En el Día del Animal, una de mascotas. Distinguen programa de internos penitenciarios que ADIESTRAN PERROS DE SERVICIOS

 

30/4/2019. HUELLAS DE ESPERANZA. Este programa donde reclusas aprenden el adiestramiento canino, recibió ayer un reconocimiento del Senado de la Nación. La iniciativa les permite trabajar con las mascotas tras recuperar su libertad. Los canes ayudan a personas con discapacidad motriz, visual o auditiva.

El secretario de Justicia, Santiago Otamendi, y el subsecretario de Asuntos Penitenciarios y Relaciones con el Poder Judicial y la Comunidad Académica, Juan Bautista Mahiques, además de representantes del Servicio Penitenciario Federal recibieron ayer el reconocimiento del Senado de la Nación por el programa de entrenamiento de perros de servicio para personas con discapacidad motriz, visual o auditiva, Huellas de Esperanza, que llevan adelante internos de cárceles federales.

Impulsada por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos a través del Servicio Penitenciario Federal (SPF), la iniciativa se lleva a cabo en la Colonia Penal de Ezeiza (Unidad 19), el Centro Federal de Detención de Mujeres (Unidad 31), Complejo Federal de Jóvenes Adultos (Marcos Paz) y Colonia Penal de Santa Rosa (Unidad 4, La Pampa).

Durante el acto celebrado en el salón auditorio del edificio Alfredo Palacios, recibieron el diploma de honor el secretario de Justicia, Santiago Otamendi, el subsecretario,Juan Bautista Mahiques, y el director del SPF, Emiliano Blanco.

Mahiques agradeció la distinción y destacó especialmente el trabaja de todos los que participan de Huellas de Esperanza: los entrenadores, las personas privadas de la libertad y los usuarios.

El proyecto de readaptación social, basado en Dog Prison Program creado por la hermana Pauline Quinn en Estados Unidos, apunta a que las personas privadas de libertad asuman un rol activo en el proceso de reinserción, y desde su implementación, en marzo de 2011, se convirtió en una efectiva herramienta laboral para concientizar a los internos acerca de las necesidades de los otros, a través del cambio en su rol social y la asunción de determinadas responsabilidades. Hasta la actualidad se entregaron 20 perros.

Por su parte, el coordinador del programa, Julio Cepeda, agradeció el apoyo del Ministerio de Justicia, a la vez que subrayó que “no hay ningún sistema penitenciario en el mundo que haga esto”.

El proceso de adiestramiento se desarrolla a lo largo de 24 meses en cuatro etapas. La primera consiste en la selección de los internos que están aptos para participar del programa y se incorporan los perros a adiestrar. En la segunda etapa (mes 4 al 18) se capacita a los internos que realizan el entrenamiento, mientras que durante la siguiente fase (mes 19 al 23) se realiza la selección de las personas beneficiarias. Una vez finalizado el adiestramiento, se hace entrega del perro en presencia de los internos que participaron del proceso.

Las personas con discapacidad motriz, o sus familiares, pueden solicitar su incorporación al programa como beneficiarios completando un formulario.