Con renovada devoción, la comunidad sanisidrense reverenció a su Patrono y disfrutó los festejos

16/5/2018. Obispo Ojea: “Que San Isidro Labrador conceda a los argentinos ‘SENSIBILIDAD PARA CON LA VIDA’”. Una gran kermesse, la tradicional procesión por las calles del centro de la ciudad, la solemne misa concelebrada por el Obispo, Mons. Oscar Ojea y un show del primer bailarín del Teatro Colón, Juan Pablo Ledo, formaron parte de la celebración que se llevó a cabo ayer en la Plaza Mitre, frente a la Catedral local. En su homilía el pastor diocesano describió al Santo Labrador, como el CUIDADOR DE LA CASA COMUN, rescató las virtudes del patrono y pidió “que San Isidro Labrador conceda a los argentinos ‘sensibilidad para con la vida’”. A su vez, el Intendente Gustavo Posse presente en las celebraciones explicó que “se trata de un encuentro con la comunidad muy ligado a su infancia, a la cultura, al pueblo donde se reverencia al Santo Labriego sinónimo de esfuerzo, tesón y trabajo. El Intendente Gustavo Posse deslizó su reflexión tras la solemne misa en advocación al Santo.

 

Con una gran kermesse, la tradicional procesión, misa y un show del primer bailarín del Ballet Estable del Teatro Colón, Juan Pablo Ledo, los vecinos de San Isidro celebraron ayer el día de su santo patrono, San Isidro Labrador.

Pasadas las 14:30, la Plaza Mitre, frente a la Catedral, se convirtió en un verdadero parque de diversiones. Lanzamiento de pelotitas de medias para derribar pirámides de latas, el infaltable juego del sapo, acertar argollas en cuellos de botellas, fueron sólo algunas de las propuestas de la que disfrutaron chicos y grandes.

La Reserva Ecológica Municipal también se hizo presente con una gran carpa, donde se agotaron 200 plantínes de especies nativas y un centenar de libros didácticos para chicos. La escuela de cocina local CESyT participó con su menú criollo, locro, guiso de lentejas, alfajores y los infaltables churros. En el medio, los clowns de la compañía de Marcelo Katz desplegaron su menú de cantos, juegos, malabares y sonrisas.

Tras la tradicional procesión religiosa y misa en la Catedral local, el Intendente Gustavo Posse comentó: Esta es una celebración muy linda que une a toda la comunidad, con la procesión, la misa presidida por nuestro Obispo, Oscar Ojea, y una kermesse en la que los chicos, que son de la cultura del entretenimiento virtual, se engancharon muchísimo con juegos más antiguos, pero siempre vigentes, que los acercaron a la generación de sus abuelos. Ahora el cierre de lujo, con el sanisidrense Ledo, fuertemente ligado a nuestro distrito”.

 

LA HOMILÍA

El Obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, presidió la misa en las fiestas patronales en honor de San Isidro Labrador. En su homilía, llamó a “trabajar por la cultura del cuidado, del cuidado de la Naturaleza y del cuidado de la Justicia” y pidió al santo patrono de la Diócesis que conceda a los argentinos “sensibilidad para con la vida”.

El prelado comenzó su homilía manifestando orgullo de tener como santo patrono “a un laico, a un hombre del campo, un hombre que tenía un conocimiento profundo del ritmo de la naturaleza, un hombre con ese espíritu tranquilo de la tierra”, y detalló: “Le había regalado la tierra esa suerte de conocimiento intuitivo y de connaturalidad que tiene el hombre de la tierra para con la esencia de la tierra, es lo que el papa Francisco llama ‘Cuidador de la Casa Común’, cuidador de la tierra”. 

El pastor recordó la ‘Encíclica Laudato si’, cuando habla de “la tierra como nuestra hermana con la que compartimos la existencia y nuestra madre que nos recibe con los brazos abiertos”. 

Este conocimiento profundo de la tierra como don de Dios para el hombre que la trabaja, el hombre que tiene que cuidar su potencia y también el cansancio de la tierra, señaló monseñor Ojea, le permitió a San Isidro “tener conciencia de cuidar la tierra, el agua, la luz, el aire como bien común de todos los hombres, por eso esa sensibilidad extraordinaria para con los pobres, que nos llama tanto la atención en San Isidro”. 

“Podemos decir que vivió al pie de la letra lo que dice el Libro de Tobías: ‘Si llegas a tener mucho, repártelo con generosidad, si tienes poco, busca repartirlo con agrado, con paciencia, con alegría’”, añadió.

Monseñor Ojea destacó además que “San Isidro pudo reconocer a Jesucristo en aquellos con los que se sentía identificado, como dice el Papa cuando habla sobre la santidad; y vivió en una sociedad, la de los siglos XI y XII en Madrid, con una fuerte inestabilidad económica”.

“Nosotros decimos ‘inestabilidad económica’, y pensamos en nuestro tiempo”, reconoció el prelado. “Era tremenda la situación de Madrid en aquel tiempo, con las agresiones externas, con los ataques continuos, con las guerras, la cantidad de gente que quedaba sin familia, la cantidad de viudas, de huérfanos, de ancianos, no existía ningún tipo de seguro social”, detalló.

En su mensaje Ojea describió el milagro de la ‘olla’ que, en un sábado, que era el día especialmente destinado a compartir el alimento, “San Isidro había atendido a muchos pobres en su casa, dándoles su ración de alimento, y su esposa Santa María de la Cabeza se fijaba si había quedado más en el fondo de la olla, y sin embargo, viene el último, el imprevisto, entonces San isidro, con su exquisita calidad le dice a la señora que haga otro plato, y Santa María ve como de pronto en la olla aparece más comida, y ella había sido testigo de ese milagro”, relató.

El Obispo destacó a San Isidro como “cuidador de la tierra, cuidador de la casa común, el que conoce los secretos de la naturaleza, el que sabe cuándo la tierra se cura, cuándo la tierra está cansada, une a este cuidado un cuidado de la justicia”. 

“El cuidador de la tierra, el cuidador de la Justicia, también es el cuidador de la vida. Sabe recibir como regalo de Dios el don de la vida”, señaló, y recordó la propuesta de los obispos argentinos de rezar en las próximas semanas “para que el Señor ilumine la mente de los legisladores que el 13 de Junio van a tener que decidir con conciencia sobre un tema muy delicado para nuestro país”. 

Monseñor Ojea pidió a San Isidro Labrador, hombre de la tierra, del aire, del agua, hombre del campo y amante de los pobres, que con su sencillez conceda a los argentinos “esta sensibilidad para con la vida, para que los argentinos vivamos este momento como una oportunidad. Vale toda vida”, recordó.

Finalmente, exhortó a “aquellos que decimos que defendemos la vida”, a pedirle al Señor “poder construir un mundo más humano, para cada persona que está llamada a la vida”. 

“Que San Isidro nos ilumine, especialmente a aquellos que tienen la responsabilidad de legislar y a todos nosotros que decimos trabajar al servicio de la vida, para que podamos con mucha creatividad, con mucho amor a los pobres, poder crear situaciones en las que las mamás, cuando están en situaciones de conflicto, de dolor puedan sentirse acompañadas por nosotros que somos, en definitiva quienes los recibimos en la existencia”.

“Pidamos a nuestro Santo, cuidador de la tierra, cuidador de la Justicia, que nos enseñe a cuidar toda vida”, concluyó.

 

LOS FESTEJOS Y UN CIERRE DE LUJO CON LEDO

 

A las 18, sobre un escenario doble, con tapete de última generación, entre la Catedral y la plaza Mitre, el bailarín emocionó a todos con un espectáculo de una hora que reunió números de danza clásica y tango, a cargo de su grupo, la TPT Company (Taco, Punta y… Traspié).

En dúo con Camila Bocca, realizó La Esmeralda/Pas de Deux, un clásico del ballet. Luego siguió Nuestros Valses (coreografía Vicente Nebrada), y una serie de tangos, con la impronta de Piazzolla, como Cité tango, Adiós Nonino, Libertango e Invierno Porteño, que lo tuvo como solista en una enorme interpretación, hasta el clásico vals de Homero Manzi, Desde el alma, entre otros.

“Es muy importante que la cultura se acerque a la gente, algo en lo que San Isidro hace hincapié. Eso no sólo hace crecer a los espectadores sino también a los artistas. Viajé con la danza por todo el mundo, pero nunca imaginé que podía ocurrir esto. Nunca había pisado un escenario en San Isidro, donde tuve una infancia feliz. Esto es un hermoso regalo que me llena de orgullo a esta altura de mi carrera”, dijo Ledo, que compartió el escenario con diez bailarines, entre ellos sus hermanas, Belén y Gretel, y recibió de manos del intendente el diploma de Personalidad Destacada dela Ciudad de San Isidro.

Tras disfrutar del espectáculo, Ana María Cuenca, vecina de San Isidro, expresó: “Es un gran momento para reunirse y compartir en familia y con los vecinos. Las iniciativas del Municipio son excelente”.

 

A su lado, Patricia Mallorca agregó: “Todos los años venimos y siempre me sorprendo con las propuestas. La kermesse me parece maravillosa porque todos pueden participar y los chicos pueden disfrutar de juegos antiguos”.

Con una enorme sonrisa y sin dejar de jugar, Laura Gamarra subrayó: “Vengo desde chica a esta celebración y hoy me toca vivirla con mis hijas, algo que me emociona. Es muy lindo ver como todos disfrutan en familia y en comunidad”.