Abrió el ciclo gratuito Platea Abierta en San Isidro a sala llena con “Terrenal” de Mauricio Kartun

09/04/2019.- La tercera edición del ciclo gratuito Platea Abierta en San Isidro, de la Subsecretaría General de Cultura de San Isidro, comenzó anoche del mejor modo, a sala llena y con Terrenal, de y por Mauricio Kartun, que invitó al público a reflexionar en torno de Caín y Abel, dos hermanos disímiles que, apelando a un lenguaje gauchesco y bíblico, esperan la llegada del Tatita, a los sopapos y en un lote ordinario con aires de usurpación.

La obra, en su sexta temporada en teatros porteños, fue despedida con aplausos y de pie por las 300 personas que colmaron el Centro Cultural San Isidro (Libertador 16.138, San Isidro), y dio paso a la habitual charla post función con el elenco.

“La magia del teatro se produce en la función, pero las charlas nos permiten desentrañar, comprender la labor de mampostería, artesanal, que los actores hacen en el escenario y también en la composición de sus personajes. Nos acercan al artista y su arte, y de ese modo nos hace mejores espectadores”, comentó al finalizar la obra Eleonora Jaureguiberry, subsecretaria general del municipio.

El Caín de Kartun es un mercantilista productor de morrones, experto en números, que fantasea con los lugares comunes de la derecha más extrema. Y su Abel, del otro lado del lote, un Edén desamparado y ordinario, es un vendedor de isoca (vago para su hermano), de carácter libertario, que sólo sabe escarbar la tierra y vivir con lo justo.

“Roberto Graves, en su libro Los mitos hebreos, dice que el mito de Caín y Abel no es otra cosa que el de las dos grandes formas de vivir, el nómade, el que no acumula y cuanto menos carga más disfruta, y el sedentario, que termina preso de su propia acumulación. Dos modelos que siguen vigentes. Creo que en cada uno de nosotros conviven Caínes y Abeles”, dijo Kartun durante la conversación, moderada por Aliana Álvarez Pacheco.

Su Tatita (Rafael Bruza), de botas de campo y falible (terminé en un cuadrito al oleo pintado, ya no salgo ni a mirar quien viene, dice en un diálogo), está inspirado en Horacio Guarany. “Tatita debía ser folclorista, mezcla de libertario y libertino, un tipo que andaba de fiesta en fiesta. Las religiones siempre fueron un lugar de fiesta popular, pero al institucionalizarlas –aseguró el autor- nos las quitaron”.

Siete meses llevó encontrarle el tono a Terrenal. Pequeño misterio ácrata, que transita bordes. No es clown, grotesco ni comedia. Un camino en el que el elenco dejó de lado el realismo y se volcó hacia lo clownesco, sobre todo en los roles de Claudio Martínez Bel (Caín) y Tony Lestingi (Abel). “Fue el único modo de tomar en broma un texto tan complejo, de quitar lo alambicado en base a la comicidad física. Toda la construcción dialéctica de la obra –dijo Kartun- está armada en torno de una dialéctica clownística”.

Con exitosas giras por América latina y España, la obra logra identificarse con públicos diversos. En San Pablo le preguntaron si la había adaptado a la realidad política y social del Brasil de Bolsonaro. “La relacionaron con esos hermanos en relativa paz hasta que uno de ellos saca un arma de fuego, que termina con los cachetazos y da paso a la muerte”, expresó Kartun, quien en la etapa investigativa del proyecto leyó al filósofo Flavio Josefo. “Es conmovedor lo que él dice, que Caín es el inventor de los pesos y las medidas, con los que le hizo perder al mundo toda inocencia”.

“Me pareció una gran oportunidad para traer a mi hija. La charla enriqueció mucho ese texto vastísimo y de una actualidad increíble, que compré para aplicarlo en el colegio”, dijo Ana Torres, directora de una escuela secundaria de San Isidro, en su segunda vez con esta obra.

Antes, Kartun había contado que la idea germinal de Terrenal surgió una tarde de pesca en una tosquera de Benavidez, hace 25 años, con sus dos hijos de por entonces 10 años. “Había dos vendedores muy parecidos, uno de isoca y otro de lombriz, cada uno con su cartel y distanciados 50 metros. Pensé, son hermanos y… ¿por qué no son socios? Supuse que estaban peleados, uno de cada lado del lote que habían heredado. Lo anoté y me dije: Ahí tenés una linda obra”.

Luego, elogió la posibilidad que ofrece el ciclo de la charla público/elenco. “Hay artistas que defienden el acto misterioso, del mago que no devela su truco. Pienso lo contrario. El teatro es una dualidad que se puede disfrutar sólo como espectador y sin saber nada y, a su vez, disfrutarlo en este lugar más infame (se ríe) que nos aleja de todo prejuicio respecto del arte. Es acercar al hombre al arte y al teatro, a eso que nos constituye como humanos en un acto sagrado”.

+ La próxima función será Imprenteros, de y por Lorena Vega, el domingo 5 de mayo, a las 19.30. Las localidades podrán retirarse desde el jueves 2 de mayo, en el horario de boletería, de lunes a sábado, de 12 a 18, y el domingo de la función, a partir de las 18.30.