José “Satán” dell Aqua, cocinero de La Anita y figura de Herencia Custom Garage. ENTRE LAS SARTENES Y LAS MOTOS

 

satan-dell-aqua-y-stand-la-anita

28/10/2016. “Está muy bueno que se haga un festival de los restaurantes del Bajo de San Isidro y que se sostenga en el tiempo”, dice “Satán” dell Aqua, el hombre que regentea la cocina de La Anita y que hoy brilla con sus ocurrencias en la entrega de Discovery, “Herencia Custom Garage”.

 

Amante de las motos picantes con historia y excelso cocinero de chipirones, rabas y cebiches, José -tal el verdadero nombre del polifacético Satán- cuenta que hace una década se instaló “La Anita” en el Bajo de San Isidro y desde entonces no ha parado de crecer.

Comenzamos como un almacén de barrio –todos lo conocían por “Lo de Silvino”, ahí en Vuelta de Obligado (hoy están en Tiscornia y Gaboto y abrieron sucursal en Maschwitz)- que hacia comida casera y en un momento explotó de gente”, evoca este intuitivo de la cocina que echa a volar su creatividad en la preparación de frutos de mar, pescados, rabas, langostinos panizados y que junto a Jimena Mora y Araujo apostó por la calidad y brindar un servicio distinto, “como en casa”, uno de los secretos del éxito de “La Anita”.

Dell Aqua entiende que es un acierto volver a las fuentes: a potenciar al sector de restó y pubs del Bajo -allí estaban Fernet, Bruna, La Pancha, Lo de Facu, Lo de Nacho, Lo de Fabio Alberti y la impuestísima La Anita ofreciendo lo suyo, brindando esta muy buena propuesta para pasear, recorrer en familia y pasarla genial entre amigos.

“Siempre comienza con tiempo inestable pero después mejora y se pone a tope”, describe Satán al tiempo que cuenta que entre las especialidades de la cocina están sus tres variantes de cebiche: el clásico, el Nikkei y otro al olivo con mayonesa wasabi. También son súper recomendables las empanadas gallegas de atún y bagel de salmón ahumado.

A modo de anticipo para aquellos que no se pierden “Herencia…” en los martes de fierro de Discovery Chanel, Dell Aqua confesó que logró resolver la recurrente descarga de la batería de su moto BMW y completar la Ruta 40 (en la entrega televisiva recién cumplieron el primer tramo). “Todo lo resolví cuando fui a un verdadero mecánico de autos y dejé la asistencia del Pingo”, adelantó azuzándolo pero escapándole a la pica entre el rider y el asistente de motos, Satán comentó que Pingo fue quien hizo hasta lo imposible la noche anterior a “Bocas…” ayudando a montar los puestos de los restaurantes cuando arreciaba tremendo vientazo. Lo que se dice un Pingazo!