Mensaje Pascual de Mons. Fassi: “SER CAUCE DE VIDA”

 

fassi

24/3/2016. “Nosotros somos como el cauce por donde Dios quiere regalar vida a todos los hombres, lo hizo en el más grande de todos los hombres que es el Hijo de Dios; el Dios hecho hombre nos trajo la vida, y a partir de ese día somos nosotros en nombre de Jesús enviados a ser cauce de vida para los demás”, aseveró el Obispo auxiliar de San Isidro, monseñor Martín Fassi en uno de los tramos salientes de su mensaje pascual. El prelado observó que la celebración apela al agua y la luz como gestos. Si bien en forma excesiva y fuera de cauce el agua remite a la inundación el líquido elemento es sinónimo de vida. “Nosotros somos como el cauce por donde Dios quiere dar vida a la humanidad”, expresó y luego abriendo la reflexión planteó: “Qué bueno que en esta Pascua celebremos preguntándonos: ¿Hacia dónde puedo llevar la vida?, Hacia dónde me orienta la vida?, ¿Cuál es el cauce comunitario por donde el agua quiere correr, donde la vida quiere correr?”.

 

A continuación reproducimos el texto completo del mensaje pascual del obispo a la diócesis sanisidrense:

SER CAUCE DE VIDA

 

 

Por monseñor Martín Fassi (*)

 

“Estamos celebrando la Pascua, que es la fiesta de la vida; esa vida plena que todos queremos vivir.

¿Quién no quiere ser feliz? ¿Quién no quiere vivir y vivir plenamente?

Vamos muchas veces buscando esta felicidad y vamos detrás de la conquista de la vida.

La fiesta de Pascua nos trae una muy buena noticia: esa vida es un regalo, esa vida es un don, no hace falta conquistarla, porque Jesús, el Hijo de Dios, el resucitado, nos la aseguró para cada uno de nosotros y quiere que esta vida llegue a todos.

Nosotros somos como el cauce por donde Dios quiere regalar vida a todos los hombres, lo hizo en el más grande de todos los hombres que es el Hijo de Dios; el Dios hecho hombre nos trajo la vida, y a partir de ese día somos nosotros en nombre de Jesús enviados a ser cauce de vida para los demás.

Por eso en la Pascua celebramos con el gesto del agua y con el gesto de la luz.

Cuando viene el agua -aquellos que han sufrido la inundación-, el agua es tanta que puede llegar a ser un problema, pero necesitamos el agua para vivir, por eso el agua nos expresa la vida.

Cuando el agua viene en gran cantidad hace falta un cauce, para que el agua no mate sino que riegue y dé vida; a veces de tanta agua nos inundamos y por eso un río que se sale de su cauce, puede hacer desastres, pero un río que está en su cauce, es el que riega y va llevando vida.

Nosotros somos como el cauce por donde Dios quiere dar vida a la humanidad.

Qué bueno que en esta Pascua celebremos preguntándonos: ¿Hacia dónde puedo llevar la vida?, Hacia dónde me orienta la vida?, ¿Cuál es el cauce comunitario por donde el agua quiere correr, donde la vida quiere correr?

¿Se acuerdan del buen Samaritano? Él pasó y vio a un hombre que estaba medio muerto, pero lo vio medio vivo; vio la vida que aún latía en ese Ser humano y se dio cuenta de que ese era el cauce, que hacia ahí tenía que ir y por eso cambió su camino, no siguió de largo, no miró para otro lado; miró y se conmovió, cambió su camino, cambió su cauce porque por ahí la vida lo estaba reclamando.

¿Dónde nos reclama la vida? No solamente el reclamo interior de vida. ¿Dónde nos reclama la vida hacia afuera comunitariamente? Porque hacia allí nos está llamando la vida para dar vida.

¡Muy feliz Pascua para ustedes! ¡Muy feliz Pascua celebrada con los hermanos! Un modo muy feliz de celebrar, descubriendo que somos cauce del agua viva del Señor, el resucitado.”

(*) Obispo auxiliar de la Diócesis de San Isidro