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Ofidios en la costa. Ni paranoia ni temor, cuidado con los nuevos vecinos
2/11/2016. El caso de la menor de 11 años que fue mordida por una yarará el sábado último cuando transitaba con una amiga un sendero interno del Club de Pesca y Náutica Las Barrancas volvió a poner sobre el tapete el temor por la proliferación de ofidios en la costa, hecho que ocurrió con la llegada de vegetación y camalotes el verano pasado. El matutino “La Nación” informó hoy que la zona de riesgo va desde la ribera de San Fernando hasta la de Quilmes, según les precisó Willy Bryant, coordinador de Guardaparques de la Dirección de Ecología del municipio de San Isidro e ilustró con un plano. La chiquita en cuestión pensó que la había rosado una rana pero finalmente se constató que fue mordida por una serpiente pequeña que no le inoculó veneno. Fue socorrida y está fuera de peligro. Consejos y recomendaciones.
Con la llegada del calor y el descenso de las aguas del litoral fenómeno que se produjo el verano pasado, se produjo un hecho elocuente: el río se pobló de plantas silvestres y con ellas llegó una profusa fauna que aún habita en la zona ribereña por lo que es conveniente recorrerla con cuidado.
El caso de Mila, una chica de 11 años que se encontraba el sábado último caminando por un sendero interno del Club de Pesca y Náutica Las Barrancas y fue mordida por una yarará volvió a poner el foco en la proliferación de ofidios en la costa porteña y bonaerense.
La menor estaba con una amiga cuando fue atacada por una serpiente. Primero creyó que la había rosado una rana pero al rato vio cómo se escapaba una serpiente pequeña. Inmediatamente les contó a sus padres la situación y luego de recorrer varios hospitales de la zona, la llevaron al Muñiz. Los médicos que la atendieron confirmaron que se trató de la mordedura de una yarará luego de realizarle análisis y fotografiar la herida. “Todos, excepto uno, coincidieron en que era una yarará”, contó la madre
Finalmente, Mila no tenía veneno en el organismo. Le recetaron, por prevención, una vacuna antitetánica de uso pediátrico y actualmente se encuentra fuera de peligro.
Así que es bueno tener en cuenta que con aquellas aguas que bajaron del litoral el verano pasado, llegaron también las serpientes que encontraron un hábitat ideal cercano del agua donde poder refugiarse. “Llegaron en los camalotes y se unieron a la población local”, explicó Willy Bryant, coordinador de Guardaparques de la Dirección de Ecología del municipio de San Isidro. Y renglón seguido precisó: “Con los días templados, como los de primavera, salen a tomar sol o reubicarse. La yarará es una especie típicamente crepuscular y nocturna; en esos horarios sale a cazar animales de sangre caliente.”
El especialista insistió en que no suele atacar, sino que sólo lo hace si se siente amenazada, como cuando la van a pisar, la molestan para sacarles fotos o la quieren atrapar.
Si bien no existen relevamientos que certifiquen la cantidad de ofidios que encontraron refugio en la ribera, no es infrecuente cruzarse con algún ejemplar al caminar, andar en bici o rollers cerca del río en toda la franja costera de la Zona Norte. Pero el área en la que hay que tomar mayores recaudos es más amplia: “desde San Fernando hasta Quilmes”, según explicó el mismísimo Bryant, coordinador de Guardaparques de la Dirección de Ecología del municipio de San Isidro.
Walter Prado, herpetólogo de la Dirección de Fauna Silvestre y Conservación de la Biodiversidad del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, comentó que más del 90% de los ofidios que llegaron con los camalotes son culebras acuáticas. “No hay estudios de seguimiento de las poblaciones de yarará en Buenos Aires ni registros de accidentes frecuentes. Son aislados y esporádicos. La mayoría ocurre en el norte del país.”
Consideró que es necesario saber que es fauna propia del área ribereña. “Por eso, ante la duda, hay que ser cautos y nunca tratar de atrapar un ejemplar que no se conoce. Hay accidentes por eso. Los ofidios perciben vibraciones en el suelo a través del vientre y tratan de huir -explicó-. Hay que cuidar a los chicos porque puede picarlos una yarará, pero también un escorpión o una araña.”
En caso de mordedura, la Sección de Zoopatología Médica del hospital Muñiz recomienda, primero, “no causar más daño: no comprimir, no hacer torniquete ni poner algo sobre la piel; lavar con agua y jabón”. También hay que retirar botas, medias, pulseras o ropa que puedan apretar la zona afectada.
Aclararon que no hay que capturar al ejemplar porque sólo con las características clínicas se puede identificar la especie. “En el caso de una culebra, al tratarse de una especie que no representa un riesgo para la vida humana, se la libera en una reserva natural”, aclararon.
Dónde denunciar:
En San Isidro en caso de visualizar algún ofidio, comunicarse con la subdirección de Zoonosis y Control de Vectores al 4513-7828 o 4512-3151, avisan desde la Comuna.
Dónde acudir:
Hospital Muñiz
Uspallata 2272
4304-2180
Este centro especializado cuenta con médicos de guardia las 24 horas
El autor
este Noticia Escrito por Carlos on Martes, Noviembre 1, 2016, 11:26. Carlos Fue escrito 27766 Noticias en Continta Norte.