El concepto está basado en darle diferentes miradas de una misma realidad a temáticas relacionadas con la niñez, la educación, la mujer, la salud, entre otras. En estos tiempos tan cercanos a la celebración del Día del Niño, donde no poca gente participó de un rosario de salutaciones en las que se habló de preservar y rescatar nuestro niño interior, ese que se vincula a nuestros sueños más puros, a la sensibilidad, a los valores y a la espontaneidad propia de la infancia y fundamentalmente al amor y a aquellos recuerdos entrañables, Fucello apunta a generar un espacio de reflexión, creatividad e inspiración “CON OJOS DE NIÑO” donde se tiene la posibilidad de “observamos, escuchamos y sacar lo mejor de nuestro niño interior”, asegura. Enhorabuena!, toda vez que ese simple ejercicio, nos permite nutrir el alma y reparar en el otro, de un modo empático, conectando con lo mejor y más puro de nuestro interior. En épocas para muchos de crisis en valores, se trata sencillamente de volver a las fuentes y recuperar nuestra mirada más genuina pensando en los demás.