Fue en los Ombúes. Gran cierre del Festival San Isidro Jazz y Más: volver al puente de plata entre artistas y público

 

17/10/2021. UNA FIESTA DE LA MÚSICA CON OCHO CONCIERTOS AL AIRE LIBRE Y UNA TREINTENA DE GRANDES ARTISTAS EN ESCENA . Con un cierre bien arriba y los Hot Shooters sobre el escenario de la Quinta Los Ombúes, cerró anoche la 11° edición del festival San Isidro Jazz y Más luego de ocho funciones con lo mejor de la escena jazzística local y un público que disfrutó a par de los artistas con esta ansiada vuelta de la música en vivo. Un ciclo organizado por la Subsecretaría General de Cultura de San Isidro, con el apoyo de BBVA, acceso gratuito y que hace rato se consolidó como una de las grandes citas nacionales de un género tan amplio como cautivante. “Ocho conciertos mágicos, cada cual con su sello musical, la sensación colectiva de disfrutar con ganas la vuelta de la música en vivo y una frase recurrente de los músicos hacia la gente: los estábamos extrañando. Nosotros también estábamos extrañando esta comunión entre artistas y público”, dijo la titular de Cultura, Eleonora Jaureguiberry. 

Jazz y Más tuvo de todo, desde la primera noche con Oscar Giunta en su explosiva batería junto a Hernán Jacinto (piano) y Flavio Romero (contrabajo), en un sin escalas de su Cabrera’s Blues, el tango Sus ojos se cerraron y Black Hole Sun, de la banda grunge Soundgarden, y con las pinceladas de balada, algo de funky y tema homenaje a Spinetta en manos de Dan Pocetti Quinteto.

Siempre a las 20 en el parque del Museo Pueyrredon (Rivera Indarte 48) y a las 22 en el más intimista jardín de Los Ombúes (Adrián Beccar Varela 774), sonaron temas propios, reversiones, standars y la improvisación tan propia del género. ¿El público?, de todas las edades, seguidores del festival y los que se sorprendieron por una movida que tuvo a la primera división del jazz local.

Adrián Iaies & El Colegiales cautivó con su propuesta jazzística en la que subyace nuestro folclore. Un diálogo musical fantástico con Iaies al piano, Facundo Guevara en percusión y Diana Arias al contrabajo, en el que se filtraron un bolero y un tango de Fresedo. De ahí, al dúo de Leandro Bulacio (piano) y Florencio Jurado (bajo), desborde de virtuosismo con sus ritmos latinoamericanos abordados desde la perspectiva del jazz.

La propuesta más eléctrica y próxima al rock fue la Carlos Michelini Quartet. Temas propios del saxofonista, junto a Jacinto (teclados), Pablo González (batería) y Matías Méndez (bajo), y reversiones exquisitas como Hablándole a tu corazón, de Charlie García. “Soy de Santa Fe y la cercanía con el río es fantástica. Un lugar maravilloso”, dijo Michelini, debutante en el festival.

 

“La Argentina tiene excelentes músicos de jazz, los felicito. Feliz de poder estar frente a la gente, ¡feliz!”, comentó la estadounidense Carrie Dianne Ward, que subió al escenario con la Valentino Jazz Bazar en una noche cargada de blues, soul, versión imperdible de la legendaria Can’t take my eyes off you y temas propios del guitarrista Juan Valentino.

Un festival con dos masterclass gratis para una treintena de participantes cada una y a cargo de celebridades del jazz argentino, el pianista Adrián Iaies y el trompetista Mariano Loiácono, varios talentos locales sobre el escenario, como Ernesto Jodos y Dan Pocetti, muchos jóvenes de instrumentos bajo el brazo, cosas ricas para picar y beber, y árboles iluminados como telón de fondo.

“Me quedo con las interpretaciones magistrales que cada uno de los artistas ofreció a un público ávido de conciertos presenciales y que celebró a puro aplauso cada noche. Un reencuentro presencial que emocionó. El San Isidro Jazz y Más es ya un tope de gama de los festivales musicales argentinos y de los del género jazzístico de la región sudamericana”, indicó Hernán Román director artístico del ciclo.

Anoche, en el Pueyrredon, la despedida la inició Julia Moscardini Quinteto. Una de las voces femeninas revelación del jazz argentino, de sobrio estilo, junto a Ernesto Jodos (piano), Jerónimo Carmona (contrabajo), Sebastián Loiácono (saxo) y Mariano Moreira (batería)“Me alegra que este festival tan importante se sostenga en el tiempo, se lo valora muchísimo”, dijo Julia, que retomó temas de Stablemates, su primer disco, entre standars de Duke Ellington, Thelonious Monk, Coltrane y Benny Golson, entre otros.

Ya en Los Ombúes, Hot Shooters subió a escena con clarinete, washboard, guitarra tenor y contrabajo, más bailarina y banjo invitado, y desató un baile colectivo hasta el último acorde con su sonoridad de los años 30 y 40. “Tremendo, la música en vivo genera una energía inigualable”, contó Luciana Bontempo (25), de Vicente López, que no paró de bailar junto a su novio.

“La gente se levantó y, naturalmente, se puso a bailar. Mágico, fiesta total”, dijo tras el show Lucho Pellegrini, voz y washboard de este grupo de la zona norte que jamás soñó que su debut en el festival iba a terminar así, tan arriba, con un bis, más otro bis, y un público en danza y sin ánimo de despedida.

+ El festival se realizó bajo los protocolos sanitarios vigentes, con capacidad limitada e ingreso de acuerdo al orden de llegada.