III edición del encuentro que rescata la vieja tradición de la fiesta de San Pedro y San Pablo en Beccar. ROMERÍA DE ILUSIONES al ritmo del bossa nova

 

10/6/2018. Las familias se reunieron este sábado 9 en Juan B. Justo en la Romería en Beccar, una fiesta gratuita con kermesse, talleres de arte, clowns, gastronomía, el stand up de Mike Chouhy y la bossa nova de Mariana de Moraes, la nieta de Vinicus.

 

Desde el mediodía y hasta pasadas las 18, Juan B. Justo, a la altura de la Avenida Centenario, fue una fiesta comunitaria y gratuita con más de 7.000 vecinos siendo parte de la III edición de la Romería en Beccar. Hubo talleres de arte y kermesse, bossa nova con Mariana de Moraes, nieta de Vinicus, stand up con Mike Chouhy, gastronomía y mucho más. Organizó y produjo la Subsecretaría General de Cultura de San Isidro.

“Este encuentro rescata la vieja tradición de la fiesta de San Pedro y San Pablo en Beccar, y tiene a la familia como eje central, con los chicos jugando con sus padres en la kermesse, como en las de antes, espectáculos de primer nivel, todo gratuito y en un centro comercial que seguirá creciendo y hemos puesto en valor, con sus nuevas veredas, luminarias, capa asfáltica, dársenas. Felicidades Beccar”, dijo Gustavo Posse, Intendente de San Isidro, en su recorrida por la Romería.

A lo largo de tres cuadras, en la calle se tuvo la sensación de celebración comunitaria. Y así fue. “Nos encanta que el vecino se apropie del espacio público y que lo haga siendo parte, no como mero espectador. Tuvimos muchísimas familias en nuestros talleres, a cargo de  docentes de la Casa de Cultura de Beccar, y un escenario con talentos locales y la gratísima presencia internacional de Mariana de Moraes. Ser cada vez más comunidad en torno al encuentro genuino, eso celebramos”, contó Eleonora Jaureguiberry, subsecretaria general de Cultura de San Isidro, a poco de comenzar la fiesta.

El humor, como cierre, lo puso el stand up de Mike Chouhy. “Fue increíble cuando me convocaron, vivo en José Ingenieros y Centenario, es mi barrio, por acá paseo a mis perros. Me encanta que Juan B Justo se haya convertido en un teatro al aire libre”, dijo el actor y comediante, con más de 650.000 seguidores en las redes sociales.

Caballetes en la vereda con obra en proceso y vecinos que se sumaron entusiastas a talleres de mosaiquismo, carpintería, tarjetas con acuarela, manga, ajedrez, cocina y fotografía, entre otros. Cerca de Centenario, once coloridos puestos para hacer puntería y llevarse un premio. De ponerle la cola al chanco con los ojos vendados y derribar pirámides de latitas a embocar un aro en un oso gigante. Con el espíritu de las viejas kermesses, claro.

“Muy interesante la propuesta, que los chicos puedan hacer arte en la calle, aprender. Y que sea gratuito”, dijo Carlos Baldi, sentado en la larga mesa de comic con su hija Josefina (4) en la falda, donde ambos dibujaban sin pausa.

Y a metros de la propuesta de varios pintores del barrio que se sumaron con su arte y de los chicos que dibujaban con tizas el asfalto de Juan B. Justo, la tecnología del laboratorio móvil Infinito por Descubrir, donde grandes y chicos hacían cola para calzarse anteojos de realidad virtual, mirar por microscopios, jugar con tablets y componer en consolas canciones que sonaban ahí mismo.

“Feliz, lo que más me gusta es hacer conciertos gratuitos y con la gente en la calle, estoy en el cielo”, confesó Mariana de Moraes, que hizo los clásicos de célebre abuelo, como Garota de Ipanema y Chega de Saudade, y terminó con Samba da Bênção e invitando a los clowns que pusieron su toque de humor y fantasía en la Romería a subir al escenario para bailar con ella.

Un escenario que desde el mediodía, con la conducción desde el micrófono de Jonathan Vidal, tuvo las coreo de Mini bailarinas, del taller de baile de la Casa de Cultura local, y luego a Pichiculundios, también de la zona, con música y juegos para todos. Mientras tanto, durante toda la jornada, la gente de El Lazo se puso detrás de una enorme parrilla, sobre Garibaldi, despachó casi cien kilos de carne y más de 400 choripanes, frieron unas 1.000 empanadas y, como broche de oro, compartieron las tradicionales batatas asadas.

“Es genial que ocurran estas cosas. Yo las invité”, dijo sonriente Ana Alfonso, abuela y vecina de Acassuso, que al mediodía se encontró en Juan B. Justo con sus nietas llegadas desde Tigre. “Me voy feliz, aproveché al máximo”, dijo la más grande, Belén (19), mientras dejaba la Romería orgullosa con dos piezas realizadas en el sector Hágalo y Llévelo, una de arte francés y otra de colorido mosaiquismo.