De San Isidro a Filadelfia. 194 días,13 países, 12 fronteras. Increíble travesía en combi de una familia para ver a Francisco
29/9/2015. A bordo de “Francisca”, una simpática combi la familia sanisidrense Zemborain-Walker recorrió 18.000 kilómetros para llegar a EE.UU. a ver al Papa Francisco. Detalles de este periplo que unió 13 países
Más de medio año, 18.000 kilómetros, 13 países del continente americano y un montón de sueños se apretujan en “Francisca”, la furgoneta ochentosa blanca y verde que llevó a una familia desde San Isidro, en Buenos Aires, hasta Filadelfia para ver al papa Francisco.
Noël Zemborain (39 años), Alfredo “Catire” Walker (41), y sus cuatro hijos, Carmín (3), Mía (5), Dimas (8) y Cala (12), son los dueños de la combi Volkswagen modelo 80 con la que cruzaron casi de punta a punta el continente con el objetivo de llegar al Encuentro Mundial de Familias, encabezado por el Papa Francisco.
“Desde que nos conocimos siempre quisimos hacer un viaje diferente, un viaje más profundo –cuenta Noël señalando a su marido-. Soñábamos como todo el mundo, tomando un café, un vino o un mate. Siempre decíamos: «Bueno, cuando los chicos estén en la universidad, nos vamos un año»”.
El deseo se volvió cada vez más intenso y, cuando el Vaticano anunció que el Papa viajaría a Filadelfia, el matrimonio lo tomó como una señal. Decidió que era hora de celebrar su unión como familia. Renunciaron a sus respectivos trabajos -ella en comunicación y marketing y él en operaciones de catering industrial-, juntaron sus ahorros, vendieron su antiguo auto y compraron la combi, a la que Noël ya considera como una “quinta hija”.
“Se nos averió varias veces en el camino. Es vieja, de 1980. Tiene un motor sencillo que se puede arreglar y los repuestos no son caros. Hay muchos fanáticos de Volkswagen en todo el continente que nos han ayudado mucho y que la pudieron arreglar. Así que es simpática, tiene una mística viajera”, bromeó Noël.
En su chasis, la furgoneta luce los stickers multicolores de las banderas de los 13 países que atravesaron y que los chicos estampaban sobre el metal como señal de triunfo cada vez que el vehículo lograba pasar los exigentes puestos de control de las fronteras. Entre las banderas se cuentan las de Bolivia, Chile, Ecuador y Costa Rica.
“Llegamos volando sin poder creer lo que nos estaba pasando. En un hall nos dijeron que ahora vendría. Y a los cinco minutos estábamos frente a Francisco, que nos dice ‘¿ustedes son la familia que viajó de Buenos Aires?, están locos’ y se reía. Sí, le decimos, también tenemos una cuota de sana inconsciencia como vos”, relataron los Walker- Zemborain a través de su página de Facebook, tal como lo hicieron a lo largo de toda su aventura.
La familia describió el encuentro como una charla de amigos y contó que los siete -la pareja, los cuatro niños y el Papa- se unieron en un “abrazo grupal” y que Cala -la mayor- “se aferró a su cintura y no lo largaba”.
El día anterior, los Walker- Zemborain habían intentado contactar a Francisco arrojándole cartas a través de las vallas del Independence Wall, pero pudieron entregárselas en mano, junto a varios rosarios para bendecir.
Después de concretar la audiencia y contar la experiencia a través de las redes sociales, la familia de San Isidro recibió cientos de saludos y felicitaciones de gente pendiente de su periplo. “Pasaron 194 días desde que salimos de Buenos Aires. 13 países, 12 fronteras y miles de familias que nos han acompañado. ¡Nos pasaron tantas cosas!”, hace contados días.
Para emprender el periplo Catire y Nöel dejaron la casa que alquilaron y renunciaron a sus trabajos (él como gastronómico, ella como comunicadora social) para emprender este viaje, además de optar por la modalidad de educación a distancia para que sus hijos continuaran la escuela. Para recaudar fondos, vendieron todo lo que tenían y apostaron a la solidaridad de quienes los apoyaban.
Para Noël, una de las anécdotas más divertidas del viaje se produjo en Cuzco, la capital del antiguo imperio de los Incas.
“Cuzco es una ciudad lindísima, pero con calles muy angostas. Nos habían dicho que en la Plaza de Armas no podíamos entrar con coche, pero de repente bajamos por una empinada calle que desembocaba en la Plaza. «¡No, no!» La gente gritaba, movía los brazos. Pero tan cargados como íbamos no podíamos dar marcha atrás“, revive Noël.
Entonces, como si se tratase de una película de comedia, un grupo de argentinos eufóricos salió de la nada y empujó a la furgoneta calle arriba, salvando a la familia de la multa.
Después de pasar por Cuzco, por la ciudadela inca de Machu Picchu y de que los chicos nadaran con tortugas en Máncora, Perú, Noël afirma que lo mejor de la travesía fueron las familias que se cruzaron en el camino y estamparon su firma en un libro de viaje, recuerdos que esta argentina, nacida en París, guarda como un tesoro.
Noël contó que, al principio, se alojaban en casas de familias, pero a medida que el camino avanzaba quienes les ofrecían albergue eran “amigos del amigo del vecino o del cuñado” de alguien y, también, gente solidaria que los hospedó tras conocer su historia a través del blog del viaje (americaenfamilia.com).
En algunas ocasiones, llegaron a tocar el timbre de alguna parroquia, pero por muy fea que pintara la noche, siempre encontraban un lugar para dormir.
“Nos dimos cuenta de que, a veces, cuesta pedir ayuda. Pero aprendimos a pedir ayuda y descubrimos que hay mucha gente dispuesta a darla”, señaló Noël.
Tras ver al Papa argentino en Filadelfia, la familia visitara Nueva York, Boston y Miami, desde donde volarán a Buenos Aires, mientras que la furgoneta se quedará un tiempo más en Estados Unidos esperando a que el tío de los chicos la lleve de vuelta a la Argentina.
“Como me escribió una amiga en el blog cuando estábamos haciendo este viaje, al final, todo lo que uno necesita cabe en una combi. Y es verdad. Con tener a la familia es suficiente”, reflexiona Noël.
Fuente: La Nación/CONtinta NORTE