dejaba caer sus orejas y batía la cola sin cesar en señal de afecto. Eso era él: PURO AFECTO.

 

Hoy ya no está; un tumor, tal vez producto de una metástasis – jamás lo sabremos- lo tuvo a maltraer los últimos dos meses. Así de rápido fue, muy parecido al irse de mi padre con un cáncer terminal bucal. Los últimos dos meses hubo reiteradas visitas al veterinario, rayos, ecografía, punción, análisis histopatológico, estudios pre-quirúrgicos. En fin, el tumor se alojó junto a la tráquea, la desplazó y allí también están los ganglios, así que pensar en una intervención resultaba altamente riesgoso. La medicación paliativa lo ayudó un poco pero ya al final no podía tragar ni digerir. Ayer por la noche, en uno de los tantos abscesos de tos y reflujo que le robaban la paz, lo abracé, le canté la canción de cuna con la que lo dormía de chico y funcionó. En ese momento advertí que era mi último truco y me dije: “no Satch, esto no es para vos”. Vos sos el dueño de un mundo maravilloso y no te merecés este maltrago. Ruego perdonen mi digresión hoy no puedo escribir, estoy vacío, prefiero recordarlo con la canción del nombre que le di:

Veo árboles tan verdes, rosas rojas también

I see trees of green, red roses too

Los veo florecer para mí y para ti

I see them bloom for me and you

Y me digo a mí mismo: ¡Qué mundo maravilloso!

And I think to myself: What a wonderful world

Veo cielos tan azules y nubes tan blancas

I see skies of blue and clouds of white

Los días benditamente brillantes, las noches sagradamente oscuras

The bright blessed days, the dark sacred night

Y me digo a mí mismo: ¡Qué mundo maravilloso!

And I think to myself: What a wonderful world

Los colores del arco iris, tan bonito en el cielo

The colors of the rainbow, so pretty in the sky

También están en los rostros de personas que van por

Are also on the faces of people going by

Veo amigos dándose la mano, diciendo: ¿Cómo estás?

I see friends shaking hands, saying: How do you do?

Están realmente diciendo: ¡Te quiero!

They’re really saying: I love you!

Escucho bebés llorar, los veo crecer

I hear babies crying, I watch them grow

Van a aprender mucho más, que nunca sabré

They’ll learn much more, than I’ll never know

Y me digo a mí mismo: ¡Qué mundo maravilloso!

And I think to myself: What a wonderful world

Sí, me digo a mí mismo: ¡Qué mundo maravilloso!

Yes, I think to myself: What a wonderful world

DIOS Y MI CANTO SABEN A QUIÉN ESTRAÑO TANTO!