San Isidro. Tras años de trabajar debajo del suelo, hoy las obras cobran valor en superficie. 15 MIL METROS CUADRADOS de nuevos pavimentos en el Bajo

11/8/2021. MANTENER LA CALIDAD Y EL TRÁNSITO DE BAJO IMPACTO, UN TRABAJO DE TODOS. El Intendente Gustavo Posse supervisó el final de obra de la calle Magallanes, entre Pedro de Mendoza y Gaboto, en la zona céntrica del Bajo sanisidrense, ahí nomás de la bucólica estación del Tren de la Costa que permite espiar la silueta de la Catedral. En esa zona  ya se renovaron unos 15 mil metros cuadrados de asfalto, equivalentes a 15 cuadras.  El Intendente Gustavo Posse recorrió Magallanes junto al secretario de Obras Públicas, el laborioso ing. Bernardo Landívar. “Trabajamos muchos años debajo del suelo para lograr pavimentos secos. Las obras de repavimentación, bacheos y sellados avanzan en todo el distrito”, soltó el jefe comunal visiblemente feliz. Y a renglón seguido, explicó que mantener la calidad del pavimento es un trabajo de todos, porque no se deben arrojar aguas servidas a las calles habiendo red cloacal. “En el caso del Bajo tampoco pueden circular camiones pesados porque deterioran el suelo”, señaló Posse. Al desandar las calles renovadas el Intendente y el Secretario recibieron el afecto de los frentistas más longevos, esos memoriosos que allá por los 90s se tuteaban con los anegamientos y hoy residen en calle secas, impecables, muy vivibles y hasta para pasear y compartir con hijos y nietos, como sucedía en los tranquilos barrios de antaño.

Después de muchos años de trabajos hidráulicos bajo la superficie para que las calles estén secas, ahora el Municipio de San Isidro lleva adelante un importante plan de repavimentación en simultáneo en todas las localidades. En el Bajo de San Isidro, por ejemplo, recientemente se renovaron un total de 15 mil metros cuadrados, equivalentes a 15 cuadras.

 

El secretario de Obras Públicas, Bernardo Landívar, precisó que en los nuevos pavimentos del Bajo se utilizó una base especial de 15 centímetros y una carpeta asfáltica de 5 cm de espesor.

“Hoy hay cloacas y bombas depresoras que impiden que el agua aflore y deteriore los asfaltos. Por eso habrá un control estricto para que nadie arroje aguas servidas a las cunetas ni circulen camiones de más de 10 toneladas por eje”, completó Landívar.