#SanIsidro Chicos reeditaron el cruce de los Andes. 600 Pequeños Enormes Granaderos treparon la barranca del Pueyrredon

 

4/8/2019. A 202 AÑOS DE LA GESTA: APRENDIERON JUGANDO.  Fue una experiencia increíble: los chicos se animaron a reeditar la epopeya sanmartiniana pero en suelo sanisidrense. Y, ciertamente, el Ejército de los Andes creció en número, al menos en el Museo Pueyrredon. Esta vez y en su tercera edición, evocando a aquellos valerosos 60 cuyanos granaderos, casi 600 chicos de todas las edades se le animaron ayer por la tarde al cruce de los Andes para liberar a Chile. Todo un adelanto gratuito del Día del Niño, con la organización de la Subsecretaría General de Cultura de San Isidro y sin cordillera, pero con barranca, devenida en escenario ideal para que los 588 ‘granaderitos’ participantes se sintieran literalmente parte de la gesta. ¿San Martín?, ahí estaba, de uniforme militar y al frente de su tropa. “La intención fue que los chicos entiendan, a partir de la propia experiencia, el esfuerzo que significó semejante gesta y que los grandes logros sólo se alcanzan con el compromiso colectivo. Una iniciativa que conjuga perfectamente con esta casa, donde Juan Martín de Pueyrredón no sólo ideó esta epopeya con San Martín, sino que también la financió desde su cargo de Director Supremo”, contó Eleonora Jaureguiberry, subsecretaria general de Cultura de San Isidro.

En pelotones, el ejército se puso en marcha al pie de la barranca y comenzó el ascenso con la guía del Libertador y también del general Las Heras. Por una senda zigzagueante de 100 metros, la misma que se usaba en esa época para llegar al río, entre talas, talas, chañares, ombúes y espinillos, hubo que saltar troncos y estar atentos a las ramas. Además, hubo varios túneles que los granaderos más dispuestos atravesaron panza abajo y un puente de madera donde mandaba el equilibrio.

“Súper interesante para que los chicos aprendan historia y se relacionen al aire libre. No conocíamos el museo y es todo hermoso. Increíble la cantidad de gente, no esperábamos tanta”, confesó la vecina de Villa Adelina Rocío Marrelli, durante un alto en la subida, que compartió con sus hijos Valentina (5) y Enzo (1), que estuvo en brazos de su papá.

Arengas, el peligro latente de los realistas y los 454 adultos tan entusiasmados como los chicos y con el teléfono listo para la foto. Atentos, guardaparques locales, boy scouts del grupo Pablo Tissera, de Martínez, y personal del museo se encargaron de que las columnas se desplazaran sin contratiempos. Pero, el que sí empezó a vérselas mal fue el propio San Martín, que tras 45 minutos de marcha llegó enfermo al campamento, apoyado en los hombros de Las Heras y rodeado de los suyos.

“Es nuestra primera vez en el museo. Nos encantó tanto como esta propuesta que hace foco en el amor patrio, y en el valor del esfuerzo y del proyecto común”, comentó la docente Andrea Vera junto a su hija de seis años que andaba orgullosa con su pechera y su gorra de granadera, y corrigió convencida a su amiguita. “No fue subir la barranca, fue cruzar los Andes”.

“Este año recibimos muchos chicos caracterizados con espadas y trajes, más allá de las pecheras que entregamos. Todos vinieron muy dispuestos al cruce y pudieron estar en algún tramo bajo el mando de San Martín y vibrar con su arenga patriótica que nos hizo sentir parte de la gesta”, dijo Cecilia Lebrero, responsable de Documentación y Registro del museo.

Mate cocido y pan sirvió para que la tropa recupere energía. “Me sorprende lo que saben los chicos, me preguntaron por Remedios, por mi mamá. Estaban súper motivados”, dijo Juan d’ André aún en la piel del general, que no se cansó de posar para las fotos y lanzó su tradicional arenga Seamos libres, que lo demás no importa nada, seguida de tres ¡Viva la Patria! colectivos.

Luego, sí, con el deber cumplido, granaderos de todas las edades tomaron el parque como escenario espontáneo de rondas de mate con manta en el césped, entre recorridas por las salas y escondidas en el laberinto de boj.

+ Esta iniciativa fue parte del programa anual gratuito El Museo se juega, ideado y producido por el Área Educativa del museo. En Rivera Indarte 48, Acassuso, el primer sábado del mes, siempre con propuestas diferentes y dirigido a niños de 5 a 12 años.