San Isidro. Concierto en el atrio de la Catedral. Espíritu navideño que lleva a la reflexión sobre la paz y el sentido de la vida

21/12/2017. La Orquesta Sinfónica Juvenil de San Isidro, el Coro de la Compañía Lírica G. Verdi, el tenor Darío Volonté, la mezzosoprano Vera Cirkovic y la soprano Paula Bresci Raña ofrecieron anoche ante 1.500 personas el tradicional concierto gratuito Villancicos de Navidad en el atrio de la catedral, organizado y producido por la Subsecretaría General de Cultura de San Isidro con el apoyo del Grupo Asegurador La Segunda. “Este es un concierto para todos, vinculado con volver a encontrar con lo que nos constituye en humanos. Un momento que nos hace reflexionar sobre por qué es importante vivir con otros, cuales son los valores que debemos defender y, en definitiva, qué es lo importante en la vida”, expresó Eleonora Jaureguiberry, titular de Cultura SÍ, que agradeció a los vecinos por acompañar el intenso calendario anual de cultura y a los que hicieron posible la iniciativa, como el párroco de la Catedral, Pedro Oeyen. Mirá las fotos y videos de esta gala lírica que abrevó en ese espíritu único de comunión en comunidad que despierta la Natividad. 

Bajo la dirección musical del maestro Ramiro Soto Monllor, casi un centenar de músicos interpretaron números de orquestas y arias de óperas conocidos por todos y cerraron con una serie de villancicos acorde con la época del año.

La obertura de la ópera Las bodas de Figaro y Danse Bohème, de la Suite Nro. 2 de Carmen, interpretado por el coro, a cargo de Adriana Segal, O mío babbino caro, aria de la ópera Gianni Schicchi, que permitió el lucimiento de Bresci Raña, y Habanera, también de Carmen, con Cirkovic como solista, fueron parte del programa, que también tuvo el esperado O sole mío, en la voz de Volonté, No puede ser, de La tabernera del Puerto, y Nessun dorma, también a cargo del tenor, junto con el coro.

El público acompañó con mucho entusiasmo todo el concierto, que debió reprogramase para ayer debido al mal tiempo del miércoles, e hizo llegar varios ¡Bravo! desde las filas del fondo, mientras un grupo de chicos se instaló en las escalinatas y hasta bailó las canciones que le resultaban más conocidas.

“Esto es fantástico, el repertorio, la fachada de la catedral. Qué hermoso rincón, es una joya que deben cuidar”, coincidieron Jorge Lorenzutti y Ana María, su esposa, debajo de la torre iluminada del campanario y llegados especialmente desde la Ciudad de Buenos Aires.

A tono con la época del año, en el segundo tramo llegaron los villancicos Jingle bellsThe First NoelAdeste fideles y Noche de paz, y un final de fiesta a modo de bis oportuno y conocido mundialmente, Brindis, de La Traviata.

“Creo que todos lo disfrutamos muchísimo del excelente nivel de la orquesta, el coro y los solistas. Fue un espectáculo redondo”, expresó Soto Monllor en el atrio, a poco de concluido el concierto.

“Natividad, renacimiento. De eso se trata. Venimos de unos días oscuros, entonces, que estos momentos sirvan para clarificar las almas y salir renovados, más brillantes”, contó Volonté, que destacó el trabajo que realiza desde hace unos años la Orquesta Sinfónica Juvenil de San Isidro.

Una agrupación becada por el Municipio de San Isidro que ofrece perfeccionamiento profesional y salida laboral (por concurso) a muchos de los alumnos más avanzados del Proyecto Orquesta Escuela, en el Bajo Boulogne, y depende de la Fundación para el desarrollo de las Artes Musicales, entidad sin fines de lucro presidida ad honorem por Martha Sfriso.