Mujer TODO TERRENO. A los 61, la sanisidrense Virginia Elizalde escaló junto a su hija Sol el cerro Bayo

 virginia y sol

15/4/2016. En támdem de mujeres con su hija menor, Sol Fernández, la sanisidrense participó de la exigente quinta edición de El Origen Powerade, la carrera de running y trekking que recorrió los lugares más representativos del Sur, enterate!

 

 

 

nota_p4_foto_11Si bien cuesta creerlo, la sanisidrense Virginia Elizalde no siempre tuvo espíritu deportivo. “De chica -cuenta- hacía lo imposible para esquivar las clases de tenis, golf o natación”,  que su familia practicaba por ese entonces (de hecho, su padre César Elizalde, gran apasionado del rugby, integró el grupo fundador del San Isidro Club).

Los memoriosos recordarán que a la esbelta siquense la sedujo, en cambio, una prometedora carrera como modelo que con el tiempo la llevó a descubrir París y Milán. El resto del mundo lo recorrió más tarde, cuando su pasión por escalar montañas, surcar los cielos y navegar océanos despertó en ella una nueva manera de ver la vida.

Virginia empezó a desandar las pasarelas a los 19 años, después de ganar  un concurso de la revista Para Ti “para ser la Chica Para Tí.  A partir de ese momento la Editorial Atlántida se convirtió casi en su segundo hogar. Después vinieron las publicidades y los desfiles y años de no poco trabajo.

El amor, la maternidad y la pasión por las actividades extremas y novedosas, la llevaron a convertirse en una de las primeras mujeres argentas en practicar windsurf con las pesadas Windglider y desafiando a su profesión de top model trepada a la tabla lejos de cuidar sus manos trasluchaba y le ponía el cuerpo a una disciplina exigente . Ex campeona de windsurf , Virginia reparte su vida entre las comidas familiares junto a su marido , Eduardo ”Coco” Fernández , gerente de Producción de Canal 13, su hija Sol Fernández y los ”compromisos” como abuela, los cinco divinos chicos, hijos de su dos hijas mayores, Catalina y Ángeles -fruto de su matrimonio anterior con el profe siquense Mario Walther-. 

 

Hoy, a los 61 años, la ex campeona de windsurf que comenzó en la emblemática escuelita Kailua de Perú Beach, con tótems  de ese deporte como Willy Jacobs y Olaff Krag  es protagonista de más de un maratón. El mes pasado por cierto vivió una Semana Santa distinta. Es que Virginia  junto a su hija Sol (18) disfrutaron el feriado largo bajo la imponente naturaleza de Villa La Angostura.

Así como alguna vez compitió en regatas y maratones con sus dos hijas mayores Catalina y Angie Walther, este año Elizalde quiso compartir la experiencia de correr 50 kilómetros en tres días junto a la más chica. Organizada por la empresa de eventos deportivos TMX, Virginia se sumó a la quinta edición de El Origen Powerade, la carrera de running y trekking que recorrió los lugares más representativos del Sur.

Y el esfuerzo tuvo sus frutos: después de atravesar senderos y alcanzar la cumbre del cerro Bayo, madre e hija conquistaron el tercer puesto en la categoría “equipo de mujeres”. “La gorda se la bancó de diez. Yo estaba con un poco de miedo porque nos decidimos a último momento y no tuvimos mucho tiempo para entrenar. Pero quisimos vivirlo como un programa y en ese sentido me pareció bárbaro conectarnos desde ese lugar. Me parece que este tipo de actividades es superimportante para los chicos“, explica entusiasmada Virginia.

Acá el atractivo ping pong que le planteó la periodista Jaqueline Isola en la última entrega de la revista Hola! Argentina

 

–¿Por qué?

 

–El deporte es una escuela de vida. Cuando te ponés una meta y la cumplís, eso enriquece tu experiencia personal. Está bueno para los chicos ponerse objetivos y entender que tienen que sacrificarse para poder alcanzarlos. En cada competición se encara el desafío de no abandonar, a pesar del cansancio y las ampollas, de seguir adelante. Me gusta enseñarles a mis hijas que si en la vida quieren algo, tienen que entrenar y trabajar. Y la satisfacción de la llegada paga todo el esfuerzo que hayas podido hacer eso tanto en la carrera como en la vida. Esa fue la razón principal por la que quise compartir esta competencia con Sol.

–¿Cuál fue el mejor momento de la travesía?

–[Lo piensa un rato]. Cuando alcanzamos la cima del cerro Bayo, nos quedamos veinte minutos sacando fotos del paisaje. La idea era disfrutar de la competencia y de la naturaleza, por eso en ningún momento creímos que íbamos a hacer podio. La idea era terminar la carrera y al final llegamos en el tercer lugar.

–A los 61 años pareciera que el paso del tiempo no te limita para correr…

–No, yo voy a correr hasta el último día de mi vida. [Risas]. Y no es que me cuide tanto, sino que me suplemento muy bien. El ejercicio te ayuda a que tu cuerpo siga estando bien. La realidad es que cuanto mejor te mantenés, mejor funciona tu organismo.

 

–¿Sol planea seguir tus pasos en el deporte?

–No creo. Le gusta mucho el ejercicio, pero ya empezó a hacer el curso de ingreso para ser ingeniera mecánica automotriz. Le encantan los autos y creo que esto también lo heredó de mí, que siempre me gustaron los fierros y las motos. Estoy muy orgullosa de ella.

 

Fuente: Hola! Argentina/CONtinta NORTE

Crédito fotos TMX y Virginia Elizalde