Inclusión Activa-Cocina Natural.Taller de huerta orgánica con salida laboral para personas con discapacidad. Círculo Virtuoso
15/3/2016. En el vivero del Hipódromo de San Isidro tuvo lugar este martes al mediodía una historia que nos reconcilia con la vida y que habla de lo provechosas que pueden resultar las buenas ideas cuando aflora la fuerza del conjunto. Es que, fruto de una alianza estratégica entre el Jockey Club, Pro Huerta del INTA y la Municipalidad de San Isidro surgió un programa de capacitación e inserción laboral que permite a personas con capacidades diferentes aprender a trabajar la tierra, hacer huertas orgánicas, entusiasmarse en la cocina natural y ofrecer este servicio de mantenimiento de huertas a las empresas de la zona. 
Una decena de chicos ya han recibido su título habilitante al cabo de un iniciático plan piloto y lo más importante: encontraron trabajo; ahora se aguarda que se sumen unos 40 más. Enterada del proyecto, como las buenas acciones contagian, la mediática cocinera Jimena Monteverde de inmediato se sumó como madrina al programa y ofreció sus conocimientos en comida sana. “Este es un programa en el que todos ganan. Hace a la inclusión, a la alimentación saludable y a la conservación del ambiente. Buscamos que la sociedad progrese y eso se logra cuando hay igualdad de oportunidades”, confió el Intendente Gustavo Posse al resaltar las bondades de este verdadero círculo virtuoso. Nacho Floridi y Nicolás Laffatigue, vecinos del Bajo sanisidrense, promotor y técnico de Pro Huerta del INTA, respectivamente, cuentan cómo se gestó este interesante proyecto de huerta laboral que incluye a personas con discapacidad.
UNA HUERTA QUE PREPARA PARA SALIR AL MUNDO LABORAL. Para ellos trabajar la tierra y cuidar del mundo vegetal o bien conocer los beneficios de una alimentación sana y saber de los tiempos y secretos de la siembra, el trasplante y la cosecha de frutas y verduras va más allá de lo meramente formativo que puede proponer un taller. La mayor apuesta de esta iniciativa que apela a las buenas prácticas verdes y a la cultura sana no es otra que la salida laboral, que implicará la creación y el mantenimiento de huertas orgánicas o bien pasantías para personas con capacidades diferentes en comercios y empresas que quieran aceptarlos.
Con el objetivo de promover la inserción laboral de personas con discapacidad intelectual, el Municipio de San Isidro lanzó el martes el proyecto “Inclusión Activa, Cocina Natural”, un programa con título oficial que enseña a desarrollar y mantener huertas orgánicas. La feliz idea surgió en uno de los tantos encuentros del “Club de Empresas e Instituciones Comprometidas”, un foro promovido el año pasado desde la secretaría de Integración Comunitaria de la comuna que procura facilitar la inclusión y favorecer la salida laboral tratando de dar respuesta a la falta de trabajo que padecen las personas con capacidades diferentes.
“Esta es una de las iniciativas surgidas del “Club de Empresas e Instituciones Comprometidas”, que se lanzó en Abril de 2015 y en Septiembre de ese año comenzó esta actividad. “Muchos jóvenes que iniciaron ese plan piloto de huerta orgánica ya tienen trabajo. Pero –además- varios de los talleres protegidos están brindando servicios como proveedoras –se entusiasmó el secretario de Integración Comunitaria, Arturo Flier-, es decir, son distintos caminos para lograr un mismo sueño que no es otro que la inclusión de la gente con discapacidad”
Posse lanzó proyecto “Inclusión Activa, Cocina Natural”
El Intendente Gustavo Posse, que llegó acompañado por autoridades del de la institución anfitriona, Jorge Orozco Etchevehere y Miguel Fernández Moore, en representación del presidente Jockey Club ausente con aviso, participó junto a distintas organizaciones del Colectivo de Instituciones de Discapacidad de San Isidro, en la presentación del taller que se realiza, en el vivero del Hipódromo local, en conjunto con Pro Huerta del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
“Este es un programa en el que todos ganan. Es inclusión, alimentación saludable y conservación del ambiente. Buscamos que la sociedad progrese y eso se logra cuando hay igualdad de oportunidades”, observó Posse al tiempo que remarcó: “La finalidad de esta iniciativa es que los jóvenes puedan ofrecer, a los vecinos y empresas de San Isidro, el servicio de armado y mantenimiento de huertas orgánicas”.
MADRINA DE LUJO
“Hoy es una mañana especial, este capítulo de “Inclusión Activa” en huerta orgánica cuenta con una participante de lujo, la chef Jimena Monteverde –valoró Posse– que se sumó a este proyecto como madrina, ayudándonos a difundir este programa que hace a un círculo virtuoso que se nutre en la alimentación saludable y tiene que ver con la salida laboral y la RSE de las empresas de la zona que alientan las contrataciones de los jóvenes y adultos con capacidades diferentes que participan de estos talleres. Nada hace más feliz a una persona que sentirse partícipe de un circuito y una experiencia productiva”. El jefe Comunal que presentó a uno de los 10 egresados del primer ciclo, Jorge uno de los jardineros titulados que cumple tareas en el mantenimiento de una plaza pública de Vicente López planteó la posibilidad de que se sumen unos 40 talleristas en la próxima camada de egresados.
A su lado, el secretario de Integración Comunitaria, Arturo Flier, indicó que el Club de Empresas e Instituciones Comprometidas de San Isidro (CEICSI), a su vez convoca a las empresas a contratar a personas con discapacidad y hacer ‘compras inclusivas’, en las que adquieren productos hechos por personas con discapacidad o talleres protegidos.
Monteverde realizó recetas con productos cosechados por los jóvenes con discapacidad
Entre tanto, Jimena Monteverde, madrina del programa, realizó una serie de recetas con productos cosechados por los propios jóvenes que, desde Septiembre, participaron de una prueba piloto. “Me parece una muy buena iniciativa. Veo que detrás de esto, hay gente con muy buena onda y disponibilidad para mejorar esta actividad. Por eso resulta un placer participar de esta experiencia y creo que es sumamente provechoso que cada asistente conozca cuál es el ciclo de una planta, porque eso no sólo ayuda a ahorrar sino también a comer bien –explicó la cocinera– . Muchas veces se compran tomates, por ejemplo, cuando no es la época propicia. A través de la huerta nos empezamos a conectar con lo que la naturaleza realmente nos da”, aconsejó Monteverde tras advertir que “cada uno tiene que colaborar para que la inclusión sea factible”.
Sin disimular su felicidad, Fabio Candela, de 18 años, contó: “Estoy muy contento. Vengo a la mañana a aprender y plantar tomates y lechugas. Quiero trabajar de esto”.
Mientras charlaba con sus compañeros de trabajo, Ángel Córdoba, de 37 años, confesó: “Trabajamos en la huerta: labramos la tierra, sembramos y trasplantamos, entre otras cosas. Esto me dio la oportunidad de aprender algo nuevo y conocer a muy buenos compañeros. Me alegra que se siga haciendo”.
BUENA COSECHA DE MANOS QUE CREAN
Nacho Floridi, promotor-docente y Nicolás Laffatigue, técnico de Pro Huerta del INTA destacaron que es la primera vez que el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria expide un título oficial para personas con discapacidad que brinda la posibilidad cierta de salida laboral. “El Municipio nos convocó y estamos felices de participar de este emprendimiento que entendemos nos hace mejores personas”, dijo Nico.
