La ópera prima de Emiliano Dionisi, como autor y director, no defraudó al público que colmó el Centro Cultural San Isidro (CCSI), en la Av. del Libertador 16.138, casco histórico de San Isidro.

Primero por la historia, que retrata con crudeza y cuotas de humor ácido la vida de Claudio y Sandra, que les hablan a sus respectivos hijos, Patricio y Lola, de unos 10 años. Historias paralelas que se cruzan en un pelotero, desnudan las falencias y debilidades para criar a los chicos, la violencia doméstica y de género, expectativas, frustraciones y miedos sin límites de edades. Segundo por las interpretaciones de Natalia Cociuffo y Christian Giménez, con extensos monólogos y segmentos musicales que alternan en la hora y cuarenta minutos de obra sin que ellos abandonen la escena.

En la charla post función, Dionisi contó que Los Monstruos nació y se estrenó en El Picadero, donde sigue en cartel, en el marco de la Bienal de Arte Joven (2015), de la Ciudad de Buenos Aires, donde ganó con Martín Rodríguez (autor de las canciones y director musical) una beca de tres meses para estudiar y desarrollar el proyecto. Relató también que en un inicio se trataba de dos monólogos paralelos, pero que un buen día se cruzaron. “La obra te va llevando, uno la quiere inclinar hacia un lado, pero no. Es maravilloso”, dijo el dramaturgo en la charla post función, junto a Cociuffo, Rodríguez y el productor Sebastián Ezcurra.

La actriz habló del desafío que representó el texto, extenso y demandante. “Ensayamos dos meses, tres veces por semana. Al principio, con Mariano [Chiesa, con quien estrenó la obra], memorizábamos tipo mantra, casi sin pensar. Me ayudó mucho grabarme y escucharme, manejando, cocinando. Si aparece una palabrita nueva Emiliano te dice: Me parece que no va. Y tiene motivos. Sí, es muy exigente y te deja notas de WhatsApp de ocho minutos. Lo quería decir”, acotó la actriz, entre risas.

Para Dionisi, es lógico que esto ocurra en un trabajo con más de 200 funciones, que, dicho sea de paso, se llevó varios Premios Hugo, cuatro Florencio Sánchez, Premio Argentores a la Mejor Música en Obra Teatral, y Premios ACE, entre otros. Pero explicó que las palabras no sólo están en la obra por su significado, sino también por su musicalidad, por su efecto sonoro. “Siempre les digo a los actores que podemos charlar si quieren cambiar una palara, pero están ahí por una razón de ser. De todos modos, son funciones vivas, no mera repetición. Es lo hermoso del teatro, que no lo tiene el cine ni la tele”.

La exigencia física y emocional de los actores, su desdoblamiento en los roles de padres, hijos y hasta abuelos, lo orgánico de la propuesta musical, que amalgama y potencia la línea argumental de los monólogos, y el buen recibimiento que tuvo la obra en Chile, Costa Rica, Miami y Colombia fueron otros de los temas abordados en la charla, moderada por Aliana Álvarez Pacheco, y en la que el público preguntó con ganas y sana curiosidad.

La próxima cita será el domingo 27 de mayo, a las 19.30, en el CCSI, subirá a escena Centésimo mono, de Osqui Guzmán.

+ Las localidades deben retirarse entre el miércoles y el viernes previo en el teatro correspondiente a cada función, de 12 a 18, o, el día del evento, una hora antes del inicio de la obra. Hasta cuatro entradas por persona.

+ La programación completa en cultura.sanisidro.gob.ar