Abrieron 3 nuevas salas en el Beccar Varela; rescatan lo mejor del acervo cultural local. Museo hecho POR Y PARA LA GENTE
13/3/2022. EL ENRIQUECEDOR DIÁLOGO CON LA COMUNIDAD. El Museo Beccar Varela vivió ayer sábado 12, al mediodía, una fiesta con la apertura de tres nuevas salas de exposición permanente que hablan de la historia del partido de San Isidro en todas sus facetas y complejidades. Un recorrido que inicia con una detallada línea de tiempo que va del 10.000 A.C. al presente, sigue con un video actual sobre su gente y sus ciudades, y concluye con piezas que fueron donadas por los propios vecinos. Todo desde un concepto central, la de un museo histórico sobre la gente, hecho por la gente y para la gente. “Este Museo es producto de un valor esencial, el del diálogo entre el sector privado y público, entre la familia Beccar Varela, donante de esta casa, y el Municipio. A 16 años de la apertura del Museo, hoy contamos con estas salas que refieren a nuestra sociedad, su territorio y desarrollo. Me emociona y da esperanza saber que ese diálogo con la comunidad en su conjunto, que es parte de una política de Estado, se mantiene y fortalece”, comentó ayer el Intendente de San Isidro, Gustavo Posse, durante el acto de apertura realizado en los jardines del museo y ante más de doscientos invitados. Presente junto a los familiares, Ignacio Beccar Varela, nieto de Don Horacio Beccar, el legatario contó como gracias a su gestión y a la de la Intendencia se logró que el Consejo Escolar desistiera de asentarse en el solar y que la casona tuviese destino de Museo, cosa que ocurrió hace ya 16 años. “La donación la hace efectiva Horacio en el año 1928, se concreta por mi padre y mi tía que eran los dos últimos hijos de una familia de 12 hermanos. Ahí se realizaron una serie de actas hace sí 16 años atrás donde se estableció qué se iba a hacer con la casa, cuál sería su destino. Se dispuso que fuese Museo y Archivo Histórico Municipal y contribuimos con algunos muebles para armar la sala familiar, donde hay objetos de Florencio Varela y demás parientes. Nuestra familia es muy amplia está conformada por la línea de los Beccar y los Varela. Por esos años gestioné que el Museo existente en la Casa Alfaro se traslade a este lugar. Luego los vecinos realizaron importantes aportes que revalorizan toda la puesta existente. Para mí es una gran satisfacción que una casa que podía haber sido utilizada con otros fines , se consiguió que hoy se lograra esta gran maravilla que tiene algo sumamente importante: cualquier persona que la visite puede tomar un libro y sentarse bien en un banco o en la barranca que tiene un inmenso valor patrimonial y natural y sentarse a leerlo; esto es muy frecuente que lo hagan los chicos de colegio. La vegetación de esta barranca atesora plantas híper antiguas de cuando vinieron los españoles al río de la Plata y hoy es área natural protegida”, describe Ignacio y se le ilumina la mirada al recordar al Dr. Adrián Beccar Varela, ex Intendente, presidente del CASI y uno de los primeros historiadores del partido. “Esta calle se llama Adrián Beccar Varela y lo recuerda”, confía el integrante de esta notable familia que ha legado un solar que es parte de la historia y del acervo cultural sanisidrense ahora enriquecido por el aporte de todos los vecinos.
“El Beccar Varela nos habla de nuestra gran/pequeña historia local, pero más que del pasado nos está hablando del futuro y de lo que soñamos ser, y lo hace desde esta muestra permanente donde el dato se convierte en emoción y a la que llegamos luego de tres años de una intensa investigación puertas adentro y de escuchar con mucha atención a toda la comunidad”, expresó Eleonora Jaureguiberry, subsecretaria general de Cultura de San Isidro.
Así, el nuevo recorrido, con dirección de montaje de Patricio López Méndez, abre con una minuciosa línea de tiempo de gran despliegue gráfico y fácil lectura en la que aparecen hitos locales y mundiales divididos por colores según la temática: Cultura y educación, Hechos, instituciones y comunidad, Industria y comercio, Transporte y comunicación, Salud e higiene, Deporte y tiempo libre, Paisaje natural y urbano, y Poblamiento y territorio.
De las primeras crónicas visuales que se conservan, del pintor inglés y viajero Emeric Essex Vidal (1817), la creación del Servicio de Voluntarias Damas Rosadas (1959) y del aeródromo que funcionó en San Isidro (1920) y una multa por bañarse desnudo en el río de 5 pesos (1891), al primer semáforo del partido (1958), el primer túnel, en la calle Primera Junta (1981) pasando por imágenes de galeras y pulperías, y fotos actuales de vecinos en situaciones cotidianas, entre muchos otros registros.
En la sala contigua, la posibilidad de sentarse frente a un video con una sucesión de imágenes del San Isidro de hoy. Un relato audiovisual sobre la diversidad de los vecinos, célebres y anónimos, inmersos en sus paisajes y acciones diarias. Ya en la tercera sala, las piezas donadas aparecen en cajas/vitrinas y dan vida a la línea de tiempo respetando los tonos de los núcleos temáticos. A su lado, cartillas plastificadas con testimonios de vecinos en primera persona y asociados a cada objeto.
“Me lo regaló mi suegra y cuando nos enteramos de esta propuesta, no lo dudamos y lo donamos”, comentó sonriente María Correa Luna de Beccar Varela, junto al antiguo teléfono Estándar Electric, todo un símbolo ya que en esta casa funcionó el primer teléfono del pueblo.
“Invitamos a los vecinos a que se acerquen y participen, que compartan sus historias, que se instalen. Queremos que el museo sea una casa más de todos los que conformamos esta comunidad”, dijo Christian Schwarz, licenciado en Ciencias Políticas, doctor en Sociología, vecino de San Isidro y nuevo director del museo, que en breve pondrá en marcha un programa educativo relacionado con las tres salas y diseñado en especial para las familias y las escuelas.
La valija de un inmigrante, un autorretrato de Guillermo Roux, camisetas de rugby, una gorra y traje de la nadadora Delfina Pignatiello, piezas antiguas de farmacias, zapatillas de baile de Cecilia Díaz, anotaciones de una las primeras parteras del pueblo, viejas boleteras de colectivos, juguetes de varias décadas, actas religiosas, cartas con matasellos. Todo contribuye para acercarse a un pasado en común, más allá de las diferencias, reconocerse, descubrirse y proyectarse.
“Impresionado por la minuciosidad en cómo está contada toda la historia. Los cubiertos, la ropa, increíble el detalle con que antes se confeccionaban las cosas -dijo Agustín Yañez, de 18 años-. Es conocer un San Isidro desde una óptica totalmente distinta”.
“Las docentes venimos a este museo con alumnos y alumnas, pero me sorprendió gratamente esta propuesta –dijo Roxana Belluzzo-, porque revindica la posibilidad de respetar y mantener vigente las historias de San Isidro, de las más grandes a las más chicas”.
Tres salas que nos llevan entre el pasado y el presente, un presente tan cercano como el cucharón que los jóvenes de Starte movieron sin pausa para servir comida a 410 personas por día durante la pandemia. “Por un tiempo dejamos el arte de lado y, cuando el mundo se detuvo, nosotros agarramos ese cucharón para darle de comer a la gente. Es un gran reconocimiento -contó Mariano Acuña, director de la ONG del barrio Santa Rita, en Boulogne-, no puedo explicar la emoción que me produce que esa pieza esté en exhibición”.
Cabe recordar que el museo (Adrián Beccar Varela 774) se inauguró el 16 de mayo de 2006 y funciona en una casa del período virreinal que es una de las más antiguas que siguen en pie en San Isidro y tuvo aportes en su arquitectura entre los siglos XVIII y XX. Una edificación en lo alto de la barranca que el 10 de septiembre de 2005 fue donada al municipio por deseo del doctor Horacio Beccar Varela, donde también vivió Mariquita Sánchez de Thompson y donde el gran escritor Manuel Mujica Láinez encontró inspiración para varios de sus cuentos.
+ En esta muestra permanente también colaboraron Pía Landro (directora de Artes Visuales del municipio y a cargo del programa educativo), los equipos de educación del propio museo, Marcela Augustowsky (diseño gráfico) y Ernesto Samandjian (documentalista). Cabe recordar que el museo cuenta con otras salas permanentes sobre arqueología urbana, la evocación del dormitorio de Mariquita Sánchez, la sala principal de mediados de siglo XIX y el comedor de la familia Beccar Varela. Para más información, https://www.quintalosombues.gob.ar/