Cine y Música. Broche de cierre con cumple para un Festival que cautiva. La Antigua Jazz Band y un cierre a toda orquesta

21/11/2017. UNA DÉCADA DE ÉXITOS. Ante una multitud que pobló los jardines del Museo Pueyrredon tocó a su fin la 10ma edición de un ciclo que año a año, va ganando más cinéfilos y melómanos. Allí en ese inmejorable escenario cargado de historia local, se proyectó el film “El Cameraman”, un clásico de Buster Keaton, que contó para la ocasión con música en vivo de la Antigua Jazz Band. Nadie quiso perder detalle de este final de ciclo a toda orquesta que transformó a ese escenario natural de inigualable belleza, en un lugar amigable para los vecinos con una propuesta cultural única en su tipo que estimula los sentidos. El Festival tuvo su nota de color intimista. Es que en el cóctel brindado en el patio colonial de los Naranjos, del Museo – como siempre con el grupo asegurador La Segunda como main sponsor tanto la titular de Cultura SI, la talentosa Eleonora Jaureguiberry y la presidenta de la Fundación de Cinemateca Argentina,  Marcela Cassinelli, verdadero baluarte dieron pistas de las razones de un éxito impuestísimo entre los vecinos. A su vez, Pablo Scenna, director, guitarrista y bajista la Antigua Jazz Band contó ante CONtinta NORTE cómo se gesta el proceso creativo en cada edición de Cine y Música, donde los artistas regalan una ópera prima musical en tiempo real, un espectáculo de singular jerarquía que se destaca por la calidad de cada propuesta y ha colocado a San Isidro en el centro de todas las miradas. Pablo Scenna, adelantó además que la legendaria banda jazzera en pocos días más celebrará sus 50 años con la música. Mirá las fotos y pinchá los videos de UN CIERRE A TODA ORQUESTA!

El Festival de Cine y Música de San Isidro, organizado y producido por la Subsecretaría General de Cultura de San Isidro y la Fundación Cinemateca Argentina (FCA), con el apoyo del Grupo Asegurador La Segunda, bajó anoche el telón de su décima edición,  Grandes Éxitos, con El cameraman y La Antigua Jazz Band aplaudida de pie por más de mil personas.

Posted by Carlos Cuneo on viernes, 17 de noviembre de 2017

Un ciclo con los grandes maestros que asumieron la epopeya de hacer cine hace más de un siglo, artistas contemporáneos que aceptaron el desafío de componer y ejecutar música para una única función y para el cine mudo que trascendió épocas y modas, el jardín del Museo Pueyrredón como escenario privilegiado, entrada gratuita y un acertado programa de mano con las películas que más emocionaron y conmovieron en estos nueve años.

“Agradecer a la Cinemateca Argentina, a los músicos por su compromiso y, muy especialmente, al público de San Isidro y de otros lados que supieron decodificar y comprender el valor profundo del festival, que no se parece a ningún otro, ha formado a verdaderos cinéfilos, convoca nuevas audiencias y sigue conmoviendo como la primera vez”, dijo anoche Eleonora Jaureguiberry, subsecretaria general de Cultura de San Isidro, al cerrar el festival, que reunió desde el sábado 11 y en siete noches seguidas a unos 6.000 espectadores.

Una iniciativa que fue de la potencia rockera del trío experimental Sergio CH, Araujo & Romeo musicalizando El hombre de la cámara, de D. Vertov, con vistas de Leningrado, casi al estilo de un video clip actual, a otra de profundo mensaje social, Que viva México, de S. Eisenstein, con la jarana, marimba, acordeón, leona y violín de Soneros del Calamaní, junto a Miriam García (voz), entre chamarritas, La Sandunga y La llorona.

Marcelo Katz hizo sonar piano, sintetizador y botellas, y Miguel Rausch sumó a la percusión sonidos guturales, algo de lunfardo, que arrancó risas por el contraste con Tabú, y hasta se golpeó el pecho para acompañar la genial obra de F.W. Murnau, que nos hizo pasear y pensar la Polinesia. Chaplin llegó con noche soñada, tibia y calma, y volvió a enamorar con La quimera del oro, entre hombres rudos en busca de oro en la inhóspita Alaska, mientras Nico Posse Octeto iba del jazz, el bolero a La Gallina Tureleca con una libertad tal que seguramente se hubiera ganado un guiño del hombre de bigote y galera.

El miércoles, la lluvia nos mudó al auditorio del Colegio San Juan El Precursor, donde hubo un hito, el estreno nacional de la copia restaurada por la FCA de Así cantaba Gardel, la sonora de esta edición. Diez canciones con El Zorzal de moño, anillo y esa voz que cada día canta mejor, seguida por la orquesta El Arranque, que homenajeó con temas gardelianos y un bis pedido de pie por todos que terminó con todos cantando Por una cabeza.

Marcelo Moguilevsky y César Lerner desplegaron el jueves toda su batería musical, sin partitura, improvisación, gongs, resonantes, cuencos, piano, sampleados y vientos. Así acompañaron a otra de Murnau, Nosferatu, que seguirá siendo un clásico del cine expresionista de todos los tiempos aunque ya no asuste a nadie. Anoche, otros clásicos en el piano, batería, trompetas, trombón, saxos, banjo y guitarra de la Antigua Jazz Band, con Armstrong​​, Joe King Oliver, Duke Ellington y otros, mientras el entrañable Keaton llevaba sus andanzas y su cámara al hombro.

Todas las noches, música de alto vuelo y cine eterno, bicicletas en la puerta, familias, encuentro de amigos y “ese olor a jazmín que al entrar te predispone tan bien”, como coincidieron las amigas Ofelia Cachafeiro y Martha Zanotti, que cenaron pizza gourmet y cerveza en la falda, vendida en una coqueta barra junto al laberinto de boj, con Chaplin en pantalla. El que alguna vez, con toda justicia, dijo pertenecer al mundo, tanto como este festival le pertenece a San Isidro, y a todos.


+ VOCES

MARCELA CASSINELLI (PRESIDENTA DE LA FCA): “El balance es más que positivo. Desde lo artístico, comprobar que repetir los grandes éxitos de los primeros nueve años fue todo un éxito. Tenemos un público fiel, otro que se renueva, los comentarios siempre son gratificantes y mantenemos el clima de fiesta que hemos tenido desde el primer día. Un arte que llega sin pretensiones ni imposiciones y una próxima edición que nos plantea el desafío de cómo seguir con la vara tan alta. Pero con San Isidro y su equipo todo es posible”.

Pablo Scenna (La Antigua Jazz Band): “No es un concierto tradicional, tiene otro vértigo y otros desafíos, por eso, lo ensayamos muy especialmente. Para nosotros fue una satisfacción cerrar el festival, como lo hemos hecho muchas veces, siempre de la mano de Buster Keaton”.

 

 

 

 

Sergio Chotsourian, Jorge Araujo y Ernesto Romeo: “Desde la música nos interesa experimentar, ir un poco más allá del rock tradicional y esta propuesta de San Isidro, por su concepción, es ideal para cumplir con esa meta”.

Lautaro Merzari (Soneros del Calamaní): “Somos un grupo de raíz vinculada con la música mejicana y el film que musicalizamos es una maravilla. Lo vimos muchas veces para decodificarlo y apenas aparece el Istmo de Tehuantepec y la cultura juticheca, por ejemplo, no nos quedaron dudas de que debíamos tocar una versión de La Sandunga”.

Marcelo Katz: “El sólo hecho de estar en este museo es hermoso. Después uno empieza a repasar lo que vivió sobre el escenario y te queda la locación completa, la música que hiciste, mezclado con los grillos. Increíble”.

Nico Posse: “En mi primera vez aquí toque sólo y este año, en mi cuarta participación, lo hice con un octeto. Es un festival que crece en público, producción, artistas. Lo que sucede en este festival, ocurre sólo acá”.

Marcelo Moguilevsky: “No quisimos caer en la ruina del arquetipo del género de terror, el de estar detrás de cada efecto, sino lograr una visión poética de Nosferatu, creando un ambiente que procuró interpretar el espíritu del film”.

César Lerner: “Nos encanta que haya sido Nosferatu, que estudiamos mucho tratando de entender sus códigos, la luz, la indumentaria, las actuaciones. La primera vez en el festival que musicalizamos una película que no tenga relación con lo oriental, la temática judía o arábiga. Un desafío que nos encantó”.