Diócesis de San Isidro. Denuncian la actividad irregular de una asociación que carece de autoridad eclasiástica

 

12/9/2017. Una asociación de fieles que opera con el nombre de Comunidad Sagrada Familia y tiene su sede en España, no cuenta con autorización para realizar tareas apostólicas en el territorio de la Diócesis de San Isidro, y el sacerdote que encabeza dicha asociación carece de autorización para ejercer el ministerio sacerdotal. Pese a lo cual continúa actuando en rebeldía con la autoridad eclesiástica. Ante esta situación, los sacerdotes de las Catedral San Isidro Labrador, los presbíteros Pedro M. Oeyen, Gonzalo A. Rebollo y Juan M. Bianchi motivados por el accionar de esta gente en la comunidad hicieron público un comunicado alertando a los fieles. Al referirse al accionar de esta asociación, los sacerdotes expresan en el comunicado que “su método de acción es similar al de las sectas. Atraen a los candidatos invitándolos a animados encuentros de oración, que incluyen la imposición de manos. Luego los van aislando de sus familias, amigos y de cualquier vínculo que tengan. Dicha ‘Comunidad’ se transforma en su familia y ya no escuchan a nadie que quiera alejarlos de ella”. Acá su texto completo:

Comunicado de la Catedral de San Isidro

“Dada la inquietud manifestada por algunos feligreses, nos vemos en la obligación de informar lo siguiente:

“El 14 de marzo de 2016 el obispado de San Isidro comunicó que la Asociación Privada de Fieles, denominada Comunidad Sagrada Familia, con sede en Trillo, España, no cuenta con autorización para realizar tareas apostólicas en el territorio de la diócesis de San Isidro.

“Asimismo, el sacerdote Carlos San Félix, miembro de la Asociación, no tiene ningún tipo de autorización para ejercer el ministerio sacerdotal en la diócesis, así como tampoco puede llevar adelante tareas pastorales, ni en nombre propio, ni como Asociación Privada de Fieles a la que dice pertenecer.

“En abierta rebeldía a lo dispuesto por nuestro obispo, conectados por Internet, dicha comunidad y el mencionado sacerdote han continuado actuando en casas de familia de la zona y de Bella Vista constituyendo ‘grupos de oración’. Por medio de ellos, en el último año han captado a tres jóvenes, sacándolos de sus familias y enviándolos a España, convenciéndolos de que tienen ‘vocación religiosa’.

“El grupo local está coordinado por Lucas y Pablo Sartori y hasta principios del año pasado se reunía en la capilla Santa María de la Cabeza.

“Su método de acción es similar al de las sectas. Atraen a los candidatos invitándolos a animados encuentros de oración, que incluyen la imposición de manos. Luego los van aislando de sus familias, amigos y de cualquier vínculo que tengan. Dicha ‘Comunidad’ se transforma en su familia y ya no escuchan a nadie que quiera alejarlos de ella.

“Los llevan a cambiar sus costumbres, dejar noviazgos, tratamientos psicológicos, prácticas deportivas, fiestas y cualquier cosa que pueda distraerlos o hacerlos pensar. El mencionado sacerdote mantiene con ellos largas charlas diarias por Watsap, convirtiéndose en su ‘guía espiritual’ e indicándoles al detalle lo que deben hacer, manipulando sus conciencias y realizando un verdadero lavado de cerebro.

“Finalmente, los convencen de que deben viajar a España para ‘consagrarse a Dios’ en dicha comunidad y les pagan el pasaje. Como esos tres jóvenes tenían más de 18 años y eran legalmente mayores de edad, sus familias no pudieron impedirlo a pesar de su dolor y de todos los esfuerzos hechos.

“Conviene recordar que la auténtica vocación religiosa es una respuesta libre al llamado de Dios y que desde la catedral siempre hemos apoyado y alentado a quienes desean consagrarse en cualquiera de las múltiples formas legítimas que propone la Iglesia.

“Pero, en este caso, eliminan la voluntad libre de los jóvenes, los someten a la voluntad del ‘guía espiritual’ y los direccionan hacia dicha ‘Comunidad’. Esto es claramente contrario al obrar de Dios y de la Iglesia, razón por la cual nuestro Obispo les prohibió toda actividad.

“Por todo ello, creemos que este es un grupo altamente peligroso y recomendamos que se alejen de él. En especial advertimos a los jóvenes y a sus familias que no se dejen atrapar”.

El comunicado está firmado por los presbíteros Pedro M. Oeyen, Gonzalo A. Rebollo y Juan M. Bianchi