San Isidro.¡SIEMPRE QUE LLOVIÓ PARÓ! Miles de almas latieron al ritmo del Parador Konex SÍ: CULTURA JOVEN que se impone
7/3/2022. MÚSICA EN VIVO, TALLERES DE ARTE, UN ESPACIO PARA COMER COSAS RICAS Y OTRO PARA EL RELAX. Sol, recital entre amigos junto al río, ALEGRÍA y EL PLACER DEL REENCUENTRO. Se puede pedir más? Anoche, la cantautora Zoe Gotusso, una de las apariciones más rutilantes de los últimos 
tiempos en la escena musical de habla hispana, cautivó a más de 6000 jóvenes en el cierre del festival Parador Konex en San Isidro, que desde las 16 y con entrada gratis convirtió al Centro Municipal de Exposiciones, en Del Barco Centenera y el rio, en una verdadera fiesta con música en vivo sobre el escenario, talleres de arte para los más chicos, cosas ricas para comer y un espacio Calma Style para el bienestar, autoconocerse y bajar varios cambios. 
“Volvimos con todo tras la cancelación del festival por la pandemia en 2021. Muchísima gente, público nuevo y otro que ya es habitué y llegó con sus mantas, un cierre con una mujer en el escenario, algo que nos encanta, talleres de artistas del bajo que explotaron de chicos y el sector Calma Style que no paró ni un minuto. Pese a la suspensión por mal tiempo del sábado, la gente perseveró, vino de todos modos y disfrutó de lo lindo”, dijo Eleonora Jaureguiberry, titular de Cultura SÍ, organizadora del evento junto con Ciudad Cultural Konex.
Un festival que en sus cinco horas convocó a diez mil jóvenes que se arrimaron al escenario para escuchar y descubrir a La Real Academia, banda ganadora del Premio San Isidro Te Escucha 2021, a puro bedroom post punk y con base potente y eléctrica, y disfrutar del funk/rock de Silvestre y La Naranja, que hace rato se ganó un lugar destacado en la escena nacional. Pero que también se sentaron en las esterillas para hacer yoga, kundalini, meditar, escuchar mantras, cuencos y sitar, ser parte de charlas de alimentación saludable, tarot, astrología y mucho más.
“Vinimos por la música y fue una gran sorpresa encontrarnos con este espacio. Meditamos, escuchamos mantras. Recién llegamos, es nuestra primera vez en este festival y ya nos parece genial”, dijo al dejar el área Calma Style María Scarano (24), que llegó con tres amigas desde la Ciudad de Buenos Aires.
“Venimos todos los años, me parece importante que mi hija conozca esta movida y escuche otro tipo de música, te abre la cabeza. Además, siempre acá se siente muy buena energía”, aseguró la sanisidrense Cintia Fainberg que llegó al predio a las 16.30 junto a su hija de 13 años.
En el salón, los talleres no tuvieron pausa hasta las 20, bajo la guía de artistas de barrio y con la consigna de poner cuerpo e imaginación en acción. El acrílico montado por Paula Bladimirsquy terminó con un sinfín de dibujos y frases hechas por grandes y chicos que no dudaron en tomar las fibras. “El acrílico nos separó durante la pandemia, pero aquí -comentó Paula- nos unió en un montón de dibujos que se fueron haciendo a ambos lados de la pared”.
Cerca, los chicos encastraron grandes bloques de cartón en la propuesta del artista Matías Ostilli, y en el de Carla Ramírez los deseos de todos fueron a parar a coloridos globos armados con el cruce de cuatro hilos de coser, bajo la técnica de wrapping, para engrosar la instalación colectiva Felicidad anidada.
Afuera, los cocineros del barrio abastecieron a un pintoresco patio de comidas, no faltaron las mantas sobre el césped, las velas de kitesurf moviéndose en el horizonte y la música, claro, como condimento insoslayable y necesario. “Nos sentimos muy cómodos y la gente se copó. Para nosotros fue una gran oportunidad tocar por primera vez en un escenario tan profesional”, expresó Joaquín Murray, líder, voz y teclado de La Real Academia.
