Colegio Sto Domingo Savio de La Cava, gala benéfica en el Tattersall. Integración para que la educación deje huellas y no heridas

 

 

obispo salon21/9/2015. Bajo el lema “La educación deja huellas” el evento solidario, que se realizó el viernes por la noche en el salón Tattersall del Hipódromo de San Isidro, tuvo como objetivo recaudar fondos para el Colegio Santo Domingo Savio ubicado en el barrio La Cava. Ante un salón poblado de caras conocidas, el Obispo de San Isidro contó que se trataba de “tender un puente social para ayudar” a una escuela emblemática. “Detrás de estas mesas y de la comida, debe estar el rostro de nuestros chicos, el horizonte y el futuro de cada uno de ellos”, expresó. Durante el evento se realizaron sorteos y se difundió un video donde se mostró cómo con el esfuerzo conjunto se logró remodelar la cocina que alimenta a más de 1100 alumnos. Junto a Mons. Oscar Ojea y al  Padre Jorge García Cuerva, el Intendente Gustavo Posse, participó del encuentro.posse garcia cuerva “Este Colegio refleja un esfuerzo docente y administrativo grande, sostenido en el tiempo –indicó Posse- Así lo que era una escuelita parroquial hoy se ha convertido en un instituto muy grande con tres niveles educativos. Enhorabuena!  – exclamó- porque entiendo que la educación es lo que nos salva como sociedad, es un instrumento de movilidad social ascendente muy fuerte”.  El Municipio contribuye desde hace años con este proyecto que atiende las necesidades de alumnos que viven en situación vulnerable. También durante la gala se adelantó que se declarará “de interés municipal” el Vía Crucis que los chicos preparan para la venidera Semana Santa de 2016. “Imagínense ustedes, un Vía Crucis hecho en La Cava representado en el Jockey Club para todos los vecinos de San Isidro”, se entusiasmó el Obispo. “A partir de esta cena solidaria lo que queremos expresar es que quede una marca en el camino y corazón de nuestra comunidad para poder seguir trabajando en esa dirección”, resumió Ojea.

 

 

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“Estamos convenidos que la gran pobreza en nuestro país es educativa”, dijo el Padre Jorge  García Cuerva ante un salón Tattersall colmado. “Por eso apostamos a romper con esa gran brecha de inequidad que hace que nuestros chicos a veces no tengan tantas oportunidades como otros”, indicó el sacerdote y al rato recordó que el gran lema de este año propuesto por la gala que reúne a todos aquellos que colaboran con la comunidad educativa del Colegio Santo Domingo Savio  aludía a que “La educación deja huellas”. “El modelo social que el Papa tanto critica ha dejado heridas –admitió el Padre Jorge-, qué bueno entonces,  que nosotros apostemos a un mundo más integrado, donde nuestros hermanos más pobres tengan posibilidades y así ya no dejar heridas, sino huellas”

 

 

El doctor Pedro Lawson y la mesa en pleno del Sanatorio San Lucas

Enclavado en el populoso barrio de La Cava donde habitan aproximadamente 10.000 personas, la mayoría en condiciones desfavorables, en medio de esa realidad, el colegio Santo Domingo Savio -perteneciente a la parroquia Nuestra Señora de La Cava- cumple una misión clave: brindar educación de calidad a más de 1100 alumnos para que puedan tener mejores oportunidades.

 

“Este es un colegio emblemático en San Isidro que seguramente reúne a los chicos y familias más pobres, donde tal vez existen diferencias de distinto tipo, pero éstas se licuan cuando se trata de ayudar a los que más lo necesitan”, confió el Obispo Oscar Ojea ante la prensa mientras las distintas mesas del salón Tattersal de San Isidro se iban poblando de empresarios, vecinos y amigos que colaboran con este querible colegio.

 

 

“Esta es una manera de tender un puente social para tratar de entendernos mejor “–completó el Obispo mientras los mismos alumnos, bandejeaban los primeros tentempies a los comensales. “Detrás de estas mesas pobladas y de la comida debe estar el rostro de nuestros chicos, el horizonte y el futuro de cada uno de ellos”, deslizó el pastor diocesano que no ocultó su felicidad cuando un video ganó las pantallas y mostró como el comedor del Santo Domingo Savio cambió radicalmente su aspecto gracias al esfuerzo conjunto.

 

“Recuerdo con inmenso gozo la llegada de la cocina nueva y la bendición de las flamantes instalaciones. Ese día todos compartimos una pizza.  Fue un verdadero ejemplo de cómo la comunidad se une tras un objetivo común: allí colaboró la Municipalidad, la Provincia, Nación, algunos privados –memoró-. Era como si estuviésemos en otro mundo ( contó aludiendo a la sinergia de los distintos actores estatales) Alrededor de una cosa tan sencilla, a veces hay logros que marcan un camino para pensar en cosas importantes que se pueden hacer juntos”.

 

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En el colegio Santo Domingo Savio -que tiene más de 50 años de trayectoria y depende del Obispado de San Isidro– cada chico es conocido por su nombre, por su historia, y los docentes trabajan con una enorme vocación y esfuerzo para darles a sus alumnos la mejor educación.

 

Esta labor comenzó en 1962 en unas aulas de chapa y madera con clases abiertas para primero y segundo grado. Con el tiempo, y gracias a la generosidad de muchas personas, fueron creciendo hasta completar el nivel primario, secundario y jardín de infantes.

 

”En un lugar que hace más de 50 años era conocido como el asentamiento de emergencia más grande de la Argentina se abrió este colegio parroquial que atesora una historia muy fuerte de crecimiento y compromiso”, evocó el Intendente Gustavo Posse.

 

El Municipio invierte en este proyecto educativo, desde antes que yo fuera Intendente, con mi padre (Melchor Posse). Junto al Padre Aníbal (Fillippini), luego con Jorge (García Cuerva) acompañamos este esfuerzo. La verdad es que este Colegio refleja un esfuerzo docente y administrativo grande, sostenido en el tiempo –indicó Posse- Así lo que era una escuelita parroquial hoy se ha convertido en un instituto muy grande con tres niveles educativos. Enhorabuena!  – exclamó– porque entiendo que la educación es lo que nos salva como sociedad, es un instrumento de movilidad social ascendente muy fuerte”

 

“Cuántos chicos hoy cursan la universidad o aplican sus saberes en nuevos trabajos y se han formado en el Santo Domingo Savio”, graficó Posse e indicó que los que asisten a esta gala anual no sólo tienden la mano ese día mediante su contribución, sino que están comprometidos con este proyecto y en el año colaboran con recursos y tiempo de ayuda.

 

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Lo cierto es que el crecimiento del Santo Domingo Savio fue acompañado con un proyecto edilicio: más aulas, patio de juegos, comedor a nuevo, sala de computación, laboratorio y biblioteca. A pulmón van tratando de mejorar la infraestructura de la escuela, ya que el desgaste del edificio es permanente, sus puertas permanecen abiertas las 24 horas los 7 días de la semana.

 

Graciela Gallegos, pro secretaria de primaria y preceptora de secundaria en el Santo Domingo Savio, contó que la escuela significa la mitad de su vida, porque trabaja hace 25 años, y que los jóvenes y maestros forman una gran familia. Además destacó el compromiso de los docentes que trabajan constantemente en conjunto con los padres de los estudiantes para solucionar las problemáticas que aparecen a diario.

 

A lo largo del encuentro, las familias que participaron de la gala solidaria también disfrutaron de diversos juegos de preguntas, que obsequiaron premios a los ganadores