“El loco y la camisa”, pasó por ‘York en Escena’ y conmovió con su mensaje: A no dudar,”los locos dicen siempre la verdad”
4/6/2017. Así lo aseguraban las abuelas… y la verdad es que el orate en cuestión no lo es tanto y cual vengador enmascarado pone en blanco sobre negro a una familia que vive en la mentira y la hipocresía. Durante los sábados de Junio la gente de la Secretaría de Cultura de Vicente López desarrolla un ciclo más que interesante que apuesta a traer a las tablas del cine teatro York lo mejor del teatro de Buenos Aires. El sábado último subió a escena “El loco y la camisa”, una impecable radiografía la vida de una familia disfuncional donde la risa y el conflicto están siempre latentes. La obra comenzó en una pequeña casa del Conurbano por el Teatro Ensamble de la Compañía Banfield y hoy, tras 9 años, agota entradas todos los fines de semana en el céntrico Picadero. Gracias a este ciclo, pasó por la sala de Olivos y la verdad es que no cabía un alfiler. Por cierto despertó las conciencias de los espectadores pues en su trama pone de manifiesto distintas formas de violencia y el modo en que “el loco” desenmascara mentiras ocultas. Hubo un edificante intercambio con el público donde los actores contaron cómo hilvanaron esta historia que surgió con la mecánica de la improvisación y el sketch y terminó en una impactante puesta escénica que llama a la reflexión.
La historia transcurre en el lugar más íntimo en la vida de la gente: la propia casa. La puesta desnuda la caótica cotidianeidad de esta familia disfuncional, que atraviesa la falta de diálogo, el desinterés por el otro, el maltrato, es decir las distintas caras de la violencia. Muestra a un padre que no logra comunicarse con su esposa e hijos; una hija que intenta ocultar a su hermano para que el novio, que visita por primera vez a su casa, no lo conozca. Ella lo quiere pero… tiene vergüenza de su propio hermano.. Pretende que todo salga perfecto y, para esto, trata de camuflarse y maquillar todos sus singulares trazos de pertenencia y personalidad para que su ‘peor es nada’ no se dé cuenta de que es una ‘grasa’. En realidad los tres personajes (mamá, papá e hija) están armando un relato de ficción para esconder su realidad. Pero tanta irracionalidad no puede escapar de las fauces de la locura que todo lo devora cuando se la arrincona. Pero no hay caso: el “loco” se desarrolla en todo momento y habla sin filtros, espetando muchas verdades.