#SanIsidro Bien del Bajo. Cultivar en los chicos el conocimiento por las nativas y sus efectos favorables para el medio ambiente

6/2/2020. VECINOS QUE FABRICAN SOMBRA DE LA BUENA Y NATURAL. Los niños y adolescentes que disfrutan de las actividades deportivas y recreativas en la Colonia del Campo 6, en el Bajo sanisidrense plantaron 150 ejemplares de 40 especies autóctonas. También aprendieron sobre la importancia de los árboles nativos y el cuidado del ambiente con una ilustrativa charla de una verdadera genia: Bárbara Gasparri.  “Este campo es muy importante para la costa sanisidrense y el corredor ecológico riberño. La idea es que cada lugar, público y privado, sumen las especies nativas, y que los chicos aprendan a plantar árboles, y vean cómo se transforman y cuidan”, contó visiblemente feliz la  directora de Ecología y Biodiversidad. La experta aconsejó a los chicos por qué el medio ambiente necesita a las nativas y cuáles son las recomendadas. Un par de datos importantes a tener en cuenta: San Isidro a poco de recuperada la democracia, no sólo abrió la primera reserva ecológica de la Costa Norte sino que la gestión del actual Intendente Gustavo Posse ha hecho un culto acerca de la recuperación del perfil natural costero, favoreciendo la formación natural de juncales y plantando en toda la extensión ribereña árboles, arbustos y plantas autóctonasrecuperando no sólo la flora regional sino también resurgiendo especies de animales locales que ya no se veían. Estas campañas en las colonias de verano, que se realizan con chicos que concurren a estos centros de diversión y esparcimiento y son vecinos del lugar, tienen por fin también a que ellos se familiaricen y cuiden la flora y fauna de sus barrios. Para imitar!

Durante el verano, además de disfrutar de hacer nuevas amistades, y realizar actividades deportivas y recreativas, los cientos de niños y adolescentes que asisten a la colonia del Campo Nº 6 del Bajo de San Isidro plantaron más de 150 ejemplares de 40 especies diferentes de árboles autóctonos.

Sabido es que no pocas plantas exóticas, de otros países, fueron generando un desequilibrio del ecosistema local. El crecimiento paralelo de la agroindustria también ha hecho estragos en la flora y fauna autóctona al nivel de que cuando circulamos por las rutas nacionales nos perdemos el avistaje de ciertas aves o animales que se cruzaban como algo muy normal: cuises, perdices, liebres, lechuzas (entre otros).

Las plantas autóctonas (las propias de un país o región), no sólo nos ahorran agua y sistemas de riego que son poco económicos, sino también trabajo de cuidado y mantenimiento.

Además sostienen el equilibrio del ecosistema y están adaptadas a vivir con el agua de lluvia o poco suministro externo. Sirven de alimento, refugio y sitio de reproducción para la fauna local, que reparte las semillas y poliniza las flores, atrayendo colibríes, mariposas y otras especies. Bárbara Gasparri, la mujer que ha participado en el desarrollo del refugio silvestre Ribera Norte, sabe de qué se trata.

Así es que la propuesta con los niños y jóvenes que asisten a la Colonia del Campo 6 en el Bajo sanisidrense tuvo como objetivo que los colonos aprendan sobre la importancia de los árboles y el cuidado del medio ambiente.

San Isidro a poco de recuperada la democracia, no sólo abrió la primera reserva ecológica de la Costa Norte sino que la gestión del actual Intendente Gustavo Posse ha hecho un culto acerca de la recuperación del perfil natural costero, favoreciendo la formación natural de juncales y plantando en toda la extensión ribereña árboles, arbustos y plantas autóctonas, recuperando no sólo la flora regional sino también resurgiendo especies de animales locales que ya no se veían.

 

Muy entusiasmado, Felipe Barceló, de once años, comentó: “Estamos plantando un árbol de canelón, que es de la selva y necesita agua. Me divierte hacer esto con mis amigos”.

A su lado, Leonel Delarmes, de doce años, agregó: “La paso bien, esto es algo nuevo y me encanta porque me gustan muchos los árboles. Sobre todo porque dan sombra y después los podés escalar”.

“La colonia es muy buena y te hace bien. Estuvo buenísimo plantar árboles”, concluyó Candelaria Font, de once años.