San Isidro. El amor por la literatura infantil reunió a Mariana Ruiz Johnson con los ABUELOS DE CUENTO

 

 

1/9/2023. DESPERTAR EL HÁBITO DE LA LECTURA Y EL AMOR POR LA LITERATURA. La destacada ilustradora y escritora ofreció una charla gratuita en el Teatro del Viejo Concejo. La mujer fue con sus libros a cuestas. Libros para un público infantil y lleno de sus ilustraciones. Enfrente, en las butacas, los abuelos y abuelas del programa municipal Abuelos de Cuento en San Isidro, dedicado a narrar literatura infantil y adolescentes en escuelas públicas y privadas, museos y espacios públicos. Una tarea solidaria y con una meta clara: despertar el hábito de la lectura y el amor por la literatura en las nuevas generaciones. Objetivo compartido, de algún modo, con esta premiada ilustradora, vecina de Martínez de toda la vida.

 

Una charla en la que explicó qué es un libro álbum, ese segmento editorial basado en la interacción entre palabras e ilustraciones que, en muchos casos, aportan igual o más sentido que lo dicho por escrito. Analizó libros, mostró ilustraciones poniendo el foco en su trabajo, habló de la trastienda de sus procesos creativos, del método editorial, de cómo elige sus personajes, de las paletas de colores.

“Para mí, fue un encuentro inspirador. Estaban interesadísimas las abuelas, me hicieron muchísimas preguntas”, asegura Mariana Ruiz Johnson, escritora e ilustradora.

Ella está entusiasmada con el encuentro del miércoles pasado. Y se explaya: “Los procesos cambian según el libro, el proyecto. Trabajo variados formatos, ya que me interesan distintos tipos de género. Todo varía si es una historieta o un libro para bebés. Pero siempre hay una etapa previa de experimentación con cuadernos, de juego con los materiales, de hacer dibujos sin ningún tipo de encargo o comitente, son para mí. En esas instancias, me siento y soy más libre para hacer búsquedas creativas que luego, en forma natural, voy aplicando al proyecto”.

Búsquedas que muchas veces se vinculan en su relación con sus dos hijos, en observar sus intereses, gustos y conductas. “Siempre me pregunto cómo debo dirigirme a un niño o niña lectora cuando yo dejé de serlo hace tanto tiempo. En ese proceso de búsqueda, las decisiones que voy tomando están basadas en mis hijos y también en mi propia infancia, hay una vocación de volver a esa infancia, de ir hacia adentro mío. En ese sentido, encontré una gran correlación con ellas. Me gustó saber que las abuelas y abuelos, a la hora de narrar, también hacen un trabajo de introspección sobre su propia infancia”.

Mariana recibió varias distinciones, como el Premio Compostela al Álbum Ilustrado 2013 por su libro Mamá, publicado por Kalandraka y traducido a diez lenguas. También se llevó el concurso internacional de libros silenciosos Silent Book Contest 2015 por Mientras duermes, publicado en Italia. Los personajes antropomorfos, el uso del color como elemento compositivo, las escenas nocturnas, la infancia, la fuerza de la naturaleza, el humor y la magia son parte de su estilo y mirada.

Estudió Bellas Artes y en talleres particulares se especializó en ilustración de libros para niños. Un camino que comenzó a cimentarse en la casa de la infancia, sin que ella se diera cuenta: una mamá ilustradora de libros didácticos y para la primera infancia, y un papá director de arte de la editorial Emecé, editor independiente y también diseñador.

“Los libros no son enteramente míos, siempre hay editores o directores de arte que hacen crecer el proyecto. El libro es siempre una conversación”, afirma la autora, quien desplegó y abrió libros como Donde viven los monstruos, de Maurice Sendak, ejemplo paradigmático de libro álbum, también del inglés Anthony Browne, de nuestra Isol y todos los suyos, de Las calles, Isla, Yaci y Las provincias unidas del sur a Vaivén y Por el camino, entre otros.

Para ella, ilustradora y también escritora, el ilustrador, en primera instancia, debe ser un buen lector. “Cuánto mejor lector sea, mejor va a poder comprender e interpretar ese código escrito en imágenes, a establecer con su trabajo un ritmo que acompañe o sea similar al ritmo del texto”.

Bocetos, muchas pruebas y mucho diálogo con el autor o autora del texto son parte del proceso. A veces trabaja con líneas de tinta china que luego escanea y aplica color digital, a veces, como ahora, en su nuevo libro, trabaja con grafito. Técnicas diversas que varían en cada proyecto.

Mariana confiesa que desconocía el programa Abuelos de Cuento, pero que durante la charla se dio cuenta del trabajo serio y profesional que llevan adelante.

“Todos los abuelos y abuelas están súper informados, tienen muchísimo conocimiento sobre literatura infantil, autores, ilustración, también de teoría –confía Mariana– . Fue un público muy especializado, mucho más de lo que esperaba. Esta conexión entre las dos puntas de la vida, esta idea de la gente mayor pudiendo relacionarse con niños y niñas en edad escolar, el concepto de sociabilización de la gente adulta, el despertar del amor por la literatura en niños y niñas. Me encontré con algo muy interesante y revelador. Un trabajo increíble”, remata.