Hoy se puede votar en Diputados. El proyecto que prohíbe las carreras de galgos a un paso de la aprobación

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26/10/2016. Ayer la comisión de Legislación General de la Cámara baja emitió dictamen sobre el proyecto de ley que prohíbe a nivel nacional las carreras de galgos; y que podría ser aprobado hoy.

El proyecto de ley que prohíbe las carreras de perros en el país obtuvo ayer por la noche dictamen de la comisión de Legislación General de la Cámara de Diputados, trámite que habilita su tratamiento en el recinto.

El texto, que ya tiene dictamen de la comisión de Legislación Penal, fue apoyado por los diputados de PRO, UCR y Coalición Cívica, el Frente Renovador y FpV; hoy podría ser aprobado mañana por el plenario del cuerpo debido al fuerte consenso que reúne entre las diferentes bancadas.

La iniciativa, impulsada por la senadora Magdalena Odarda (Coalición Cívica), prohíbe las carreras de perros en todo el territorio nacional, y castiga con penas de hasta 4 años de cárcel y multas de $80.000 a quien realice, promueva u organice esa actividad.

El proyecto había recibido dictamen 15 días atrás en la comisión de Legislación Penal, que preside la radical jujeña Gabriela Burgos, pero faltaba el dictamen de Legislación General, lo que sucedió ayer tras una breve reunión.

Además de defender el proyecto, diputados de Cambiemos, del Partido Obrero y de otras bancadas dijeron que pedirán en la reunión de presidentes de bloque de este miércoles en la sesión especial prevista para el mediodía.

La reunión, desarrollada en el tercer piso del edificio anexo de la Cámara baja, se realizó con un fuerte dispositivo de seguridad que impidió el ingreso de los ‘galgueros’ al edificio.

Esto generó algunos desmanes sobre la Avenida Rivadavia, con un corte parcial de la arteria incluido, e insultos, reja mediante, a quienes estaban en el interior del edificio donde se desarrollaba la reunión.

Desde el radicalismo defendieron el proyecto los diputados Gustavo Valdez, Patricia Giménez, Olga Rista, Carla Carrizo y Gabriela Burgos, quienes celebraron la sanción de la iniciativa y alentaron el análisis de un proyecto complementario que profundice sus alcances.

Para Carla Pitiot, del Frente Renovador, se trata de “una señal de respeto hacia los animales” y de “una legislación muy importante”.

El kirchnerista Daniel Di Stefano se sumó a la aprobación al señalar que “las carreras de galgos no son un deporte” y que “están utilizando animales para diversión y beneficio económico, a partir de las apuestas que se generan en torno a la actividad”.

Por el PRO, Anabella Hers Cabral destacó la importancia de aprobar el proyecto y pidió su “pronto tratamiento en el recinto”; mientras que su compañera de bloque, Cornelia Schmidt Liermann dijo que “el tema de las carreras de galgos es inhumano” (sic).

Por el Partido Obrero, Pablo López dio su apoyo al proyecto, aunque aclaró que hubiera preferido que fuera “más a fondo” con cuestiones como “la inhabilitación de funcionarios que permitieran u omitieran controlar el desarrollo de la actividad”.

Las carreras de galgos están prohibidas en las provincias de Buenos Aires, desde el año 2000, en Santa Fe, desde el 2014, y en Neuquén desde junio último; mientras que en Córdoba, considerada una de las provincias más galgueras, hay tres proyectos presentados en este sentido pero “no serán tratados hasta que no se defina qué sucede con la ley nacional”, informaron desde asociaciones protectoras de animales.

MULTAS

El texto, presentado por la senadora Odarda, establece la prohibición de las carreras de perros “en todo el país” y castiga con prisión de 1 a 4 años y multas de hasta 80 mil pesos a quien “organice, participe o promueva” esas competencias.

El tratamiento y aprobación del proyecto fue reclamado en la plataforma de Internet Change.org. Organizaciones defensoras de animales advirtieron que los perros sometidos a correr carreras viven hacinados en jaulas diminutas, son atados para realizar montas forzadas por la cría indiscriminada de la raza, privados de sus necesidades afectivas, transportados en baúles o cajas, y castigados con látigos.

“La vida ‘útil’ es de poco menos de tres años y después de un tiempo de competir quedan completamente destrozados”, advirtieron las organizaciones, y dijeron que “la mayoría son abandonados o sacrificados, porque para sus explotadores, los galgueros, les generan un gasto innecesario”.