Tragedia en el Delta: se aguardan los resultados de ADN de los restos de los ocupantes del avión

 

12/9/2017. La investigación sobre el avión que cayó en el Delta y donde murieron los pilotos Matías Ronzano y Emanuel Vega y el pasajero e hijo del dueño de la nave Matías Aristi, avanza lentamente porque como se dijo ‘todos los cuerpos hallados estaban en partes’. “Ahora lo que se va a hacer es un peritaje de ADN para determinar qué resto humano es de quién, poder entregarlo y que cada familia los despida de acuerdo con su creencia religiosa. Eso está en pleno trámite”, indicó la jueza sanisidrense, Sandra Arroyo Salgado al explicar las razones por la que las familias todavía no recibieron los restos. Ocurre que aún se cotejan los ADN para confirmar sus identidades.

“Ahora lo que se va a hacer es un peritaje de ADN para determinar qué resto humano es de quién, poder entregarlo y que cada familia los despida de acuerdo con su creencia religiosa. Eso está en pleno trámite”, explicaron ayer fuentes de la investigación.

La jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado, a cargo de la investigación, prefirió no hablar de tiempos y dijo al matutino LA NACION que la causa se encuentra en curso: “Está el trabajo de la junta de investigación de accidentes aéreos y, en paralelo, el peritaje que dispuso el juzgado con los peritos oficiales y los peritos de parte de las familias. Además falta terminar con el tema de la identificación de los restos humanos que se rescataron”.

La magistrada informó, también, que el peritaje “es un tema muy técnico y recién pudo empezar el lunes [pasado]”, mientras que la identificación de los restos “depende de los genetistas”.

Fue contundente sobre la razón por la cual se cayó el avión: “Fue un accidente”. Aunque advirtió que aún no se pueden arriesgar hipótesis sobre quién tuvo la responsabilidad. “Sería muy imprudente aventurar si hubo algún tipo de responsabilidad penal o no de las distintas personas que confluyen en este tema. Esto va a depender mucho de las conclusiones a las que arriben los peritos en materia aeronáutica, que están haciendo la investigación de cómo fue desde el momento mismo del despegue hasta que el siniestro tuvo lugar”, dijo Arroyo Salgado.

 

La investigación sigue su curso. Se analizan los radares, las comunicaciones que se realizaron, los restos y toda la evidencia que está vinculada con el vuelo del avión Mitsubishi MU-2 matrícula LV-MCV y el siniestro.

La familia del piloto Matías Ronzano cree que esta semana podrían conocerse los resultados de ADN. Pero no piensa demasiado en cómo será el momento de la despedida final del piloto, ya que en los próximos días cumplirá un año Margarita Ronzano, la hija de Matías y Ángela Barbero, y se aboca a ese festejo como el joven hubiera querido que se hiciera.

Ángela Barbero está entera, aunque tiene sus momentos de tristeza. “Cuando hicieron la extracción de las muestras nos dijeron que iban a tardar más o menos 15 días, así que suponemos que esta semana estarán”, dijo ayer LA NACION Franco Barbero, cuñado de Ronzano.

Según contó Barbero, la jueza les dijo que no daba nada por descartado y que cuando estuvieran listos los ADN se abocarían a seguir con el tema de las cámaras y las investigaciones. Y que los peritajes tardarían entre seis meses y un año.

“Están Mitsubishi Japón y Mitsubishi Estados Unidos. Ellos tienen dos meses para contestar y pueden pedir una prórroga, que es algo que plantean en general“, contó Franco. Desde la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil (Jiaac) les explicaron a los familiares que el trámite iba a ser “largo y engorroso”.

Apenas tomó el caso, Mariano Lisardo, abogado de la familia Ronzano, les dijo que si se trataba de un accidente había habido “mucha negligencia” y estaba decidido a ir contra quienes hubieran sido negligentes.

“Para establecer eso se están haciendo dos peritajes: uno a cargo del juzgado y el otro, de la junta de aviación. Dos peritajes por separado donde intervienen profesionales diferentes. Los trabajos de la junta de aviación determinarán cuál fue el motivo por el que el avión tuvo el accidente. La investigación de la causa penal tratará de determinar si hubo responsabilidades penales respecto del accidente provocado”, dijo Lisardo.

Además, el abogado advirtió que si se prueba que hubo negligencia en el tiempo que se tardó en iniciar la búsqueda de la aeronave, también podrían caberles responsabilidades a la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) y a la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA).

La aeronave fue hallada el sábado 19 de agosto, a 26 días de haberse perdido todo contacto, seis minutos después de haber despegado del aeropuerto internacional de San Fernando. Los restos de la nave estaban en una zona pantanosa en la confluencia de los ríos Paraná Guazú y Barca Grande, en el Delta. Es un lugar complicado para la búsqueda y para la extracción de los restos del avión, según advirtieron los investigadores que trabajaron en esa área.

“Un pantano donde era muy difícil la tarea manual. Hubo un trabajo sobrehumano por parte de los bomberos y de los buzos tácticos de Prefectura que accedieron a la aeronave y pudieron sacar los restos”, contó Lisardo.

“Había restos humanos por separado, pero nada que se asemejara a un cuerpo. Se destrozó el avión y los cuerpos, también”, admitieron fuentes de la investigación, al añadir que la aeronave era sólo un conjunto de pedazos enterrado cuatro metros debajo del barro.

Matías Ronzano, piloto nacido en Lincoln, tenía 30 años. En Abril pasado había empezado a trabajar para la familia Aristi, dueña del avión con el que perdió la vida. Su copiloto era Emanuel Vega, de 25 años y oriundo de Bahía Blanca. También vivía en Lincoln, donde trabajaba para un contratista forrajero. Aceptó acompañar a Ronzano a Formosa porque su jefe le había dado vacaciones.

El único pasajero de la nave era Matías Aristi, de 37 años y padre de tres hijos. Era uno de los cinco hijos de Ignacio Aristi, dueño de la empresa Aibal SA. El avión siniestrado pertenecía a la firma de su familia.

 

Fuente: La Nación