Pasión por preservar el pasado común. Ana Gammalsson y una DONACIÓN DE ICONOGRAFÍA HISTÓRICA a Los Ombúes

8/11/2018. Tal como anticipamos tiempo atrás en redes sociales el Museo “Dr. Horacio Beccar Varela”, ubicado en la Quinta Los Ombúes (Adrián Beccar Varela 774), recibió de parte de la vecina de Martínez e historiadora Ana Gammalsson la generosa donación de dos cuadros históricos auténticos que representan a figuras identitarias de San Isidro. “Vecinos del partido y otros allegados a la Quinta Los Ombúes siguen depositando su confianza en esta institución como custodio de la memoria local y narrador de su historia en clave museológica”, afirmó su directora Marcela Fugardo visiblemente feliz por el donativo de Ana. La ex colaboradora del semanario “Costa Norte” -varias veces distinguida por Hijos y Amigos de San Isidsro y San Isidro Tradicional, entidades históricos culturales que integra- , como buena escudriñadora del ayer, es dueña de no pocos testimonios de valía, su desinteresado donativo habla de esa pasión por preservar el patrimonio que hace al pasado común .

 

La donación consta de los retratos al óleo de Bernabé Márquez y de su esposa Francisca de la Serna. Las pinturas datan del año 1891 y su autor es el artista plástico suizo Michele Carmine, quien permaneció una temporada en Buenos Aires. Entre sus discípulos locales se encuentra Carlos Ripamonte.

 

Bernabé Márquez (1789 – 1882) es una de las figuras relevantes del pasado tardo colonial y postcolonial de San Isidro y una avenida del distrito lleva su nombre. Según tradición oral, en la chacra de su padre se refugiaron los voluntarios que habían de incorporarse a las fuerzas de Liniers para reconquistar Buenos Aires, en 1806. Fue Juez de Paz y presidente de la Corporación Municipal de San Isidro. Su acción fue progresista y tesonera e hizo numerosas obras como la primera mensajería, el alumbrado público, la conservación de los caminos y el mejoramiento de la asistencia a los enfermos. Costeó de su peculio la escuela que hoy lleva su nombre.

 

Su retrato y el de su esposa se suman ahora a la galería de hombres y mujeres que desde los albores de la patria independiente han aportado su impronta a la identidad de San Isidro.