Padre Juampi Jasminoy: “La Madre Teresa fue una mujer de Dios no buscaba los premios, los recibía con mucha humildad”

 

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5/9/2016. El padre Jasminoy, un argentino que conoció y se inspiró en la Santa, concelebró ayer la misa en el colegio de Virreyes que lleva el nombre de Teresa de Calcuta. El sacerdote -formado en la Diócesis sanisidrense y párroco de Ntra Señora de Fátima, en Martínez– que se encarga de la dirección general del establecimiento educativo ubicado  estrategicamente  entre los 10 barrios más vulnerables del partido de San Fernando, encabezó pues el oficio y en en diálogo radial con BLU Radio explicó que la obra de la Madre Teresa nunca buscó protagonizar las noticias ni salir en los medios como lo han señalado los críticos de su canonización. Para Jasminoy, fue tan grande su obra que eran los medios quienes procuraban ser testigo de sus obras debido a la relevancia que tenían en el mundo cristiano.“Ella no buscaba para nada esa publicidad pero era tal la fuerza que irradiaba que sin duda atraía a los medios, no buscaba los premios, los recibía con mucha humildad”, confió. En una entrevista concedida a La Nación el párroco de Ntra Sra de Fátima en Martínez que la conoció de cerca a la religiosa la recordó a la perfección recordó su sencillez, la austeridad, la templanza, la vocación de servicio de esta mujer sin par que hizo un culto del amor gratuito, sin esperar nada a cambio, eso sin dudas caracterizó su modelo de santidad

 

Como les pasó a muchos que conocieron personalmente a la Madre Teresa, el padre Juampi Jasminoy siempre supo que estaba frente a una santa. Cuando en 1994 pasó 40 días en Calcuta y vio con sus propios ojos lo que hacía junto a las misioneras de la caridad en los hogares más pobres entre los pobres y moribundos de Calcuta, su vida cambió.

“Fue una experiencia muy profunda y pasé a integrar el movimiento Corpus Christi, que somos sacerdotes diocesanos que estamos vinculados a la espiritualidad y carisma de la Madre Teresa”, contó a LA NACION Jamsinoy, que ayer fue uno de los concelebrantes de la misa en la que la religiosa fue proclamada santa.

Desde ese viaje a Calcuta, este sanisidrense de 58 años, que es cura desde hace 30 años, comenzó a colaborar con las MisionerasP3150120 de la Caridad, la congregación fundada por Madre Teresa, que tiene siete casas en la Argentina. Ayudó a levantar el hogar para enfermos de Sida que tienen en Benavídez, que se inauguró en 1996, trabajó en varias sedes y comenzó a celebrar misas, a confesar y a dar charlas para las hermanas.

La crisis de 2001 lo encontró como cura en Virreyes, en una zona muy humilde de San Fernando. Después de enfrentar la emergencia alimentaria, intentó mejorar la parte educativa. Inspirado en el legado de la religiosa, en 2003 fundó el Colegio Madre Teresa, una institución educativa gratuita sin fines de lucro especializada en el trabajo con los chicos y jóvenes más vulnerables y sus familias. La escuela recibe hoy a 1224 alumnos, con un alcance de 6500 personas, considerando el impacto en sus familias.

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Jasminoy, que es hoy párroco de la Iglesia de Fátima, en Martínez, nunca se hubiera imaginado que iba a ser un Papa argentino, como él, el que iba a canonizar a esa santa que tanto impacto tuvo en su vida. “Fue increíble la canonización, la homilía fue muy linda y Francisco fue claro y concreto. Además, la canonización fue en el Año de la Misericordia y en un momento en el cual es muy bueno que se difunda en el mundo su modelo de santidad”, contó.

“Hace años hablar de la Madre Teresa era fácil porque era contemporánea nuestra, ahora, con la canonización, las nuevas generaciones van a tener una oportunidad de conocerla”, agregó. Él, que tuvo ese privilegio, recuerda la sencillez, la austeridad, la templanza, la vocación de servicio, el amor gratuito, sin esperar nada a cambio, que caracterizaron su modelo de santidad. “Era sencilla, chiquitita, pero tenía una gran firmeza, mucho carácter y mucho humor. Siempre contaba anécdotas divertidas que le habían pasado, tenía mucha chispa“, describió.

“Me acuerdo de que a las hermanas que querían ingresar a la congregación, así como a los seminaristas, solía decirles: ‘Si ustedes no quieren ser santos desde ahora, entonces vuelvan a su casa’“, evocó.

“La última vez que la vi, cuando viajé de nuevo a Calcuta en 1997, ella ya estaba muy mal, en silla de ruedas, pero igual me saludó. Era muy cariñosa con los sacerdotes”, evocó. “Era querida en todo el mundo y era impresionante cómo la veneraban en la India: una vez vi en un aeropuerto cómo le besaban los pies”, graficó.

Para él, si hay algo que sintetiza la caridad de la Madre Teresa es la frase que una vez un pobre de Calcuta que ella cuidó en su lecho de muerte le dijo: “Toda mi vida fui tratado como un animal, pero ahora estoy muriendo como un ángel”.

 

Fuente: La Nación/CONtinta NORTE