San Isidro homenajeó al Gral. San Martín:“Sintetiza los valores de nuestra Nación: humildad, coraje, inteligencia y profesionalismo”

 

17/8/2017. Así lo expresó el Intendente Gustavo Posse al encabezar el acto en la Plaza de Boulogne, que lleva el nombre del Libertador de América y donde se encuentra el busto que recuerda la prócer. Fue durante una emotiva ceremonia en la que se entonó el Himno, con el acompañamiento de la Banda de la Escuela de Suboficiales del Ejército Argentino Sargento Cabral “Combate de San Lorenzo” y se depositaron ofrendas al pie del monumento, en el preciso día del paso a la inmortalidad del Padre de la Patria. La nota incluye una semblanza del Padre de la Patria.

 

El Intendente de San Isidro, Gustavo Posse, presidió hoy el acto para homenajear al General Don José de San Martín en el 167º Aniversario de su fallecimiento. Fue ante cientos de alumnos y fuerzas de seguridad, en Boulogne, a lo largo de Independencia, frente a la plaza que lleva el nombre del Libertador de América.

“San Martín sintetiza los valores de nuestra Nación: la humildad, el coraje, la inteligencia y el profesionalismo. Es muy emotivo homenajear al padre de la patria. Hoy la soberanía se cultiva y se sostiene con la educación, con el esfuerzo y con el trabajo”, contó Posse.

 

Minutos antes se entonaron las estrofas de nuestro Himno Nacional con el acompañamiento de la Banda de la Escuela de Suboficiales del Ejército Argentino Sargento Cabral “Combate de San Lorenzo”. Durante el acto también colocaron ofrendas florales al pie del monumento en la plaza.

 

SEMBLANZA DEL PADRE DE LA PATRIA

San Martín tuvo un compromiso infatigable con vistas a dar el paso más trascendente de nuestra historia: ser libres e independientes de España y de toda otra dominación extranjera.

El hombre que nació en Yapeyú (localidad de la actual provincia de Corrientes) un 25 de Febrero de 1778, demostraría estar dotado de cualidades extraordinarias a lo largo de toda su existencia.

Fue militar profesional, veterano de guerra en tres continentes. Su bautismo de fuego tuvo lugar en el norte de África, a los 13 años de edad, en 1791; intervino en distintos campos de batalla en Europa durante las guerras napoleónicas y retornó a Buenos Aires en 1812 para luchar por la libertad de Sudamérica. Tras diez años de vida pública consiguió asegurar la independencia de tres países.

Por si alguien tenía dudas de su fidelidad a la causa sudamericana; él se encargó personalmente de disiparlas cuando encabezó una carga de caballería en San Lorenzo (3 de febrero de 1813). Allí, en un combate que duró aproximadamente quince minutos, pudo perder la vida de no ser por la fidelidad de heroicos granaderos como Cabral y Baigorria.

San Martín escribió reiteradamente a Tomás Godoy Cruz, diputado cuyano en el Congreso de Tucumán, insistiendo en la necesidad de que la Independencia fuese declarada cuanto antes. Era la cobertura legal que necesitaba para emprender el Cruce de los Andes comandando el ejército regular de un país soberano; caso contrario el mundo interpretaría la campaña como una simple rebelión contra el monarca español Fernando VII.

Declarada la Independencia, San Martín cruzó los Andes (entre el 19 de enero y el 8 de febrero de 1817), venció en Chacabuco (12 de febrero del mismo año), fue sorprendido y derrotado en Cancha Rayada (19 de marzo de 1818) y se recuperó pronto, con voluntad férrea, para obtener su victoria más contundente en Maipú (5 de abril del mismo año); garantizando para siempre la independencia de Chile.

Pero la faceta militar no fue la única en la que se destacó el Padre de la Patria, ya que se reveló como un político avezado e inteligente en pos de objetivos magnos como la Libertad y la Independencia; ocupándose en forma simultánea de los preparativos que demandaban la Guerra de la Emancipación Sudamericana y de acciones para mejorar las vidas de los pueblos que tuvo la responsabilidad de gobernar: primero, en Cuyo (1814-1817) y luego en el flamante Perú independiente (1821-1822).

Desde la Gobernación Intendencia de Cuyo, mientras creaba y organizaba el Ejército de los Andes, sus medidas para fomentar industrias, mejorar cultivos y su preocupación por la salud pública, entre otras acciones, se desarrollaron bajo una gestión austera, en momentos en que se debía administrar la escasez con inteligencia. Esto lo convirtió en ejemplo de gobernante casi autónomo respecto de las autoridades de Buenos Aires (sumidas en severas dificultades económicas características de toda guerra).

La experiencia ejecutiva cuyana le sirvió a San Martín para evidenciar sus dotes de estadista en el Perú a lo largo de tan sólo 13 meses de gobierno: estableció la libertad de vientres, suprimió los tributos específicos a indígenas, promovió la libertad de comercio e imprenta, creó la Orden del Sol, diseñó una bandera y hasta participó en un jurado para elegir el actual himno nacional peruano como canción patria.