PUERTAS… La magia de ‘El Bajo y su Gente’ en un fin de semana POR AMOR AL ARTE

2/12/2019. EL MOMENTO CREATIVO DE PRIMERA MANO; CON LA CALIDEZ DE UN BARRIO ÚNICO. Dos jornadas fantásticas, radiantes, se asociaron este fin de semana a una nueva edición de Puertas del Bajo, una idea buenísima que permitió a los vecinos conocer el potencial creativo de una zona ganada ciertamente por los artistas. Es que el Bajo sanisidrense ha sabido cultivar como rasgo distintivo una identidad barrial única e irrepetible que se tutea con la bohemia de los artistas que eligieron esa zona tan ligada al río  y al Tren de la Costa para vivir o tener sus ateliers.  La inquieta gestora cultural del Municipio, Eleonora Jaureguiberry lo define en pocas palabras y con claridad:“Puertas es para encontrarse con el artista para preguntarle cómo se formaron, sus estrategias y poéticas al momento de abordar las obras, y luego acercarse a cada disciplina con el propio hacer. Para los artistas, la posibilidad de estar con colegas, conocerse, asociarse, pensar y transitar proyectos juntos. Es uno de los eventos más interesantes que hacemos en el año, aquí se  forman nuevos públicos y audiencias para el arte”, indicó. En la 13º edición de “Puertas…, vecinos y turistas recorrieron los más de 50 ateliers de la zona para descubrir en detalle, y de forma gratuita, los talleres y obras de artistas locales. No faltó el trencito, las paradas gastronómicas típicas; este año se sumó a la movida la Delegación Municipal, retornó el Taller de la Ribera de Pedro Aparicio, los Huerteros con su impronta, el convocante Club de Pesca y Náutica Las Barrancas, en el Bajo de Acassusoy una muestra impactante sobre la hazaña de los Torinos de Fangio en Nurburgring, una muestra de culto para los amantes de los fierros y la historia que merece una nota aparte.

La iniciativa, organizada por la Cultura SÍ contó con más de 200 artistas, distintas ofertas gastronómicas, música en vivo y galerías a cielo abierto.

 

El evento ofreció diversas propuestas para todas las edades: dibujos, pinturas, fotografías, esculturas, grabados, restauraciones, intervenciones colectivas. Ya sea en atriles o en paredes, como así también en veredas y en pintorescos jardines. Todo en unos 50 espacios, desde atelieres, un misterio para muchos, un colegio, una fundación y un museo hasta sitios comunales donde el arte se respira a diario.

Uno de los puntos de partida elegidos fue la Delegación Municipal San Isidro Bajo (Lasalle 699), donde además de la muestra de fotografía colectiva El Bajo y su gente, y de música en vivo y degustación de vinos, los visitantes recibieron información del evento y retiraron el mapa con todas las locaciones.

A una cuadra de allí, cada media hora, familias enteras se subieron a un trencito gratuito que tuvo 20 estratégicas paradas para aprovechar el evento al máximo y no perderse nada.

 

En cada jornada, se puedo disfrutar del arte en todas las disciplinas, desde encuadernación de libros, serigrafía, aerografía y collage hasta soldadura eléctrica aplicada a la escultura, introducción al reconocimiento de plantas y arbustos con iniciación al tejido de entramado y una intervención de un árbol de Navidad con material reciclado, entre muchos otros.

Entre tanta oferta, un circuito con sello propio, Constelación basura, que estuvo formado por artistas del festival interesados en la situación del medioambiente, trasladaron  al arte su preocupación por el presente y el futuro del planeta. Un recorrido que tuvo como punto central al Taller de la Ribera, donde Pedro Aparicio y otros artistas montaron la instalación Basura, y también al Club de Pesca y Náutica Las Barrancas (Camino de la Ribera 398), donde se expuso la obra de los cinco talleres involucrados en esta iniciativa.

La municipal Central de Procesos (Libertador 16.208) con 500+50 Proyecto Utopía, de Joaquín Fargas, propuso un desafío para crear y jugar en familia pensando en posibles soluciones al problema del medio ambiente en mesas colmadas de imanes, tornillos, alambres y otras piezas. También bajo la órbita comunal, el Museo Beccar Varela (Adrián Beccar Varela 774), se convirtió en el mejor sitio para una práctica con máquinas de fotografía placeras.

En otro de los espacios, ubicado en la calle España al 1206, el carpintero y diseñador, Sebastián Berlanga Seufferheld, exhibió sus trabajos con una construcción sustentable en seco con un sistema de entramado de madera en proyectos de viviendas, sumado a las clásicas cocinas, mesas y sillas de este material. “Es una propuesta espectacular, yo vivo y trabajo en este lugar, y este evento da conocer ese espíritu artístico que tiene el Bajo de San Isidro. Y se da una conexión única entre los artistas y los visitantes, algo que no es común”, señaló Berlanga Seufferheld.

Mientras tanto en el taller de la calle Tiscornia 824, Allison Lelawski, acompañada de numerosas artistas expuso sobre serigrafía. Una de las visitantes, la española Amagoya, que reside en San Fernando, se animó a iniciarse en esta técnica. “Es una idea maravillosa, San Isidro siempre se destaca a nivel cultural con sus numerosas e innovadoras propuestas. Yo vengo de San Sebastián que fue nombrada capital cultural europea, y considero que el arte sana y le hace bien a la comunidad”, afirmó Amagoya.

Con mapa en mano, Verónica Pocorni, que se acercó desde General Pacheco, partido de Tigre, comentó: “Es algo que vienen realizando hace varios años, y está buenísimo que podamos entrar a los ateliers de los artistas y ver cómo trabajan. Aquí la gente viene en familia  y disfruta en forma tranquila y segura. Ojalá que Tigre pueda imitar esto que hace San Isidro”.

Me encanta que abran las puertas, no sabía que había tantos talleres. Esto estimula el movimiento de gente en San Isidro, hace que se conozca más aún, incentiva el turismo, y a su vez, favorece al comercio local. Hace un año que me mudé al Bajo y no dejo de sorprenderme con los eventos que ofrece el municipio. Siempre vienen amigos de zona oeste para conocer este tipo de iniciativas que ellos no tienen en esa zona”, completó Paula Salí, vecina del Bajo de San Isidro.